—¡California, California! —Moira sonrió divertida mientras su hijita corría en círculos a su alrededor de tan emocionada que estaba por finalmente haber bajado del avión que las trajo a su ciudad natal en California, la ciudad Lion—. ¡California, California, California!—Vamos, hija, tenemos que subir al auto del tío Robert. —La tomó de la mano luego de que el chófer que Robert les había enviado terminara de guardar sus maletas.—¿Vamos a su casa? —preguntó emocionada mientras el auto arrancaba.—Sí.—¿Y cuándo podré ver a mi tía Lilly? ¡¿Y mi tío Clark?! —Sus ojos brillaron al recordar a su tío científico.Moira sonrió nerviosamente.—Por hoy nos quedaremos con tu tío Robert y tía Franny y mañana iremos a verlos a ellos. —Tragó saliva ante ese pensamiento.Mañana sería el día… mañana Clark descubriría la verdad sobre Lutxi, y Moira tendría que hablar muy seriamente con él para asegurarse de que Zack nunca escuche una sola palabra sobre su hija de la gran bocota que tenía su cu
Moira rápidamente se movió para quitarle el celular de las manos a Lutxi, pero la llamada ya había sido aceptada y pudo ver el rostro de Zack brillando en la pantalla. —Hola, Robert, quería… —Escuchar su voz le quitó el aliento por un segundo, pero tomó aire y luego contuvo la respiración—. Eh… Robert, ¿por qué diablos tu mano está cubriendo la pantalla, idiota?Moira casi tiene un ataque de pánico allí mismo mientras sostenía el celular con ambas manos, una por delante y otra por detrás, asegurándose de bloquear la cámara.Apenas alcanzó a cubrir la cámara con sus dedos antes de que Zack pudiera verla a Lutxi o a ella. —Vaya… le dijo un insulto a tío Robert… —murmuró su pequeña con los ojos muy abiertos al escuchar la palabra “idiota” dirigida hacia su tío favorito. Moira gruñó por lo bajo.Ni siquiera se conocían y Zack ya estaba siendo una mala influencia para su pequeña hija.—¿Hay una niña allí, Robert? ¿Tienes visitas? Mira, no sé por qué tienes tu mano en la cámara,
—El Dr. Irissa Zack ha llegado a la mansión, amo Robert —anunció el sirviente, unos cuantos segundos antes de que Zack llegara caminando detrás de él con rostro lleno de impaciencia.No es que Moira hubiera visto su expresión, ya que apenas escucho que Zack llego tomó a su hija en brazos y corrió hacia la puerta trasera que daba a un pasillo que tenía otra puerta por la que luego cruzó hacia el jardín.Ni siquiera estaba segura de si él la vio o no, pero mientras no hubiera visto a su hija realmente le daba lo mismo.Si solo la veía a ella, podría ignorarlo, saludarlo con frialdad o hasta mandarlo al diablo, pero sí veía a su hija entonces él sabría todo, Zack era demasiado inteligente para no notar lo mucho que Lutxi se parecía a él, además de que a la pequeña se le notaba que era de seis años, tenía la altura promedio de su edad. Se sintió más tranquila al salir de la enorme mansión y de inmediato se dirigió al estacionamiento, donde a los pocos minutos unos sirvientes pasaron sus
—Diablos, Lilly… ¿Por qué no contestas tu celular? —susurró Moira con voz frustrada. Sabía que probablemente debía estar comiendo ahora mismo, pero realmente quería saber si es que Clark estaba allí en su casa o no. Era sábado, pero muchas veces Clark trabajaba igual los fines de semana. Le gustaría que Clark no viera a Lutxi por el momento, porque se daría cuenta que era mayor de lo que le pidió a Lilly que le dijera, se daría cuenta de que le mintieron, y probablemente se daría cuenta de que era idéntica a Zack y que se la había ocultado a ambos. Y Clark era incapaz de mantener su bocota cerrada, siempre fue así, demasiado sincero, y trabajaba con Zack muy seguido, sin duda se lo terminaría diciendo tarde o temprano. Pero realmente daba igual… de todos modos Clark tendría que conocer a Lutxi mañana, así que siguió su camino hasta casa de su hermana con los nervios casi comiéndosela viva. Cuando llegó, estacionó el auto y tomó a su hija en brazos, antes de acercarse a la puerta y
