Doménico Masseria

Decido viajar con mis amigos y en último momento se nos une Filippo argumentando que él tiene buenos tratos con los rusos y que nos puede sacar del embrollo que nos ha mentido esa diabla endemoniada. Mi madre se niega a que vaya a Rusia y menos que lleve a Filippo. Poco me habla, no supera que mis manos estén manchadas con mi misma sangre. No dejo de pensar en Favrizio y la confesión de mi madre que era mi padre.

¡Padre!

Jamás lo pude ver como eso, ese hombre no podría ser algo mío, solo me enseñaron a odiarlo y menos amarlo. Recuerdo aquel hombre que vi en algunas ocasiones en casa cuando no estaba el monstruo junto a mi madre, ahora muchas cosas me encajan.

Me despido de Fiorella que me sonríe con picardía y de mi madre que no tolera nada a mi esposa, la odia. No puedo entender por qué no la quiere, me pide ver de nuevo a