Aristo había ido a tantas funciones que se sabía al detalle cada paso y cada palabra de la obra, por lo que le llamó la atención el sonido de sorpresa y las fotos que le tomaron a Sam. Desde su puesto no vio nada extraño porque en ese momento ella giraba hacia el lado derecho del escenario y su palco estaba en el lado izquierdo. Solo vio que Sam se llevó las manos al pecho y corrió fuera de la escena. Imaginando lo ocurrido salió de su palco y corrió a los camerinos seguido por Flavián. Al llegar al pasillo se encontró con el coreógrafo parado fuera de la puerta de Sam.―¿Qué le ocurrió a Sam? ―preguntó Aristo al coreógrafo.A raíz del incidente con la cuerda, todos los jefes de la obra y del teatro conocían a Aristo y su relación con Samantha.―Su vestido se rompió. Está con la jefa de vestuario, están reparándolo con rapidez para que Sam pueda volver a entrar. Por fortuna se rompió casi al final de la escena de Samantha.La puerta se abrió y Sam corrió de nuevo al escenario pasando
La siguiente semana el personal de seguridad estaba preparado para monitorear cualquier movimiento que Elda pudiera hacer ese día. Como era su costumbre, Aristo estaba en su palco viendo la función, acompañado de otro de sus guardaespaldas. Por su parte, Flavián estaba en el cuarto de seguridad con el jefe revisando las cámaras que Aristo había mandado a instalar. Una vez que la función comenzó, Elda dejó a un lado el vestido que estaba remendando, se levantó fue hasta su bolso y sacó un frasco y lo escondió en su chaqueta. Tomó un vestido que debía entregar y se dirigió al camerino que Sam usaba. Entró, dejó el vestido en el perchero y fue hasta el bolso de Samantha, lo abrió para después destapar el frasco y dejar caer dentro su contenido. Cerró el bolso y se disponía a salir cuando una de las guardias del teatro salió del armario.―Un momento, Elda, ¿Qué pusiste en el bolso de la señora Miller?―Nada, solo vine a dejar un vestido ―respondió poniéndose pálida.―No es cierto, te vi p
Para Samantha la última noche de la obra llegó muy rápido, amó cada minuto sobre el escenario y la oportunidad de volver a trabajar con Joy. Al día siguiente el espectáculo se marchaba a otra ciudad. Aunque el director de la obra le ofreció una plaza permanente, no la aceptó porque en su vida primero estaban sus hijas y no las dejaría para marcharse de viaje con la obra. ―Te voy a extrañar mucho, Joy ―dijo Sam quitando la vista del espejo donde se estaba desmaquillando para mirar a su amiga.Joy se negó a mirarla, sus labios se apretaron en una mueca de indecisión.―Te conozco bien. ¿Qué sucede? ―indagó Samantha.―No sé cómo decirte esto, pero no me voy con la obra ―respondió la chica mordiéndose el labio.―¿No? ¿Encontraste trabajo aquí? ―preguntó Sam con una gran sonrisa ―Sabes que puedes quedarte conmigo, aunque Santorini quede un poco lejos de Atenas.―Sí, encontré trabajo en este teatro como bailarina, hay otras plazas disponibles si te interesa.―Es maravilloso…―Pero no es es
La vida de Samantha tomó una rutina, por la mañana ensayos y prácticas y en la noche si había alguna obra trabajaba, era una práctica un poco apretada, pero podía pasar la tarde con las niñas. Xander rondaba por el teatro, pero sin acercarse a ella, hasta que un día después de un ensayo se acercó a saludar. ―Hola, Samantha. Sus ojos profundos la recorrieron poniéndola en tensión ―Hola, Xander ―respondió no muy segura de alegrarse de verlo. Su presencia no era desagradable solo que lo sentía muy intenso y dominante y eso era algo que no le terminaba de gustar. ―Pase a pedirte que me aceptes la invitación a cenar del otro día. ¿Te parece bien el viernes o sábado? ―Lo lamento, no puedo, tengo un compromiso familiar este fin de semana. ―Entiendo, supongo que Aristo te habrá hablado maravillas de mí y por eso no quieres salir conmigo. ―¡Oh! No es eso, en realidad si tengo un compromiso, mi suegro cumple setenta años y dará una fiesta el sábado por lo que al salir mañana me ma
