POV. DAN.Lucía cerró la puerta de mi oficina con un suave clic. La mire por un momento y por alguna razón sentí que estaba tensa. sin embargo le dí una sonrisa cansada pero sincera, extendiendo una mano hacia ella para que se acercará a mi lado. — Ven aquí — le dije y vi sus ojos llenos de ternura.Lucía no dudó. Se acercó y se dejó envolver por mis brazos. Le di un beso en la frente y luego en los labios, con una mezcla de pasión y delicadeza. — Te extrañé tanto — susurré contra sus labios. — Yo… También — respondió tímidamente, con algo extraño en sus ojos.Lucía me contó que faltaba poco para terminar de llevar sus cosas a mi casa, que estaba emocionada y que su nueva colección había sido todo un éxito, tenía la pregunta atorada en la garganta, pero era mejor disfrutar el breve momento que tenía a su lado y no meter a Sebastián en la conversación. Estábamos hablando tranquilamente y ella tenía sus manos en mi rostro cuando el sonido de la puerta abriéndose nos interrumpió. Am
POV. LUCÍA.Esa noche, llegamos a la gala y nuevamente fuimos el centro de atención desde el momento en que entramos, con todas las miradas fijas sobre nosotros, simplemente tuve que poner mi mejor sonrisa y recordar que esto lo hacía por Carmen, en parte.Estaba agradecida con ella porque había demostrado tanta lealtad que prefirió contarme la verdad, antes que persuadirme con mentiras. Sebastián se estaba mostrando encantador y atento, como solía hacerlo en público, como solía ser cuando estábamos casados y me sentía incómoda, pero intentaba mantener la compostura. — ¿Estás bien? — preguntó Sebastián, notando mi tensión.— Sí, solo estoy un poco cansada — mentí sonriendo débilmente.— Gracias por venir conmigo, es importante.— No lo hago por ti.— Lo sé, pero aún así gracias.— Sebastián, no te cuesta nada dejarme libre, yo no te amo y tu tampoco me amas a mi.— La libertad es relativa — sonrío mientras nos brindaban una copa de champaña a la que me tuve que negar —. Si un ave na
POV. SEBASTIÁN.— Sigue — sentí náuseas tan pronto como ese perfume barato y ordinario entró a mi nariz —. Lárgate antes de que te saqué de aquí a patadas.¿Quién la había dejado entrar? — Este mes no obtuve mi cheque — extendió sus manos sobre el escritorio y pude ver esas horribles uñas largas, perfectamente maquilladas. — Tal vez sea porque no tengo más dinero para ti.— Eso es mentira, tienes dinero para vivir unas 100 vidas. — Sí, pero no para ti y eso es lo que pareces no entender.— Sebastián querido, mas te vale que no estés jugando conmigo o voy a publicar ese video y toda la sociedad…— ¿Cuál video? — le pregunté sonriendo mientras me ponía de pie.— Sabes de qué estoy hablando.— No, no tengo ni idea — me gustaba jugar a hacerme el tonto. — El video de lo que pasó en la oficina.— Lo que pasó en la oficina — repetí sus palabras y me puse de pie hasta que llegue junto a ella —. No tengo idea de que hablas y te doy menos de cinco minutos para que te largues para siempre.—
POV. DAN.Lo vi sentado bebiendo una limonada y sonriendo a la nada, era domingo y llevaba 4 días sin saber de Lucía. ¿Me iba a rendir tan fácilmente? Era más que obvio que ellos se habían acostado, me moleste y estaba furioso, pero acaso no fue lo mismo que yo hice con Samantha. ¿No era muy hipócrita de mi parte señalar a la mujer que amo, cuando yo cometí el mismo pecado?Me pare frente a Sebastián.— ¡Ay, que amargado! Déjame disfrutar del sol de la mañana — dijo haciendo una ridícula cara infantil. — Mientras tú disfrutas de tu lujosa mimosa, en tu lujoso club, con tu costosa ropa, hay muchos niños que…— Sí, sí, sí. Me tienen cansado con el discurso de los niños y parece que siguen sin entender que no me importan.— ¿Dónde están? — ¿Qué cosa? — ¡LOS NIÑOS, CABRÓN! — Mi paciencia se había esfumado.— Considera tu tono, porque creo que estás a un grito de que te saquen del lugar — lo vi bostezar con tanta tranquilidad, que yo solo quería romperle la cara —. ¿Por qué tanta preo
