no voy a decir nada, porque creo que fue demasiado fácil, ustedes que piensan?
POV. LUCÍA.Una fila eterna de sirvientes nos esperaban en la entrada, todos uniformados y sonrientes, como siempre, justo como lo recordaba, justo como el primer día que pisé esa casa.— Es un placer volver a verla señora — sonreí sin prestar demasiada atención.— Mis cosas…— Ven — Sebastián tiró de mi mano y subimos la escalera. La tercera puerta por el pasillo principal tenía un pequeño ángel dormido sobre unas nubes y Sebastián empujo la puerta para abrirla, me dejó pasar primero y el aire de fue de mis pulmones. El techo era un cielo lleno de nubes esponjosas e iluminadas y no me pregunten como logró eso, pero era una maravilla, el color se iba degradando en una de las paredes que se volvía una montaña llena de pequeños animales y árboles, la cama estaba casi flotando en un barco que tenía mullidas almohadas y a su lado una cuna tomaba la forma de un pequeño tren, el suelo era una alfombra que parecía pasto, los muebles se fusionaron con las pinturas de las paredes y la pequeña
POV. CARMEN. — Debo irme — le dije a Felipe que no me dejaba poner la falda sobre las medias a medio muslo.— Uno más y te puedes ir.— Qué no, las chicas me esperan y prometí que no llegaría tarde.— Siempre llegas tarde.— Ese es el punto de irme ahora mismo.Finalmente me liberó y tomé mi falda que tuve que colocarme cuando estaba en el ascensor para tratar de no llegar tarde, pero claramente iba a llegar muy tarde.— Seguimos esperando por ti — Lucía estaba molesta .— Marie dice que traigas pastel de chocolate.Reí bajito, Marie sabía que estaba apenas saliendo de mi casa y justo al lado quedaba una pastelería que ella amaba, no por los pasteles si no por el pastelero. Sentí un poco de tristeza por eso, Marie era la chica más dulce del mundo y siempre andaba enamorándose de todos los chicos lindos que veía, pero el pastelero era como una obsesión para ella, a pesar de que el chico tenía gustos particulares por los de su mismo sex0.Así que decidí no llevar pastel.— ¡Carmen! — Lu
POV. SEBASTIÁN.Era el segundo saco de arena que mandaba a traer, regrese a casa tan rápido como pude, las palabras de la madre de Felipe habían calado directo a mi cabeza y era la pregunta que me había hecho todos los días desde hace varios años.Tantos que prefería no recordarlos. “Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Dos golpes al saco y una patada. “Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Tres golpes más y luego cuatro.“Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Estaba corriendo como loco en la caminadora, el sudor corría por mi frente y mis ojos estaban fijos en la ventana. Había empezado después de llegar de aquel lugar, eran casi las 2 y ahora el cielo estaba estrellado y oscuro, pero mi cuerpo seguía tenso, molesto, me sentía demasiado salvaje y si me detenía iba a romper cosas.— No lo haces por ella, hiciste una promesa y eres un caballero — me dije cuando me encontré haciendo abdominales.— No lo haces por ella, hicis
POV, LUCÍA.— ¿Lista?— Sí… Tú no… No desayunaste.— Sí, sí lo hice — dijo con mucha frialdad —. Pero ya no lo hago a tu lado.— Sebastián, creo que…— La cita es a las 9, tenemos el tiempo exacto para llegar, luego te dejaré con los hombres de seguridad para que te lleven a tu taller o al lugar que necesites.Su indiferencia era tal que se fue adelante junto al conductor enviando a mi lado a un hombre de seguridad.Pero al llegar al hospital sabiendo que tendríamos los ojos sobre nosotros, Sebastián volvió a actuar como el hombre amoroso y devoto, tomo mi mano, me ayudo a bajar del auto, saludó amablemente a todo el personal y me llevó por un camino que no era el que conducía hasta mi doctora de siempre.— ¿A dónde vamos?— A dónde quieres ir — dijo fríamente —. Tienes 5 minutos. Sebastián se hizo a un lado y golpeó la puerta, un segundo después fue Dan el que salió de allí y una sonrisa suave se pintó en mi rostro, pero de algún modo era demasiado incómodo pues estaba con Sebastián.
