Después de semanas de arduo trabajo, las trillizas estaban preparándose para el evento de la noche, su padre antes de morir, había dejado todo preparado para festejar el cumpleaños de sus hijas, no había ningún detalle que pudiese pasar por alto. El evento era en un salón de uno de los hoteles de más prestigio y de lujo en New York: El Four Seasons.
Megan se miró de nuevo en el espejo de cuerpo completo, estaba enfundada en un elegante vestido con un escote discreto en color azul eléctrico, que solo dejaba ver una línea de piel desde su clavícula a la cadera, la tela colgaba de su cintura en caída libre hasta la duela oscura, tenía que levantar un poco el vestido para evitar tropezar ya que tenía un poco de cola, su cabello estaba recogido perfectamente en un moño cerca de su nuca, joyería discreta para no empañar el diseño del ves
Macey estaba dando un pequeño sorbo a su copa de champagne, mientras veía bailar a los invitados, había dado un recorrido por cada mesa con sus hermanas para agradecer que vinieran al festejo, recibieron felicitaciones junto con esos abrazos de sentido pésame por el fallecimiento de Eloy Crawford. Después del recorrido, cada una se fue, pero se volverían a juntar cuando cortaran el pastel. Macey soltó un largo suspiro, sus pies le dolían a un par de horas de haber empezado todo, sus dedos se metieron a la tela del cuello para tocar aquella parte que estaba dando picazón. Distraída, dio otro trago a su copa y la dejó en la mesa que compartía con sus hermanas.―Hola, Micy. ―Macey se tensó al escuchar aquella voz detrás de ella, se giró lentamente con el ceño arrugado, vio a un John Pierce elegante y atractivo en un traje de etiqueta, con una son
Byron bajó de su camioneta blindada y los flash de las cámaras se comenzaron a disparar sin parar, había jadeos, murmuro de los periodistas y uno que otro intentando sacar información de por qué el magnate y enemigo de MC Cosmetic estaba ahí. Byron solo sonrió y agitó su mano en saludo ignorando a su paso las preguntas, este entregó la invitación a la persona encargada y entró.John dio un breve sorbo a su copa de champagne, se prometió que sería la última ya que no solía tomar mucho. Escuchó murmullos entre los invitados cerca de él, giró su rostro hacia dónde veían sorprendidos, cerró los ojos y se apretó el puente de la nariz.―Dios mío, ¿Y ahora qué? ―miró a su padre dirigirse hacia a él que se encontraba en la barra iluminada dónde servían las bebidas
Jack miró a Megan irse con sus dos hermanas por un pasillo, notó que era el camino a los servicios, dudó en si ir a ofrecer ayuda, ya que una de las hermanas, que aún no sabía distinguir, si era Mina o Macey, se veía pálida, quizás algo mareada o en shock por lo que acababa de pasar, había leído un poco más de ellas, así que escuchar la voz de su padre, las había dejado desconcertadas.Se levantó, pero cuando movió la silla, John chocó con ella y maldijo entre dientes por el golpe en su pierna, Jack se detuvo y miró a John.― ¡Lo siento, no te vi que venías! ―John solo agitó su mano de que no era nada, Jack y él volvieron a chocar más adelante como tres mesas más, ambos se vieron con irritación.―Pasa. ―John intentó no perder la paciencia, pero Jack hizo lo mismo en se&nt
Mina miró detenidamente hacia el camino que llevaba a la cocina, veía a los meseros entrar y salir, pero no al chef.― ¿Qué tanto miras hacia la cocina? ―preguntó Megan de manera curiosa, Mina la miró.― ¿Recuerdas del hombre de la barra del restaurante que solemos frecuentar? ―Megan arrugó su ceño, intentando recordar al hombre al que se refería su hermana.―No. Pero dime…―Mina soltó un suspiro cuando desvió la mirada al resto del salón.―Es el chef y dueño del restaurante, y ha suplido al chef que siempre organizó las fiestas de nosotras y la de nuestro padre. Él se está encargando de este evento. ―Megan alzó sus cejas.―Vaya, es demasiado pequeño el mundo. ―se dio un golpecito con su brazo al de Mina. Mina se sonrojó y era insólito que eso pasara para Megan. ― ¿Te interesa?
