TOMO 3. CAPÍTULO 131. Debiste saberloLilianaEstoy a punto de quedarme dormida.El día ha sido largo y agotador, y el calorcito bajo las sábanas es más que suficiente para llevarme al descanso. Los niños están dormidos, finalmente, y eso siempre es una pequeña victoria, porque con la energía que tienen cuando no está despierto uno, está despierto el otro, o si no uno despierta al otro y… ¡Solo las madres de gemelos entenderán!Pero, por supuesto, no puedo tener un momento de paz ni siquiera para dormir.Unos golpes ligeros en la puerta me sacan de mi casi—sueño y me siento en la cama asustada cuando veo a Arthur aparecer.—Liliana —dice asomándose a la puerta, y su voz es calmada, pero con ese tono que indica que algo está ocurriendo.—¿Qué pasa? –pregunto preocupada y lo veo poner los ojos en blanco con fastidio.—El cucaracho está aquí. Está tratando de trepar la cerca.Mis ojos se abren de golpe, y en cuestión de segundos estoy de pie.—¡No me jodas…!Salgo de mi habitación hacia
TOMO 3. CAPÍTULO 132. “Tu palabra”LoganEl sonido del llanto de los gemelos retumba en el silencio de las caballerizas, atravesando todo lo que me queda de sensatez. Mi corazón se acelera, casi como si el mismo sonido estuviera conectado a mí.Pero lo que realmente me golpea es verla a ella, a Liliana. Sonríe apenas, con un gesto inconsciente, pero está ahí: Es la sonrisa de alguien que ama y que encuentra la mayor felicidad del mundo en sus hijos.Y la insistencia de mi hermano, esa certeza de que se parecen a mí, casi de destroza de nuevo sabiendo lo que ahora sé.Ella da un paso hacia atrás, me da la espalda y comienza a caminar hacia la salida.—La reja está electrificada —espeta con una voz fría y cortante—. No desconectaré la corriente otra vez, Logan, así que será mejor que no vuelvas a entrar.Me quedo inmóvil un segundo, asimilando sus palabras, pero no puedo dejarla ir así. No después de lo que acaba de pasar, no después de todo lo que necesito entender.Corro detrás de ell
TOMO 3. CAPÍTULO 133. ¿Estás seguro de que quieres saber la verdad?LilianaLogan se queda ahí, mirándome como si necesitara que le explique la vida misma. Tiene la cara pálida, los ojos llenos de preguntas, y por un momento parece demasiado vulnerable, demasiado humano para ser él.—¿Qué pasó, Liliana? —pregunta finalmente con la voz cargada de algo que parece ser genuino interés… o culpa, ya no lo sé—. ¡Por favor, dime qué pasó!Lo miro directo a los ojos. Hay tantas cosas que podría decirle, pero no sé si servirá de algo. Al final, la ironía se impone.—No. Ya jugamos este juego una vez y yo perdí.—¡Lili por favor! ¡Te lo suplico! —exclama tomando mis manos y siento que la piel me cosquillea.—¿De verdad quieres saber? —murmuro alejándolas de él—. ¿O esta vez tampoco me vas a creer?Logan no duda y eso me toma por sorpresa.—Te voy a creer. ¡Maldit@ sea, te voy a creer, pero dímelo!Lo observo detenidamente, buscando la mentira en sus ojos, pero todo lo que veo es arrepentimiento.
