Yours.
Aidan.
Cada uno de los días que pasé a su lado en Madrid fueron únicos, inigualables, y no sólo los pasamos en Madrid, ella me convenció para irnos a la playa, prometió que sería más agradable, que no pasaríamos tanto calor como en la ciudad. No podía negarle nada a esa preciosa mujer.
Estuvimos en Barcelona y en Valencia, ella quería enseñarme todos esos lugares, verlos conmigo, y quedarse a mi lado.
Creo que éramos novios, aunque no hablásemos sobre ello. Me sentía feliz teniéndola a mi lado, y no quería siquiera pensar en tener que marcharme, a pesar de que sabía que en algún momento tendría que volver a casa.
Capítulo 1. Vivir en una mentira. (Marina).Junio en Madrid puede ser realmente cruel, sobre todo si aún estás asistiendo a los exámenes y trabajos finales de la universidad. El sofocante calor de aquellos días, me hacía llegar a casa pegajosa y con el cabello sudado, especialmente en la nuca.¡Maldito verano! Adoro el frío, por eso mi estación favorita es el invierno, quizás tenga algo que ver con mis viajes al norte de España, donde vivían mis abuelos, en las vacaciones de navidad, cuando tan sólo era una niña. Adoraba mis días allí más que nada en el mundo.Dejé mi pesada bolsa con todos los libros y el ipad sobre la mesa de la cocina, agarré una manzana roja del frutero, y comencé a comerla a mordiscos, adentrándome en la enorme mansión de mi
Capítulo 2.Dejar de creer en el ser humano. (Marina).Mis padres no entendieron mi repentino cambio, ni siquiera las chicas entendían lo que pasaba por mi mente para hacer algo así, pero lo necesitaba, tan sólo quería huir, poner tierra de por medio, esperar a que las cosas se solucionasen solas, incapaz de poder hacerlo por mí misma.No quería hablar con Isa, o con Francisco, ni siquiera podía decirles que lo sabía, me veía incapaz de enfrentarlos, tan sólo quería que todo se solucionase solo, sin hacer absolutamente nada, que él volviese a ser mi novio y ella mi mejor amiga, nada más.Me cerré en banda, ignoré todos los consejos de mis amigas, y todas las súplicas de mis padres porque hablase las cosas con él antes de tomar decisiones precipitadas. Pero no podía hacerlo, no cuando sent&ia
Capítulo 3.Spanish Girl.(Aidan).Acababa de terminar de trabajar, como cada día, el tráfico en la hora punta es algo horrible, y siempre me tocaba a mí estar hasta que se iba el sol, en una de las zonas más visitadas de la ciudad, dirigiendo el tráfico.Miré la hora en mi teléfono móvil, dándome cuenta de que tenía como diez llamadas perdidas de la pesada de Mina, mi madre adoptiva, la única que me dio un hogar cuando mi padre nos abandonó a nuestra suerte. Seguro que quería que le llevase más pasta para gastarla en drogas. Estaba tan harto de lidiar con aquella situación, y ni siquiera podía apoyarme en alguien, pues yo mismo alejé a todas las personas que una vez fueron importantes en mi vida, de mi lado.Por supuesto, Anna no había contestado a ninguno de mis men
Capítulo 4.Pasarlo bien con un desconocido. (Marina)Bailaba con él, en un bar, sin poder parar de reír, a cada rato, pues él bailaba realmente mal, hacía mucho que no salía a bailar con alguien tan torpe. Ni siquiera tenía ritmo.Aún no sé bien cómo acabamos allí, después de dejarme convencer para ir al cine, jamás pensé que acabaría con un completo desconocido en un bar. Pero … yo misma lo propuse, al darme cuenta de que se sentía incómodo en el cine, a causa de que la gente nos observaba. Me moría por saber más sobre el tema, él era demasiado misterioso, pero por el momento, me conformaba solo con aquel momento.Las cervezas irlandesas no están tan ricas como las españolas, eso tengo que admitíroslo, pero no estaban mal.
Capítulo 5.Ser yo mismo. (Aidan).Debí haberme vuelto loco por un segundo para hacer lo que hice. ¿Cómo se me ocurrió que sería una buena idea besarla? Era más que obvio que ella iba a mandarme a la mierda.La noche había ido genial, incluso me atreví a bromear. Sí, a bromear, yo. Pero en un solo instante lo había estropeado.Aunque, para mi sorpresa, no lo hizo, al contrario.Nos besábamos, nos estábamos enrollando allí, frente al bar de la que una vez fue mi niñera, cuando era un crío, y no estábamos ni un poco cerca de parar.Hacía mucho tiempo que no estaba con una mujer, más concretamente desde el instituto, no estaba preparado para aquello, pero parecía que mis labios sabían exactamente lo que hacer, incluso antes de q
El raro.(Marina)Caminaba hacia la parada del autobús turístico, pensando en lo acontecido el día anterior, en cómo ese idiota se marchó sin más, sin tan siquiera saludar, cuando nos vimos en el paso de peatones.Quizás se sentía avergonzado por ese beso que nos dimos a las puertas del bar.El beso. ¡Casi lo había olvidado!Yo también me sentía avergonzada. Pero ¿cómo se me había ocurrido besar a un desconocido, así como así?Sacudí la cabeza, era mi sexto día en aquella ciudad, me iría al día siguiente.Me detuve sobre el puente, haciendo una foto del bonito paisaje, hacía una tarde preciosa, girando la cabeza levemente, observando a un tipo frente a mí, pasándome de largo, con las manos metidas en los bolsillos y la vist
Es diferente.(Aidan)La ayudé a levantarse de la arena, dispuesto a llevarla al bar de mi ex nana, importándome bien poco las apariencias, mi decisión del otro día sobre seguir con mi vida y alejarme de ella, en aquel momento tan sólo quería que tuviese un buen viaje.También podemos quedarnos aquí un rato más – me dijo, sorprendiéndome, soltándose de mi mano, quitándose los zapatos. Pude ver que era lo que pretendía antes incluso de que lo hubiese hecho.Hace frío – la detuve, agarrándola de la cintura, para que se olvidase de meterse en el agua, pero ella era demasiado rebelde, nunca me haría caso – Marina…¿Por qué eres tan soso? – se quejó, la miré, molesto – Lo p
Un lado oscuro.(Marina)Me había vuelto loca, no había otra explicación para lo que estaba sucediendo, para lo que deseaba que me siguiese haciendo, para lo que quería hacer, para lo mucho que deseaba aquello, sin arrepentirme ni una milésima de segundo.Estaba en el infierno, siendo poseída por el mismísimo demonio, un desconocido que fingía ser un buen hombre, pero que en el fondo era todo lo contrario.Nuestros cuerpos sudados, a pesar del terrible frío que hacía en el exterior, se entrelazaban, conectaban de esa forma adicta que nos hace llegar a la locura. Sus labios se aferraban a la piel desnuda de mi hombro, mientras mis rizos se echaban hacia atrás, con cada cabeceo, gimiendo de placer, con cada uno de los movimientos que hacía sobre él, conduciéndome a la más plena locura, al éxtasis. Su