—El Alfa no es un cachorro, estará bien allá arriba —jaló de la escoba hacia su lado, a lo que Emilse lo estiró hacia el suyo—. Anda, suéltala. —¡No quiero! —ambos comenzaron a jalar de la escoba, a lo que una voz los interrumpió. —¿Qué significa esto? —cuestionó Dannon, entrando al laboratorio—.
Esto llamó su atención pues sabía que los licántropos dormían en camas. ¿Porqué el Beta estaba durmiendo en el suelo? Emilse abrió la puerta para poder ingresar, dejó el vaso sobre uno de los muebles y dio suaves pasos para no despertar a Izan. Tuvo bastante cuidado debido a que los lobos tenían un
Nuevamente, la pesadilla de siempre había despertado a Dannon al amanecer. Kallen no durmió junto a él, así que sufrió de aquel mal sueño los dos días seguidos. Se levantó de la cama y salió de su cuarto, yéndose al tocador. Se lavó la cara y se miró al espejo por un rato, observando su demacrado r
—¡Alfa! —pronunció Kallen. Se acercó a él y colocó la mano en su pecho—. Ellos no han hecho nada malo, todos estuvimos pendientes y podemos asegurar que todos los estudios que se ha realizado fue por su bien, no para empeorar su estado. Dannon dirigió la mirada hacia la híbrida y su expresión airad
—Lo sospeché —agregó Cloe—. Y creo que la mayoría de los que estamos presentes hemos llegado a esa conclusión desde antes de venir aquí, pues la balanza se inclinaba más para ese lado. —No te equivocas, Cloe —aseveró Izan—. El Alfa y yo también lo hemos pensado. ¿No es así, Alfa? —incrustó la vista
Al día siguiente, Kallen platicó con Adrián acerca de ese estimulante. El hombre no tuvo inconveniente alguno en prepararlo y, en cuanto estuvo listo, llevó al albino al cuarto en donde alguna vez lo había encadenado. —¿Porqué tiene que ser aquí? —rezongó Dannon, recordando aquel humillante suceso.
—Por favor, no lo deje solo —expresó y Kallen dio un asentimiento. Por lo tanto, fue tras él. Dannon caminó hasta su habitación, en donde podía descargar toda su pena con libertad. Cerró la entrada de un portazo y su respiración comenzó a agitarse, además de experimentar una fuerte sensación de náu
¿Acaso ese era el momento? Aunque el albino no pretendía demostrarlo, no podía ocultar el hecho de que, poco a poco, se sumía en una profunda depresión debido a su estado. La híbrida deseaba que supiera que había motivos por el cual seguir luchando, y uno de ellos era el hijo que estaban esperando.