Ándale, santa cachucha, creo que Lucía se paso, ustedes que piensan?
POV. SEBASTIÁN. — ¿A qué horas? — 8 de la noche — respondió la mujer al otro lado de la línea. — Quiero que lleves las flores a las 9.— Sí señor.Colgué con la asistente de Lucía que trabajaba para mí y tomé los papeles que acababa de traer Antonio. Revisé cada hoja y en todas estaban las firmas de los padres de Dan, la satisfacción que sentí fue grande, no esperaba que firmaran tan rápido y sin poner oposición, pero supongo que los padres de Dan no son tan tontos como su hijo. — Pidele al chofer que pase a casa por mi traje y que lo lleven al Hospital Central, en una hora partimos.— Desea almorzar por el camino.— Sí.Solo quería ver la cara de Lucía, necesitaba ver su rostro y su mirada descolocada que tanta gracia me produce, luego de que se da cuenta de que lo que no creía posible, es una realidad. Comprarlo no había sido nada fácil, porque lo que dijo Lucía era cierto, el Hospital no estaba en venta, tampoco necesitaba apoyo financiero ni ser rescatado de una quiebra. Sin
POV. SEBASTIÁN. Camine por esos pasillos mientras silbaba y sonreía a las personas que se cruzaban por mi camino, era un lugar agradable, bien cuidado y conservado, eso teniendo en cuenta que fue el primer hospital de los padres de Sebastián y que en su mayoría era público. Sin embargo debía tener la consideración de reconocer que a pesar de eso, los pacientes eran tratados como si fueran VIP.— Quiero que reemplaces las camas viejas, pídele a los auditores que revisen el material de la cocina y si deben ser reemplazados que lo hagan, y por favor que empiecen de adentro hacía afuera con la reestructuración, tanto del Hospital como de las 3 alas de las fundaciones que allí están instaladas — guarde silencio porque estaba olvidando algo.— Y ya pedí que revisen la ropa de los niños de las fundaciones — sonreí, no podía tener un mejor asistente.— Y eso, que revisen si requieren ropa nueva, juguetes, bibliotecas, pero siempre…— De adentro hacía afuera.— Primero la estructura, no quier
“Los narcisistas ignoran a los demás y sólo se preocupan de su cuerpo y su suerte, no porque se amen a sí mismos, sino porque no pueden salirse de los confines de su propia existencia”. Edrita Fried. POV. DAN.— Va a ser un gran día — el cabr0n de Sebastián se fue dejándome allí sin nada que pudiera hacer.El contrato era muy específico, yo no podía renunciar, ni solicitar traslado a otro hospital, tampoco podía cambiar mis turnos a conveniencia o necesidad. Samantha estaba arriba, con su como siempre impresionante presencia, era una mujer poderosa, fuerte, determinada y podía sentir su mirada clavada en mí.Los recuerdos, el pasado, la vida que había dejado y todo se presentó frente a mis ojos como si fuera una deuda que nunca había saldado.— Mi nombre es Samantha Evans, soy la nueva directora del Hospital y espero que sepan que pueden contar conmigo para lo que sea — como siempre sus palabras fueron cortas, directas y su mirada amable.Samantha es esa clase de persona que siempr
POV. FELIPE. Abrir mis ojos y ver a Carmen a mi lado…Juro por Dios que era la felicidad completa, mi pecho se acelera y más cuando su cuerpo estaba medio cubierto por la sábana revuelta y enredada en sus piernas y la curva de su perfecto trasero resalta con los primeros rayos de luz que dejo que entren en medio de las cortinas. Solo con esa imagen siento que mi pen3 va a estallar.Deslizo mis dedos por entres sus preciosos pelos largos y luego llegó a su mentón, sus mejillas, sus cejas y la punta de su pequeña nariz. Y aunque me siento feliz, no puedo evitar mirarla y sentir una ira profunda, un rencor absoluto y odio por mi familia, nunca alcanzaré a imaginar cuanto la dañaron y todo lo que nos quitaron, que pasara sola por la pérdida de nuestro bebé, que la forzaran a eso…— Buenos días — dijo apenas abriendo los ojos y dándome esa sonrisa tan perfecta.— Eres preciosa, ¿ya te lo había dicho? — Mmmmm — arrugó su linda nariz —. Tal vez, pero a veces se me olvida —soltó una risa i
