Mina y Megan tenían todo listo para el gran día, Macey se sintió más agotada de lo normal, así que empezó a quedarse en el ático, John hizo lo mismo, Byron entendió que necesitaba cuidar de su futura esposa y su hijo.
— ¿Necesita algo más, señor Pierce? —la asistente, Beatrice, estaba frente al escritorio esperando más pendientes. John levantó la mirada y negó.
—Está todo terminado, por cierto, ¿Podrás confirmar la cancelación de los vuelos de la luna de miel? —asintió, pero él notó algo en su mirada que le hizo arrugar su ceño. — ¿Qué es lo que pasa? —Ella dudó en decirle, —Anda, sabes que puedes decirme las cosas. Habla, toma asiento. —Beatrice lo hizo, se sentó en una de las sillas frente al escritorio, dejó la tableta
Mina comenzó a subir el cierre de la parte de atrás del vestido de novia, tenía el nudo en la garganta, intentó ser un poco más lenta para poder reponerse y que Macey no la viera así, pero falló cuando Megan intentaba limpiar sus lágrimas sin estropear el maquillaje.—Estás…hermosa. —Dijo Megan al detenerse frente a Macey, —Eres la novia más hermosa que he visto. Nuestros padres estarán viéndote desde dónde están, caminar al altar, llenándote de bendiciones…—Mina acomodó el velo que caía de manera elegante desde el recogido de Macey. Se puso a lado de Megan para mirar a Macey finalmente ya lista.—Gracias, gracias por todo. —Susurró Macey, su labio inferior tembló por un momento, —Son mi vida, nunca lo olviden. —Mina y Megan la abrazaron con cuidado de no arruinar
La música sonó en todo el lugar, había carpas blancas, una gran pista iluminada y un área de dj, los invitados seguían en sus mesas esperando que la pista fuese aperturada por los ahora, los Pierce. Macey miró su reflejo en el espejo del baño de la primera planta, intentó ocultar su episodio a todo mundo, escabulléndose por un momento, pero John la tenía vigilada, esperaba afuera del baño sin que ella se diera cuenta, sabía que sería bastante para ella y más en su condición. Se lavó las manos y las secó, se intentó mover por el vestido tan grande que no se había dado cuenta que ocupaba casi todo el espacio, maldijo entre dientes al no poder moverse con facilidad. Abrió la puerta y se encontró con John.— ¿Te encuentras mejor? —Macey suspiró, no le vendría bien mentirle ya que hab&iacut
John se pasó una mano por el cabello, caminó de un lado a otro desesperado, esperando noticias de Macey, Mina y Megan estaban igual que él, todos seguían vestidos de gala en el hospital, no imaginaron que podría pasar de nuevo, después de darle tranquilidad y quitarle estrés, había ocurrido, las hermanas habían optado de último momento de una ambulancia y un doctor por si pasaba algo, y eso, la había salvado.Mina se preguntó una y otra vez que hubiese pasado de no poner a los paramédicos y al doctor, ahorita se estuviera lamentándose. Jaren y Jack permanecieron apoyando a las dos, así como Byron y Eleonor.—Toma asiento, John. Cuando salga el doctor…—pero fue interrumpida Eleonor.—No quiero, no puedo estar simplemente sentado, el no saber cómo están ambos, me carcome.Byron había leíd
La camilla dónde iba acostada Macey cruzó con el personal de enfermeros directamente hasta el quirófano dónde sería preparada para el trasplante, ella solo escuchaba ruido, rostros borrosos y una luz que cayó encima de ella, era lento su parpadeo, se llevó una mano a su vientre y rogó por no perderlo.— ¿Dónde está la cirujana neonatal? Tiene que estar…—Macey escuchó la voz de una mujer a lo lejos.—Aquí estoy, —se acercó a Macey. —Soy la doctora Walsh, yo me aseguraré que el bebé esté bien, —Macey apenas podía entender lo que decía, la mujer comenzó a dar órdenes a un grupo de enfermeros, Macey cerró los ojos perdiéndose en la oscuridad.John caminó de un lado a otro en la sala de espera, luego se sentó, Mina estaba sen
Meses después de la operación.Las yemas de los dedos de Macey, acariciaron aquella línea que se encontraba en su pecho, recordó con nostalgia lo sucedido, Byron había dado su corazón para que ella siguiera viviendo y que su nieto naciera con bien. A veces, lo sueña con una gran sonrisa mientras se aleja descalzo caminando por la orilla de la playa, cuando despierta, lloraba contra su almohada sin que John se diera cuenta.Macey siguió mirándose en el espejo, se veía bastante repuesta desde su operación, las ojeras habían desaparecido, los disimulados huecos de sus mejillas habían sido rellenados en el camino de su embarazo. ¿Cómo no estar tan agradecida infinitamente con él? Bajó la mirada a su vientre abultado de ocho meses y medio, ya no tardaba en llegar el pequeño John.— ¿Todo b
Tres años después…— ¡Me voy a comer estos cachetes regordetes! —exclamó juguetona Mina mientras cargaba a Byron en brazos, besó sus cachetes haciendo reír al pequeño, su risa era mágica, llena de vida.— ¿Estás lista? —preguntó Macey a Mina, esta asintió.—No sabía que quería una familia hasta que este pequeño llegó a nuestras vidas. —susurró nostálgica, se miró en los ojos del pequeño Byron, luego suspiró, dejó un último beso en su mejilla arrancando más risa, Macey se acercó para tomar en brazos al pequeño, este levantó sus brazos para que irse con su madre.— ¿Cómo me veo? —preguntó Mina a su hermana, ella sonrió feliz.—Eres la novia más
Eloy Crawford caminó de un lado a otro rezando para que su esposa Michelle, tuviese un parto seguro y que sus trillizas, nacieran sanas y completas. Se habían hecho estudios constantes para ver que todo estuviese bien, las vitaminas prenatales, la buena alimentación, así como la misma salud de Michelle para llevar ese camino sin problemas, Eloy rogaba a los cielos para que ninguna de sus niñas tuviese la herencia de su enfermedad, aunque los ultrasonidos no mostraban una señal de ello, temió por primera vez. Eloy no era de los que temían, era un hombre feroz en los negocios, un hombre romántico con su esposa y en este parto, tenía la vida en un hilo, ¿Y si le pasaba algo a su esposa? ¿A sus hijas?―Estará todo bien, jefe. ―Raymond intentó consolar a su jefe, nunca lo había visto así.―Más les vale que cuiden de mi familia…―gr
Macey olió la americana de su padre de nuevo, estaba en aquel escondite que solía ocultarse cuando jugaba con sus dos hermanas, sus dedos apretaron con fuerza la tela. Recordó la tarde de ayer, lo notó algo más pálido de lo normal, Eloy había insistido que estaba cansado y que solo quería dormir por el resto del día, Macey cerró sus ojos con fuerzas, las lágrimas salieron y volvió a llorar su muerte debajo de aquellos trajes elegantes colgando, escuchó la puerta abrirse, luego su nombre susurrar. Se limpió rápidamente las mejillas, no le gustaba que la vieran llorar, prefería hacerlo a solas.― ¿Macey? ―escuchó de nuevo su nombre, la ropa se movió y vio a su hermana, Mina, ella presionó sus labios al ver que su hermana intentaba ocultar su dolor, esta se quitó las zapatillas de aguja, y gateó un poco para entra