Al salir de la casa, buscó con la mirada la figura de la mujer que había atrapado su atención con la fotografía, oía que Mireya decía algo, pero no prestaba atención, en lo único que su corazón y mente pensaba era en Aurora Cotroni, quería acercarse, verla y descubrir lo que sus ojos ocultaban. No sabía porque al ver su figura vino a su mente Anastasia, su cabello negro no tenía nada que ver con sus cabellos dorados, cada paso que daba estaba tan cerca, hasta que escuchó la voz de un hombre. —¡Amor! nuestra hija quiere dar un paseo por la ciudad, vamos —al verlo lo reconoció como Franco su esposo, Aurora debía amarlo mucho para estar junto a un hombre así.Para muchas mujeres Franco sería un monstro con esa cicatriz que marcaba su rostro, comenzaba en la frente del lado izquierdo y terminaba en la mejilla debajo del ojo derecho.—Claro amor, vamos a donde la princesa diga —contestó Aurora, su timbre de voz era tan parecido al de Anastasia, pero eso era imposible, era su cerebro que
Aurora al fin había tenido delante de ella al hombre despiadado que causó la muerte de su hijo en aquel terrible accidente automovilístico.No podía creer que fuera tan falso, al mencionar a su esposa fingió que le había dolido, sin embargo, ella sabía que era mentira, hombres como él no amaban a nadie, no tenían corazón.—Te odió con toda mi alma Luca Di Mauri —ese sentimiento la había acompañado desde que Franco le contó todo.Cada día tenía presente cuando despertó en aquel hospital, sola, y su único pensamiento era que su hijo estuviera bien y a salvó, pero no sabía de quién. ~~~~~~~Años atrásLa puerta de la habitación se abrió, un hombre que no reconocía la miraba con amor y temor.—¿Quién eres? —el hombre frunció el ceño.—No me recuerdas —ella solo negó con la cabeza —sabes como te llamas —volvió a mover la cabeza, estaba desesperada por respuestas, no por escuchar más preguntas—¿Quién eres? —gritó con desesperación, el hombre se acercó hasta la cama y tomó su mano.—Soy tu
El pensamiento la atraviesa como una espada, pero todo se nubla cuando siente lo increíble que se siente su boca sobre la suya. La forma en que sus labios amasan lo suyos es única, que puede ser adictivo, hace tanto que no sentía algo así. Un gemido de satisfacción abandona su garganta mientras él la aprieta más a su cuerpo. Sus lenguas se acarician, Aurora se queda sin aliento, Luca la domina y todo en lo que puede pensar es en someterse a él.—No quiero para —escucha que dice aun sobre sus labios, se siente empoderada, saber que puede tenerlo así la satisface.—No lo hagas —acaricia sus labios con los suyos —hazme tuya Luca…Sus palabras hicieron que tomara sus labios perdiendo toda racionalidad y control. Sin apartar sus labios de ella, hace que bajen juntos hasta la suavidad de la arena, hincados lentamente le quita la suave tela dejándola solo con un camisón de ceda negro, es tan hermosa que no quiere que termine ese momento. Aurora mete sus manos debajo de la camisa desaboto
Luca con una expresión sería, le hizo un gesto a Tony para que se retirara y le permitiera hablar en privado con Mireya. Ella lo observa con una sonrisa tímida, dando unos pasos más cerca del escritorio. Bajo un poco la vista al escritorio, deteniéndose en la carpeta, podría ver un brillo de interés, solo esperaba que ni hubiera visto la fotografía.—¿Qué sucedió en tu casa? —preguntó Luca con voz dura, cerrando la carpeta negra y guardo en el cajón del escritorio con llave. —Lo que pasa es que tenía una plaga de ratones, y tuve que contratar una empresa para que los exterminara —parecía nerviosa, jugando con los dedos de sus manos mientras le contaba a Luca —dijeron que usarían un químico que podría afectar mi salud, por lo que me recomendaron que no durmiera en mi casa por una semana.A pesar que a Luca prefería tener su hogar solo para su familia, comprendía que no podía negarle a Mireya su ayuda, por lo que con un gruñido se puso de pie y camino con ella.—Voy a ordenar que pre
