Al otro día Anís estaba preocupada ya que Alan no mejoraba y sus heridas se estaban infectando, por momentos apenas podía mantenerse de pie y en buen estado por lo que ella fue a la ciudad en busca de ayuda, allí se encontraría con un médico que tenía conocimientos en lo sobrenatural, tal vez él podía ayudarlo. Alan se quedó en la casa de su hermana, tanta era la fiebre que tenía que estaba tirado en la cama con el aire acondicionado prendido y solo con ropa interior para poder dormir un poco aunque no podía hacerlo sin despertar a cada rato con escalofríos.

Por la noche Ben se apareció en la casa de Anís, entro a dentro cargando dos bolsos y luego de cerrar la puerta pego el grito “ANIIIIIS” al no tener una respuesta supuso que no había nadie en la casa así que subió las escaleras y entro en la habitación, sin prestar mucha atención arrojo los dos bolsos sobre la cama y se dirigió a la cocina.

Alan dormía profundamente sobre la cama y despertó luego de ser golpeado por los bolsos de Ben, sin entender lo que paso noto enseguida los ruidos en la cocina así que bajo a ver quién estaba allí, porque definitivamente savia que no era su hermana.

Al entrar en la cocina se encontró con Ben revisando la heladera y muy enojado le pregunto.

—¡¿Quién diablos eres tú?!

Ben estaba tomando una botella de leche y se asustó al escuchar una vos detrás suyo por lo que soltó la botella dejando que se rompiera en el piso. Se dio vuelta y al ver a Alan lo miro con desconfianza y le dijo.

—Mejor dicho, tu ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Esta es la casa de mi novia. — Le respondió cerrando la puerta de la heladera con fuerza.

— ¿Novia? … Tú debes ser Ben.

— ¿Cómo lo sabes?

—Anís me hablo de ti, pero no me dijo que eran novios, solo me dijo que salían. — Dijo Alan mientras abría una bolsa que había sobre la mesa y empezaba a armar un cigarrillo con la hierba que había adentro.

—Tal vez porque no es de tu incumbencia. ¿Quién eres? — Pregunto de manera amenazante acercándose frente a él.

—Mi nombre es Alan seguro “tu novia” —Dijo Alan con ironía mientras elevaba las cejas y miraba hacia arriba— te hablo de mí.

—No me dijo nada de ti. —Respondió Ben con firmeza.

— ¿De enserio? ¿no te dijo ni una palabra sobre mí?

—No.

—No lo puedo creer, parece que en estos años ni se acordó de mí.

—¿Quién eres?, no lo volveré a preguntar. —Amenazo Ben.

—Que mal humor, no me hables de esa forma o te meteré esas amenazas por el culo… soy el hermano de Anís.

—Ella nunca menciono que tenía un hermano.

—No puedo creer que me haya contado sobre ti y no te haya hablado de mí. — Dijo Alan cerrando los ojos y encendiendo el cigarrillo. —No la culpo, cuando huimos lo hicimos con la intención de dejar el pasado atrás.

— ¿Y qué haces aquí? — Pregunto Ben mientras movía las manos de un lado al otro para alejar el humo.

—¿hay algo de raro que un hermano visite a su hermana?

—Si es raro cuando no hablan de él, cuando no da indicios de existencia por años y en especial cuando vengo a ver a mi novia y no la encuentro en la casa, en lugar de eso encuentro a alguien que nunca vi y encima de eso lo encuentro casi desnudo y lleno de vendas… pareces una momia. —Finalizo Ben con una mueca que parecía una sonrisa.

—no quise asustarte, aunque en realidad tú me sorprendiste a mí, ya que estaba durmiendo y tus cosas me golpearon en la cara, bajo las escaleras y te veo a ti sacando cosas del refrigerador, eso es raro. — Respondió Alan tirándole el humo en la cara a Ben.

—Creo que empezamos mal, lo lamento, soy Ben Evans. — Dijo Ben estirando su mano para saludar a Alan.

—Alan Rayzen, ¿Es mi imaginación o planeabas quedarte aquí? Digo, por los bolsos. — Dijo Alan contestándole el saludo de la misma forma.

—Hace unos días hable con Anís y acordamos en que hoy vendría a vivir con ella, ¿Rayzen? Ella nunca menciono su apellido, no lo había notado hasta ahora.

—estuvo ocupada conmigo, como ves mi salud no es de lo mejor en este momento, en cuanto al apellido… no tiene importancia, es bastante común supongo yo.

—Seguro que lo es, estoy seguro haberlo oído alguna vez, aunque no recuerdo cuando ni de quien ¿Qué te paso?

—Una pelea en la ciudad. — Mintió Alan acerca del lugar de la pelea.

— ¿Cómo quedo el otro? si tu estas en ese estado y estas acá.

—muerto. —respondió y Ben frunció el rostro al escuchar esa palabra.

— ¿porque no te curas? Si en verdad eres hermano de Anís deberías haberte curado.

—Realmente no lo sé, ella fue en busca de un médico en la ciudad, intento curarme, pero no pudo hacerlo, fue raro, pero nunca me habían herido de tal manera, supongo que tendré que dejar de pelear afuera de los bares.

— ¿Vendrá pronto de la ciudad? — Pregunto Ben directamente.

—Apenas encuentre a quien busca regresara, puedes quedarte hasta entonces, no hay problema, solo procura no dejar pelo en los sillones “perrito”

—Parece que también te conto sobre mí.

—Si lo Hizo, pero igual puedo olerte y darme cuenta lo que eres, aunque, ahora me pregunto si en verdad no te conoce bien o si tú se lo ocultaste.

— ¿De que estas hablando?

—Hablo sobre que no solo eres un licántropo, también eres un vampiro.

—¿Qué?…  ¿Como lo supiste?

—Hace mucho tiempo conocí a una mujer que era una hibrido, hueles igual a ella, muchos creen que ustedes son una leyenda, aunque en realidad hay motivos para creerlo. Estoy seguro que mi hermana nunca conoció a ningún hibrido, tampoco se dé nadie que se haya cruzado con alguno, tú eres el segundo que veo en todos los milenios que llevo vivo, antes de eso solo había leído sobre ustedes, a mi hermana no le interesa la historia como a mí, tal vez nunca escucho sobre híbridos como tú.

—Antes solo era un hombre lobo, pero un día morí y de alguna manera volví a respirar, pero después de eso me di cuenta que también era vampiro.

—Si si. Se cómo funciona, parece que tu linaje tiene o tuvo un vampiro, uno de tus padres o abuelos tal vez, solo me resulta raro el porque te volviste licántropo teniendo la sangre dormida de un vampiro, eso no puedo imaginarlo… no te preocupes tu secreto está a salvo conmigo. Ponte cómodo, siéntete como en tu casa.