POV. DAN.Lucía cerró la puerta de mi oficina con un suave clic. La mire por un momento y por alguna razón sentí que estaba tensa. sin embargo le dí una sonrisa cansada pero sincera, extendiendo una mano hacia ella para que se acercará a mi lado. — Ven aquí — le dije y vi sus ojos llenos de ternura.Lucía no dudó. Se acercó y se dejó envolver por mis brazos. Le di un beso en la frente y luego en los labios, con una mezcla de pasión y delicadeza. — Te extrañé tanto — susurré contra sus labios. — Yo… También — respondió tímidamente, con algo extraño en sus ojos.Lucía me contó que faltaba poco para terminar de llevar sus cosas a mi casa, que estaba emocionada y que su nueva colección había sido todo un éxito, tenía la pregunta atorada en la garganta, pero era mejor disfrutar el breve momento que tenía a su lado y no meter a Sebastián en la conversación. Estábamos hablando tranquilamente y ella tenía sus manos en mi rostro cuando el sonido de la puerta abriéndose nos interrumpió. Am
POV. LUCÍA.Esa noche, llegamos a la gala y nuevamente fuimos el centro de atención desde el momento en que entramos, con todas las miradas fijas sobre nosotros, simplemente tuve que poner mi mejor sonrisa y recordar que esto lo hacía por Carmen, en parte.Estaba agradecida con ella porque había demostrado tanta lealtad que prefirió contarme la verdad, antes que persuadirme con mentiras. Sebastián se estaba mostrando encantador y atento, como solía hacerlo en público, como solía ser cuando estábamos casados y me sentía incómoda, pero intentaba mantener la compostura. — ¿Estás bien? — preguntó Sebastián, notando mi tensión.— Sí, solo estoy un poco cansada — mentí sonriendo débilmente.— Gracias por venir conmigo, es importante.— No lo hago por ti.— Lo sé, pero aún así gracias.— Sebastián, no te cuesta nada dejarme libre, yo no te amo y tu tampoco me amas a mi.— La libertad es relativa — sonrío mientras nos brindaban una copa de champaña a la que me tuve que negar —. Si un ave na
POV. SEBASTIÁN.— Sigue — sentí náuseas tan pronto como ese perfume barato y ordinario entró a mi nariz —. Lárgate antes de que te saqué de aquí a patadas.¿Quién la había dejado entrar? — Este mes no obtuve mi cheque — extendió sus manos sobre el escritorio y pude ver esas horribles uñas largas, perfectamente maquilladas. — Tal vez sea porque no tengo más dinero para ti.— Eso es mentira, tienes dinero para vivir unas 100 vidas. — Sí, pero no para ti y eso es lo que pareces no entender.— Sebastián querido, mas te vale que no estés jugando conmigo o voy a publicar ese video y toda la sociedad…— ¿Cuál video? — le pregunté sonriendo mientras me ponía de pie.— Sabes de qué estoy hablando.— No, no tengo ni idea — me gustaba jugar a hacerme el tonto. — El video de lo que pasó en la oficina.— Lo que pasó en la oficina — repetí sus palabras y me puse de pie hasta que llegue junto a ella —. No tengo idea de que hablas y te doy menos de cinco minutos para que te largues para siempre.—
POV. DAN.Lo vi sentado bebiendo una limonada y sonriendo a la nada, era domingo y llevaba 4 días sin saber de Lucía. ¿Me iba a rendir tan fácilmente? Era más que obvio que ellos se habían acostado, me moleste y estaba furioso, pero acaso no fue lo mismo que yo hice con Samantha. ¿No era muy hipócrita de mi parte señalar a la mujer que amo, cuando yo cometí el mismo pecado?Me pare frente a Sebastián.— ¡Ay, que amargado! Déjame disfrutar del sol de la mañana — dijo haciendo una ridícula cara infantil. — Mientras tú disfrutas de tu lujosa mimosa, en tu lujoso club, con tu costosa ropa, hay muchos niños que…— Sí, sí, sí. Me tienen cansado con el discurso de los niños y parece que siguen sin entender que no me importan.— ¿Dónde están? — ¿Qué cosa? — ¡LOS NIÑOS, CABRÓN! — Mi paciencia se había esfumado.— Considera tu tono, porque creo que estás a un grito de que te saquen del lugar — lo vi bostezar con tanta tranquilidad, que yo solo quería romperle la cara —. ¿Por qué tanta preo