Aristo estaba harto de ver a Sam bailando con Xander por lo que fue a sentarse en la mesa junto a su padre. Un momento después vio como María miraba entre los invitados como si buscara a alguien y pensó que de nuevo las gemelas se le habían escapado. Se acercó a ella para decirle que no las había visto por allí. Al verlo, la cara de la niñera expresó su alivio por encontrarlo.―Las niñas desaparecieron, señor Aristo, el hombre que bailaba con la señora Samantha me dijo que viniera por usted.Aristo caminó hacía Samantha, no estaba preocupado porque la isla era muy segura y más ese día cuando estaba llena de guardaespaldas. De seguro las niñas estaban entretenidas jugando y se habían alejado de la casa sin darse cuenta.―Sam, María me contó lo sucedido, las buscaremos y encontraremos, no te preocupes ―dijo Aristo al llegar al lado de Sam.―Creo que algo anda muy mal, las niñas saben que no deben alejarse de la casa sin un adulto ―respondió Sam con voz temblorosa.―María, ve con Alec y
―Les prometo que el hombre malo nunca más les hará daño ―aseguró Aristo mirando a las gemelas a la cara.―Sí, pappas ―respondió Aly. En cambio, Aly se abrazó a él.―Voy a hablar con el policía, ¿está bien, mis princesas? ―preguntó Aristo.―¿Mamá se quedará? ―cuestionó Ady―Sí, nenas, me quedaré con ustedes ―respondió Samantha.―También quiero a tita Joy ―pidió Aly.―Y a María y a Marta ―agregó Ady.Samantha se dio cuenta de que todavía estaban asustadas y querían con ellas a todas las personas en las que confiaban para sentirse seguras.―Papá irá con el policía a pedirles que venga con nosotras.―¿Puede quedarse el perrito? ―pregunto Ady.En policía se puso en cuclillas para hablar con las niñas.―Polo es un perro que ayuda a encontrar a las personas perdidas, por eso no puede quedarse.―¿Es un perro buscador? ―preguntó Aly.―Es un perro de rescate ―confirmó el policía ―Polo le gustan los niños así que pueden despedirse de él con un abrazo.Las niñas abrazaron y besaron a Polo, que co
Alec, se encontraba en la proa del yate de Xander viendo como la distancia entre ellos y el Isadora se reducía considerablemente. Casi estaban a la par cuando escuchó la bocina del barco. Xander estaba en la cabina con el capitán del barco, hablando con el capitán del Isadora.―Vamos, Ander ha dado la autorización para que subamos a su yate, aunque aún no sabe el motivo, solo se le dijo que yo necesitaba hablar con él ―explicó Xander. ―Por el momento, iremos solo los dos, si las cosas se ponen feas, dos de mis guardaespaldas vendrán a dar una mano. No quiero involucrarlos en el abordaje ilegal de un barco si no es necesario.―Me parece bien. ―respondió Alec siguiéndolos.Al subir al bote Ander los estaba esperando con cara de pocos amigos y el cuerpo en tensión. Vestía solamente unos pantaloncillos. Se veía algo borracho o drogado, Xander no estaba seguro.―¿Qué sucede, Xander, porque me has seguido? ―preguntó Ander con el ceño fruncido y en actitud agresiva.―Las hijas de Aristo han
Aristo, Samantha, Demetrio y Emma llegaron al hospital de Atenas una hora después de recibir la llamada de Xander. Habían tenido que dejar en la isla a las gemelas de ambos hermanos al cuidado de Joy y Flavián. Al llegar se encontraron con que Xander se había hecho cargo de la situación y los esperaba sentado en la sala de espera para familiares.―¿Dónde está mi hermano? ―preguntó Aristo a Xander.―Lo están operando, tiene varias fracturas en las costillas y una de ellas le atravesó el pulmón.Aristo contuvo el aliento y Samantha lo tomó de la mano, le dolía verlo tan asustado por Alec.―¿Cómo está mi hijo? ― preguntó Demetrio desesperado―¿Qué dijo el médico? ―indagó Emma al mismo tiempo.―Por el tipo de lesión el pronóstico es reservado, pero está en manos de los mejores cirujanos, uno de los residentes salió hace rato para decirme que van bien y que si no surge otra complicación saldrá de cirugía en una hora aproximadamente ―explicó Xander.―¿Por qué lo trajeron hasta acá y no lo o