“¿De qué rincón negro de tu alma, tan pura, has sacado esa indiferencia y fría mirada de tus ojos claros?” …Vicente Medina. POV. SEBASTIÁN. — Está todo listo.— ¿Para qué me avisas? — Creí que tal vez usted querría ir y ver…— No, no me interesa, molesta a alguien más con esas pequeñeces. — Señor…— Tengo asuntos más importantes que atender hoy. Como cada enero tenía que ir hasta el lugar que más detestaba en el mundo, era su cumpleaños y visitarla aunque no era una obligación, si era una tortura.Cada paso que daba dentro de ese frío lugar era como clavos atravesando las plantas de mis pies.— Señor, bienvenido — dijo el hombre vestido de blanco.— Gracias. ¿Está todo listo?— Sí — se inclinó e hizo un silencio que me indico que algo malo estaba por decirme.— ¿Qué? — pregunte mientras me colocaba la indumentaria necesaria.— Anoche tuvo una recaída — sentí el frío recorrer mi espalda y una punzada fuerte en mi estomago.— ¿Qué tan grave? — A penas si amaneció consciente — trag
POV. LUCÍA.— ¿Qué haces aquí? — Dan estaba entrando a las oficinas con un hermoso ramo de rosas.El olor me produjo unas ligeras náuseas.— ¿Cómo estás? — Bien, yo… Lamento lo que pasó con Sebastián. creo que él…— Acepto — dijo Dan sonriendo.— ¿Qué? — Lo miré incrédula.— Se que no es normal, pero yo quiero y…— Dan, ¿te estás escuchando? — Yo simplemente no podía creer lo que estaba diciendo.— Lucía, yo te amo y si Sebastián nos va a dejar estar juntos, no veo porque no…— Porque es enfermizo. No puedo… Yo no…— Lucía, Sebastián no te ama, solo te hace daño, te embarazó en contra de tu voluntad, prácticamente te retiene en su casa lo que significa que estás secuestrada, ¿qué tienes? Síndrome de Estocolmo. Te manipula con dinero y psicológicamente, dime quién en su sano juicio acepta eso.Las palabras de Dan eran como duros golpes de realidad.— Si no estás con él, te quita tu mundo, tus joyas, si no estás con él arruina las empresas de tus padres y de paso a ellos, si no estás co
POV. LUCÍA.Solo había una persona que podría contarme la verdad, pero sabía que no iba a decir absolutamente nada.Cuando regresé a la habitación, lo vi salir del baño completamente desnudo y goteando, no se había secado, su pelo caía sobre su perfecta cara y me ignoró cuando pasó por mi lado.— Sebstián — lo llame, pero parecía más fácil pretender que yo no existía.Se hizo un silencio profundo en la habitación y salió del armario con ese pantalón de chándal que apenas abrazaba esa perfecta V que se formaba en su abdomen bajo y trague con dificultad, porque ese hombre parecía más bien una escultura.— ¿Qué? ¿Tanto te incomoda? — Se acercó y movió mi rostro porque yo estaba mirando al suelo —. Ya ni siquiera puedes verme — me soltó, pero tomó sus manos antes de que se alejará de mí.— No… Yo…¿Qué le iba a decir? Que lo deseaba.Qué quería pegarle.Qué era detestable su actitud.Qué yo estaba a ciegas.Qué podía hablar conmigo.Sin embargo, ni una sola palabra salió de mi boca.— ¿Qu
POV. SEBASTIÁN.— ¡LUCÍA! Sí había algo que yo odiaba, era que se metieran en mis asuntos y sobre todo que engañaran a mi gente.* * * UN PAR DE HORAS ANTES * * * — Buenos días, señor.— ¿Qué novedades tenemos? Felipe y Antonio ya están…— Sí, te estamos esperando — dijo Antonio abriendo las puertas de mi oficina.Entre a una reunión con ellos y aunque las cosas no estaban saliendo como yo quería, al menos habíamos encontrado una pista para tratar de librarme de papá.— El problema es que ayer se reunió con la madre de Felipe, parece que ella le va a ayudar — dijo Antonio. — Tu madre — mire a Felipe y pude ver la vergüenza en sus ojos.— Creo que vamos a tener que acelerar los planes con ella.— ¿De qué hablas?— Es ella o yo, Felipe — le dije con firmeza —. Y la verdad es que ella ha causado demasiado daño.— Sebastián, sabes que estoy de tu lado.— Entonces dile a Carmen que entregue a los medios las fotografías que le di, ella sabe que hacer.— ¿El niño? — Sí, está en una de la