POV. LUCÍA.Una fila eterna de sirvientes nos esperaban en la entrada, todos uniformados y sonrientes, como siempre, justo como lo recordaba, justo como el primer día que pisé esa casa.— Es un placer volver a verla señora — sonreí sin prestar demasiada atención.— Mis cosas…— Ven — Sebastián tiró de mi mano y subimos la escalera. La tercera puerta por el pasillo principal tenía un pequeño ángel dormido sobre unas nubes y Sebastián empujo la puerta para abrirla, me dejó pasar primero y el aire de fue de mis pulmones. El techo era un cielo lleno de nubes esponjosas e iluminadas y no me pregunten como logró eso, pero era una maravilla, el color se iba degradando en una de las paredes que se volvía una montaña llena de pequeños animales y árboles, la cama estaba casi flotando en un barco que tenía mullidas almohadas y a su lado una cuna tomaba la forma de un pequeño tren, el suelo era una alfombra que parecía pasto, los muebles se fusionaron con las pinturas de las paredes y la pequeña
POV. CARMEN. — Debo irme — le dije a Felipe que no me dejaba poner la falda sobre las medias a medio muslo.— Uno más y te puedes ir.— Qué no, las chicas me esperan y prometí que no llegaría tarde.— Siempre llegas tarde.— Ese es el punto de irme ahora mismo.Finalmente me liberó y tomé mi falda que tuve que colocarme cuando estaba en el ascensor para tratar de no llegar tarde, pero claramente iba a llegar muy tarde.— Seguimos esperando por ti — Lucía estaba molesta .— Marie dice que traigas pastel de chocolate.Reí bajito, Marie sabía que estaba apenas saliendo de mi casa y justo al lado quedaba una pastelería que ella amaba, no por los pasteles si no por el pastelero. Sentí un poco de tristeza por eso, Marie era la chica más dulce del mundo y siempre andaba enamorándose de todos los chicos lindos que veía, pero el pastelero era como una obsesión para ella, a pesar de que el chico tenía gustos particulares por los de su mismo sex0.Así que decidí no llevar pastel.— ¡Carmen! — Lu
POV. SEBASTIÁN.Era el segundo saco de arena que mandaba a traer, regrese a casa tan rápido como pude, las palabras de la madre de Felipe habían calado directo a mi cabeza y era la pregunta que me había hecho todos los días desde hace varios años.Tantos que prefería no recordarlos. “Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Dos golpes al saco y una patada. “Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Tres golpes más y luego cuatro.“Sacrificar todo por una mujer que te detesta y desprecia”Estaba corriendo como loco en la caminadora, el sudor corría por mi frente y mis ojos estaban fijos en la ventana. Había empezado después de llegar de aquel lugar, eran casi las 2 y ahora el cielo estaba estrellado y oscuro, pero mi cuerpo seguía tenso, molesto, me sentía demasiado salvaje y si me detenía iba a romper cosas.— No lo haces por ella, hiciste una promesa y eres un caballero — me dije cuando me encontré haciendo abdominales.— No lo haces por ella, hicis
POV, LUCÍA.— ¿Lista?— Sí… Tú no… No desayunaste.— Sí, sí lo hice — dijo con mucha frialdad —. Pero ya no lo hago a tu lado.— Sebastián, creo que…— La cita es a las 9, tenemos el tiempo exacto para llegar, luego te dejaré con los hombres de seguridad para que te lleven a tu taller o al lugar que necesites.Su indiferencia era tal que se fue adelante junto al conductor enviando a mi lado a un hombre de seguridad.Pero al llegar al hospital sabiendo que tendríamos los ojos sobre nosotros, Sebastián volvió a actuar como el hombre amoroso y devoto, tomo mi mano, me ayudo a bajar del auto, saludó amablemente a todo el personal y me llevó por un camino que no era el que conducía hasta mi doctora de siempre.— ¿A dónde vamos?— A dónde quieres ir — dijo fríamente —. Tienes 5 minutos. Sebastián se hizo a un lado y golpeó la puerta, un segundo después fue Dan el que salió de allí y una sonrisa suave se pintó en mi rostro, pero de algún modo era demasiado incómodo pues estaba con Sebastián.