Mina despedía a los últimos invitados de la fiesta, incluso fue más rápido que los años anteriores, Megan sonreía al igual que Macey al despedirse, por un momento Mina desvió su mirada hacia el camino a la cocina.― ¿Desde cuándo tengo que esperar? ―dijo levantando su vestido amarillo oro, sus hermanas miraron a Mina quien se alejaba de ellas.―Va por ese chef. ―dijo Megan sonriendo.―Es la primera vez que Mina tiene que esperar por un hombre. ―confesó Macey, pero su sonrisa se esfumó cuando John era uno de los últimos invitados, Megan le sonrió de manera educada.―John, pensé qué te habías marchado con tu padre, ¿Se la pasaron bien? ―Megan preguntó mientras observó que este y Macey se comían con la mirada. ―Ash, por favor, busquen un cuarto de hotel. ―ambos miraron a Megan quien sonreía. ―Ahora t
Mina siguió sorprendiéndose cuando llegaron a una zona de los suburbios muy famosas de la ciudad de New York, ¿Quién se iba a imaginar a un chef en una casa con jardín e hipoteca? ¿Quizás un perro? ¿Gato?El auto se detuvo en espera de que el portón se levantara, luego entraron, Mina miró la cochera, notó una organización en cajas en repisas y un área de herramientas, que tenía demasiados aparatos que en toda su vida nunca vio.―Bienvenida a mi humilde hogar.―Pensé que iríamos a un lugar más discreto, ―murmuró mirándolo, ― ¿Qué le dirán tus vecinos a su esposa por la mañana? ―Jaren sonrió.―Sabes que no estoy casado.― ¿Divorciado? ―él negó, sus dedos se posaron en el volante de cuero. ― ¿Viudo? ―negó de nuevo.―Sabes que estoy
Mina estaba totalmente desnuda y recostada sobre la isla de granito de piernas abiertas mientras Jaren lamía su más preciado tesoro, los gemidos se escuchaban en toda la gran cocina.―Así, así, así, no pares…―dijo Mina jadeando a punto de tirar la tabla de picar con verdura a medio cortar, sus dedos presionaron con fuerza la orilla de la isla, hizo movimientos circulares con sus caderas para encontrar el punto exacto para ser lanzada a su primer orgasmo, pero no fue así, Jaren salió de entre sus piernas y se pasó un dedo por sus labios para limpiar el sabor de Mina, ella levantó su rostro hacia a él. ― ¿Qué haces?―Este es el previo, señorita. ―Ambos estaban jadeando.―Más vale que regreses a ese lugar y termines, señor Porter. ―Jaren sonrió y luego negó. Atrapó sus caderas para hacerla venir un poco hacia a él
Por la mañana, Megan y Macey desayunaron solas, sin la presencia de su hermana, Mina. La chica del servicio acomodó la canasta de pan en el centro de la gran mesa, luego la taza de café a lado de Macey.―Gracias, Ellen. ―la chica le sonrió amablemente, ―Por cierto, ¿No ha llegado Mina? ―la chica negó. Megan le agradeció y ella se retiró dándoles privacidad. Miró a Macey. ― ¿Crees que esté bien? ―Macey no supo que contestar, no había respondido aun los mensajes de hace media hora atrás.―Debe de estar bien. ―Macey tomó un sorbo a su taza de café.―Bueno, tengo que irme, tengo una reunión con Warren. ―Macey sonrió.― ¿En fin de semana? ―ella sonrió, Megan le lanzó una mirada de irritación.―Tengo un poco de resaca, no fastidies, “Micy” ―Macey borró su sonris