Mireya estaba tan feliz que radiaba luz, con esa sonrisa de oreja a oreja, Luca sonreía, pero era más forzado, cuando se levantó y la vio a su lado durmiendo gruño, no era Aurora, la que estaba a su lado. Tony tenía razón esa mujer se estaba volviendo una obsesión, a cada hora y momento pensaba en ella, había desplazado por completo el dolor y los pensamientos de Anastasia, aunque si lo pensaba en su mente las veía a las dos como una sola. —Muchas felicidades hijo has tomado una buena decisión —dijo su padre que lo abrazaba. —Si es así, porque no me siento emocionado —estaban solos en el despacho tomando una copa de wisxhy —le pedí matrimonio pensando en Luciano, y cuando estaba con ella, pero tengo una sensación rara en mi…—Eso es culpa, piensas que estas traicionando ala memoria de Anastasia, pero no es así —palmeo su hombro —como te dije ella te amaba, estoy seguro que desde el cielo ella acepta que le des a Luciano una madre como Mireya…—No estoy seguro —recordó la imagen de
Aurora veía el camino mientras su mente se llenaba de interrogantes. El encuentro que ella misma había propiciado le dejo un sabor dulce y amargo a la vez. ¿Por qué había mencionado el nombre de su difunta esposa, cuando había llegado a su clímax? La confusión se apoderaba de su pensamiento, era posible que Luca aun amara a su esposa, si era así ¿Por qué la mato? Aurora se debatía entre la razón de su venganza y la pasión que Luca despertaba en ella, intentaba descifrar las sutiles señales que había surgido en su cuerpo cada vez que estaba cerca él. —¿Qué piensas? —volteo a ver a Franco, que la miraba con intriga. No podía decirle que sentía aun sus manos de Luca sobre sus piernas cuando las apretaba con fuerza mientras sus caderas se movían en una danza única. —En como una mujer como Mireya puede amar a un hombre como Luca, es frío, durante la cena no tuvo ninguna atención de cariño hacia ella —Franco soltó un suspiro como de alivio, su rostro se formó una sonrisa. —Luca es as
El día de la boda llegó, Luca se veía en el espejo, su traje beige le quedaba a la perfección marcando sus fuertes brazos, ajusto la rosa negra en la solapa del traje. Anastasia siempre estaría presente en su vida y más ese día.Sabía que todo en la casa era un caos, gente por todos lados llevando adornos, flores y comida que había sido pedidos para la boda. —Luca los invitados están llegando —dijo su padre que ingresaba a su habitación, al igual que él venía vestido con un traje de color beige —creo que sería bueno que los recibieras…—Si ya voy ¿Dónde esta Mireya? —preguntó sacando del cajón una pequeña caja.—En su habitación, pero no piensas ir ahora…—Luca sonrió, el no creía en nada de eso de la mala suerte. —Son supercherías tontas, le tengo que entregar el anillo —dijo saliendo hacia la habitación, dio dos toques y escuchó que le daban el paso.Al verlo Mireya se cubrió con una bata, pero fue inevitable que no viera parte de su vestido.—Luca ¿Qué haces aquí? —preguntó nervi
Luca estaba sorprendido al ver la sonrisa de Aurora, ella parecía divertida, como una niña traviesa a punto de ser descubierta. —Yo solo vine a darte tu regalo de bodas —dijo, sus manos fueron a los tirantes de su vestido blanco, los retiro lentamente delante de Luca, quedando completamente desnuda. Luca trago saliva, era un cuerpo espectacular, no era como de modelo, pero sus curvas la hacían más mujer. Levantó la vista, su rostro estaba sonrojado, y sus ojos brillaban de entusiasmo. —No, ¿Qué te pasa estás loca? —Luca camino a la puerta —ponte ese vestido, puede venir Franco en cualquier momento ¿Quieres que nos matemos? —ella camino sin ninguna vergüenza, tomo la mano de Luca que estaba en el plomo de la puerta, la cerró mientras su otra mano rodeaba su cuello y lo atraía a sus labios.—El no vendrá a buscarme — la piel de sus senos desnudos los sintió tocando su torso —tenemos tiempo para que tomes tu regalo.Aurora volvió a tomar sus labios, quería apartarla, pero su cuerpo le