CAPÍTULO 1. ¡Sálvela!Liliana. —Ya no podemos seguir esperando, tu madre necesita un trasplante de riñón de emergencia. ¡Tienes que firmar para que podamos prepararla! —me apremia mientras mis ojos van al nombre bordado en su bata: Dr. Ryker.Frente a mí un doctor que no conozco me mira con impaciencia. Mi madre lleva esperando un milagro por años, pero en los últimos días su enfermedad se agravó de golpe.Tengo la mente un poco en blanco y otro poco en shock mientras reviso estos papeles que apenas entiendo. Son decenas y de todos ellos depende la vida de mi madre, y todos tengo que entregarlos con urgencia.—Entonces… si firmo esto, ¿mi mamá subirá en la lista para recibir un trasplante urgente, verdad? —pregunto y la voz se me quiebra porque estoy desesperada.A pocos metros de mí aquellos monitores a los que está conectada lanzan alarmas cada pocos minutos. —Sí, señorita Duque, así es —responde él, con un tono que me hace sentir como si fuera una niña tonta y asustada... quizás
CAPÍTULO 2. Una promesaLiliana“¡Llamen al doctor Benson!”“¡Traigan al equipo de trauma!”“¡Preparen el quirófano!”“¡Desocupen el piso!”Todos aquellos gritos resuenan a mi alrededor hasta que detengo a un médico por la bata.—¡Espere, oiga, escúcheme! —demando casi con violencia—. ¿Cómo que van a desocupar el piso? ¡Mi madre está grave!—El dueño del hospital acaba de llegar. Tuvo un accidente y está en estado crítico. ¡Es una emergencia, señorita!Siento que el corazón se me rompe un poco más. ¿Cómo puede ser? Todo el hospital parece estar pendiente solo de este hombre, mientras mi madre… mientras mi madre se queda sola, muriéndose y sin que nadie la ayude.—¡Necesito que un médico vea a mi madre, ahora! ¡Le hicieron un trasplante y se ve mal! —reclamo y el médico me mira con impaciencia, pero finalmente me hace un gesto para que lo guíe y corre a la habitación de mi madre detrás de mí.Estoy temblando y siento que las piernas apenas me responden. Cada vez que miro a mamá, el dol
CAPÍTULO 3. Cayendo en una trampaLilianaMi cuerpo no responde. Todo es oscuro y frío, pero siento un par de voces que retumban en mi cabeza, distantes y profundas. Mi conciencia va y viene por momentos, hasta que escucho un tono que reconozco y un escalofrío recorre mi espalda.“Prepárenla para el procedimiento”. Es la voz del doctor Ryker… estoy segura de que es él.¿Procedimiento? ¿Qué procedimiento? Lucho por abrir los ojos, por mover mis manos, hacer cualquier cosa, pero mi cuerpo sigue inmóvil. Luego solo hay silencio, oscuridad y miedo.Cuando abro los ojos otra vez, lo primero que siento es una sensación de mareo. La luz blanca y cegadora del cuarto me molesta, y los sonidos de los monitores y el típico olor a desinfectante me dicen que sigo en el hospital. Giro la cabeza y veo una vía conectada a mi muñeca, y todo el pánico sale de golpe.—¡¿Qué me hicieron?! —Mi voz sale como un susurro al principio, pero luego se vuelve más fuerte y desesperada—. ¡¿Qué me hicieron?!Una en
CAPÍTULO 4. Sin salidaLas palabras del doctor Ryker me golpean como una bofetada en pleno rostro. No puedo comprender lo que acaba de decir, siento que el mundo a mi alrededor se desvanece, que estoy atrapada en una de esas pesadillas horribles que parecen interminables.—¡¿De qué demonios está hablando?! —le espeto azorada, mirándolo como si fuera un completo loco.Miro al hombre en la cama, con el rostro pálido y rodeado de máquinas que pitan y zumban con insistencia.—Deja que te lo explique —responde él con esa voz fría que parece inhumana—. Este hombre es Logan St Jhon, magnate, hacendado, multimillonario…—Es el dueño de este hospital… —recuerdo porque en la entrada está su apellido.—Exacto, y este pobre hombre tuvo hace unos días un accidente con un caballo. Está muriendo, Liliana, y lamentablemente no hay nada que podamos hacer por él.Siento una mezcla de confusión y horror. Mi estómago se revuelve con cada palabra suya, porque presiento que eso no es cierto.—¿¡Y eso qué t
CAPÍTULO 5. Señor GreñitasLilianaMiro al hombre tendido en la cama, envuelto en cables y monitores, su respiración leve apenas hace que su pecho suba y baje. Es doloroso verlo así, porque no puedo evitar que me recuerde a mi madre. Camino hacia él tratando de limpiarme las lágrimas y miro su rostro, una venda le cubre parte de la frente, y el cabello claro, largo y desordenado le cae sobre las sienes. Parece un hombre fuerte… o al menos debía serlo, antes de que alguien decidiera que no merecía vivir.—Lo siento, Señor Greñitas, no creo que te merezcas esto pero… no sé cómo ayudarte —murmuró con el corazón destrozado.Obviamente no responde, pero el silencio me pesa menos mientras recuerdo las palabras de mi madre: “Prométeme que siempre vas a ser buena y generosa, que ayudarás a los demás, porque esa es la única forma en que tu corazón no se llenará de resentimiento, hija…”Y la verdad no sé si soy buena, o si no guardo rencor, pero no puedo soportar la idea de ver morir a alguien