Mientras los adultos hablaban, los niños salieron corriendo al patio. Los dos más pequeños que eran casi bebés de inmediato comenzaron a correr por todas partes y los grandes, incluida Lutxi, se sentaron cerca de un árbol. —¿Así que tú eres Lutxi? —Su primo Ricky la miró con curiosidad—. Creí que eras más pequeña… ¿no tenías cuatro años? —¡Claro que no! —Le frunció el ceño—. Tengo seis y medio —aseguró muy orgullosa—. Soy niña grande. —¡Es un placer conocerte! —De pronto un niño muy alto se le acercó y le acarició la cabeza, despeinando sus trencitas. —¡Mi nombre es Teddy! Tengo doce. —Sonrió enormemente. —No recordaba mucho a la tía Moira —murmuró la única otra niña allí presente—, pero es lindo tener otra niña aquí. —La miró con una sonrisa—. Mi nombre es Charlotte, tengo nueve. Puedes llamarme Chary, todos lo hacen. —¿Chary? ¿No Charly? —Ajá, Chary. Mi mamá me decía así antes de fallecer. —Suspiró con tristeza—. ¿No te presentarás, Henry? El tal Henry suspiró antes de mirarla
Zack maldijo su suerte mientras salía de otra de las escuelas primarias en las que realizó esas tontas ferias de ciencia idea de su padre.La primera no fue tan mala, ya que fue en la escuela de su hermanita menor, Samanta, pero las otras ya lo estaban hartando. Si bien disfrutaba ver el entusiasmo de las mentes jóvenes enamoradas de la ciencia, tener que lidiar tanto con mocosos era un verdadero dolor de muelas y era agotador. Al menos solo le quedaban otro par de escuelas para que esta absurda broma de su padre llegara a su fin. Era una suerte que nunca hubiera tenido hijos, porque la mayoría de esos niños con los que tanto tenía que lidiar en las ferias eran solo pequeños títeres de sus padres, buscando caerle bien por su fama y su fortuna. No eran más que niños malcriados que pataleaban, lloriqueaban y se quejaban. Eran pocos los que tenían verdadera creatividad e incluso esos eran niñitos arrogantes que creían que lo sabían todo y no tenían verdaderas ganas de aprender. S
Zack sintió su boca secarse mientras observaba a Moira, que parecía completamente paralizada.Ambos se quedaron estáticos un momento, hasta que los murmullos en la estación comenzaron a sonar demasiado alto y Zack se estremeció, apartando la mirada por un momento para suspirar y calmarse, ya que muchos allí debían conocerlos y saber del pasado que compartían, siendo ese el antiguo lugar de trabajo de Moira. ¿Qué estaba haciendo mirándola de esa forma? Pasaron siete años, ellos ya no eran nada. No conocía ni un poco a esa mujer. Ahora solo eran extraños. Además, ella ya tenía a su propia familia. Seguro él solo le provocaba incomodidad a este punto. Sería mejor actuar como si nada, no debía dejarla saber lo mucho que la afectaba. La miró de reojo mientras caminaba lentamente al escritorio de la recepcionista, examinándola lo más sutilmente posible, sin poder evitar notar lo joven que parecía a pesar de tener treinta y tres años, cualquiera podría pensar que apenas estaba a finales
Moira abandonó la delegación de ciudad Lion con el corazón latiéndole fuertemente en el pecho, sin poder creer lo que acababa de pasar, sin poder creer que la mala suerte de nuevo estaba persiguiéndola.Tenía muchos sentimientos encontrados y ni siquiera podía concentrarse en el hecho de que los únicos puestos disponibles eran inadecuados para ella y posiblemente tendría que buscar trabajo en otro lugar. No, no podía concentrarse en eso ahora. Lo único en su mente era Zack… Finalmente vio a Zack luego de siete años. Y él la vio… Ambos se vieron.Se veía diferente en persona comparado a las veces en las que lo vio en televisión o en los periódicos.No había cambiado mucho, había algunas arrugas alrededor de sus ojos, pero Moira lo veía tan guapo como siempre.Pero no debería estar pensando de ese modo… Él fue el hombre que le rompió el corazón, después de todo.Cuando ella quería darle todo, él le dijo que prefería su trabajo, que nunca sería lo que quería, prácticamente le dijo que l