DEREKMirando a ambos lados de la calle, nos apresuramos hasta llegar a la entrada de la casa de Jenkins; nuestras pisadas sobre el suelo de madera y las respiraciones aceleradas es lo único que se escucha mientras registramos todo el lugar: el tapete de la entrada, las poteras, las ventanas… todo en busca de una posible copia de las llaves de la puerta principal, pero no hay nada. La frustración hace acto de presencia en mi cuerpo, así que sin pensarlo demasiado me quito la chaqueta la envuelvo en el puño de mi mano y la estampo contra el vidrio de la ventana rogando al cielo porque el imbécil no tenga un sistema de alarma instalado en la casa.Y no lo tiene.Termino de quitar los vidrios de la ventana y meto mi mano para abrir la puerta para nosotros, al hacerlo me giro hacia los chicos y me topo con cuatro pares de ojos observándome como si me hubiera vuelto loco, lo que hace que me encoja de hombros y ponga mis ojos en blanco.—No tiene alarma, y ya podemos entrar —concluyo hacien
15 horas desde el secuestroSiento mis parpados pesados y el cuerpo rígido mientras hago el intento de abrir los ojos; me toma un esfuerzo sobrenatural conseguir alzar mis pestañas y en cuanto lo hago el miedo atenaza mi sistema cuando la negrura se hace presente. Por un momento llego a pensar que he quedado ciega, pero entonces voy acostumbrando mis ojos a la oscuridad y las sombras de lo que me rodea aparecen. No reconozco el lugar en que me encuentro y mi cabeza palpita con dolor mientras trato de recordar qué ha pasado.Intento llevar mis manos a la zona del dolor y justo cuando muevo las manos escucho el sonido del metal arrastrando en el suelo y es ahí cuando me doy cuenta que estoy encadenada. Una cadena apresa cada una de mis muñecas hasta terminar adherida a la pared detrás de mí impidiendo que mueva los brazos con libertad. El miedo explota en mi interior al mismo tiempo en que los recuerdos de lo ocurrido después del partido impactan tan rápido como una bala a mi mente.Rec
Soy medianamente consciente de las manos acariciando mi cabello, el tacto se siente lento y relajante, quiero abrir los ojos para saludar a papá pero por alguna razón me siento agotada. Las manos siguen sobre mi cabello dejando caricias suaves y perezosas y en cuanto abro la boca para decirle algo, un dolor agudo atraviesa mi garganta y me obliga a cerrarla.Frunzo el ceño porque no recuerdo que estuviera enferma; poco a poco voy saliendo de la bruma del sueño, y los recuerdos van llegando a mí de manera dolorosa. No estoy en casa. Mi cuerpo entero se pone rígido al notar la mano en mi cabeza y solo hasta ahora soy plenamente consciente de la superficie firme a la que estoy recostada. Sin siquiera pensarlo me alejo como si el tacto me quemara y abro mis ojos para encontrar a Steven sentado a mi lado.Eleva ambas manos tratando de tranquilizarme, pero solo puedo pensar en que él estaba tocándome. No puedo sacarme de encima la sensación de sus manos en mi cabello y al mirar a mi alreded
Sus palabras hacen que las alarmas en mi mente se disparen y el miedo que he estado tratando de mantener a raya, se filtra en todo mi cuerpo.—¿De qué estás hablando? No entiendo. —Mi voz se rompe sin poder evitarlo y siento mis mejillas humedecerse sin que pueda controlarlo.—Estaba dispuesto a seguir con el plan, estaba haciendo todo como lo habíamos planeado —dice Steven revolviéndose en su puesto hasta quedar enfrente de mí—. Y todo iba bien, pero empecé a desviarme, a seguirte después de clases. Empecé a verte en realidad y me encontré queriendo ser yo quien estuviera contigo cada día y fue en ese momento cuando entendí lo que Austin vio en ti, y me dije que yo no cometería sus mismos errores. Tú estarías conmigo. Pero tú te encargaste de hacerlo difícil al involucrar más gente en todo esto. Al principio trate de hacer que te alejaras de ellos, pero no dio resultado. Así que tuve que adelantar los planes.Mi cabeza parece estar dando vueltas, mientras observo la mirada extasiada
DEREKPasamos las siguientes tres horas recorriendo el pueblo entero. Luke, Malcom y yo hemos estado buscando en el interior del bosque y el lago, mientras que Nate y Mei, recorren el pueblo entero preguntando sutilmente si han visto a Gabriel, o al profesor Jenkins pero como ya lo sospechaba no hay rastro de ellos. No pensé realmente que Jenkins fuera a estar en los alrededores, este es un pueblo demasiado pequeño para intentar ocultar a alguien, a menos que tenga ayuda de alguien más, pero entonces la pregunta sería ¿de quién? Y de ser así, la podrían estar ocultando en cualquier parte frente a nuestras narices.De regreso a la casa de Nate, ya es pasado el mediodía y Malcom no ha dejado de insistir en que debimos ir inmediatamente a la policía en cuanto Jenkins se llevó a Gabriel. Pero eso es algo que no puedo hacer, no sin antes haberle dicho todo lo que está ocurriendo a su padre, esta debe ser su decisión. Peter Blanchett salió de viaje hacia Manhattan el mismo día del partido p
36 horas desde el secuestroJenkins ingresa al fin en el sótano con ese aire impasible que ha tenido desde que me encuentro aquí. Apenas si he podido dormir algo desde la última vez que lo vi, me da miedo quedarme dormida y vulnerable en un lugar como este. Mis ojos siguen cada uno de sus movimientos, y me repito mentalmente una y otra vez qué debo fingir lo mejor que pueda si quiero salir de este lugar. Necesito conseguir sacarle algo de información. Sus pasos los siento cada vez más cerca y obligo a mi respiración a tranquilizarse, estoy haciendo todo lo posible por verme ligera y no lanzarme encima de él e intentar estrangularlo. Sus pasos se detienen y mi vista esta clavada en sus zapatos de cordones cafés que ahora se encuentran enfrente de mi. Mis ojos hacen el recorrido ascendente por su cuerpo hasta que se encuentran mirando de frente los suyos.La mueca de dolor en mi rostro ni siquiera he tenido que fingirla, tengo las muñecas en carne viva y un dolor punzante se ha instalad
Gabriel—¿Qué está pasando?—El grito de Jenkins me hace estremecer y cuando escucho sus pasos alejarse de la puerta se que va a tirarla abajo.Cierro la llave del lavamanos con rapidez y antes de empeorar las cosas me giro sobre mis pies y abro la puerta, afuera Jenkins se encuentra llevando un manojo de llaves en mano con las que supongo, esperaba abrir la puerta del baño.Sus ojos se pasean por mi cuerpo y terminan en mi rostro, su mandíbula se encuentra apretada y el ceño levemente fruncido.—¿Qué ha sido ese grito?—Su pregunta es demandante y su mirada irritada me dice que no debo hacerlo molestar ahora mismo.—Mis manos, me las he lastimado.Como si no supiera de lo que le hablo, su ceño se frunce un poco más y desliza su mirada hacia mis muñecas, de inmediato una mueca de desagrado se forma en su rostro y yo tengo que morder la cara interna de mi mejilla para evitar decirle todo lo que quiero sobre su mueca y lo que puede hacer con ella.—Te advertí que no hicieras eso, ahora est
DEREKNo he dejado de andar en círculos por toda la casa de Gabriel, mientras que él señor Blanchett se decide a hablar. Hemos llegado desde las siete y treinta de la mañana y en nuestros rostros puede verse que ninguno ha descansado. Tengo un mal presentimiento con todo esto. Hace semanas cuando Gabe me contó que su madre había sido dada de alta del hospital en que permanecía internada pensaba que sería una noticia buena para ella, pero su expresión y la manera en que actuaba me dejo claro que no es así. Fue entonces cuando me contó que la mujer la culpa por todo lo ocurrido con Davis, que él había sido el hijo perfecto y su madre nunca pudo asimilar su muerte.Por eso cuando Nate me mostró las facturas y reportes del Hospital psiquiátrico a nombre de Leonor lo peor pasó por mi mente. Porque si ella continúa culpando a Gabe de lo que sucedido eso puede ser un peligro.—Imagino que todos están enterados de lo ocurrido con Davis— La voz del señor Peter inunda el lugar haciendo que todo