En casa de los Gold, las cosas se caldeaban más y más. Su madre, aparentemente borracha, seguía actuando como loca. Pero al menos estaba ya dentro de la biblioteca, solo esperaba que don Christopher pudiese calmarla. Se conocían de muchos años atrás, desde el día en que sus papás se casaron así que, si había alguien capaz de ayudar, ese era él. Tras acompañar a su abuelo al auto que lo llevaría a su casa, pasó por la biblioteca, vio la puerta entreabierta y a los dos ocupantes hablando, tomados de la mano. —La odio, no entiendo cómo pudo avergonzarme así y nadie intervino, nadie me defendió ni siquiera tú que me amas y, además, sé que ella es la responsable de que cayera en la mesa. —No digas cosas sin sentido. Mira Sofía mi amor, he vuelto para que retomemos lo nuestro y lo sabes. Sobre Emily, bueno, nunca has sido una buena madre y lo sabes, nunca te mentiré y considero que has sido cruel. Era cuestión de tiempo para que ella reventara y dejara salir lo que siente. —Apoyas lo
Justina fue con su hijo a la habitación y para entonces, Emi estaba recuperando la consciencia.—¿Cómo llegamos aquí?—Estás muy fría, mamá va a acompañarte mientras te metes a la tina, ¿de acuerdo? Y yo iré por la cena, la cual estará muy buena a pesar de las barbaridades que tenga para decir mi madre.—La comeré con gusto.Justina miraba a ambos y entendía a su hijo Korvoz, este no mentía, entre ambos había una conexión existente solo entre compañeros.Una vez en el baño, Emi entró al agua, la espuma la cubría por completo y se sentía asombroso. Justina, la primera mujer vampiro, la esposa del primer vampiro, esa mujer regia y elegante, se sentó en el suelo junto a ella, dándole la espalda para que tuviese privacidad.—Las historias de amor, no empiezan siempre con el pie derecho, mi pequeña. Sabemos del amor tuyo y de Korvoz, por eso, damos nuestra bendición. —Pero Alec…—No pienses en ello y escucha mi historia. Mi primo Matthias Corvinus, quien fue rey de Hungría, supo que Vlad
Korvoz apareció y tras abrazarlos a ambos, decidieron trasladarse a la sala del trono. Ambos hermanos observaron como el monarca, se veía mal. No es que se estuviese deteriorando su salud, sino que la tensión por lo de Alec, lo tenía mal, demacrado.—Les responderé a sus dudas. Ella es mía, mi compañera.—¿Lo confirmaste?—Lo hice, sí. Vengo de reunirme con Kellen, porque tanto él como Morgana lo sabían, pero no podían intervenir. Cuando Alec fue en representación mía a Boston, lo llamó la energía de una niña, aún no saben lo que pasó ahí, pero Morgana piensa que hay una hechicera involucrada en todo eso. Mi vampiro sintió a su compañero a través de Alec, pero este me dijo que era suya, que mis emociones no eran más que un reflejo de las suyas.Desde que estoy con Emi, me siento mejor, mis habilidades han mejorado, llegué a España en menos de medio segundo y ni siquiera debí pensarlo mucho. No podemos enfrentar a Alec, debemos seguir actuando como si no supiéramos ya que la bruja que
Pocas veces en su vida, si no es que nunca, Radu se había enfrentado a algo que lo dejase mudo de la impresión. —¿Cómo lo sabes? —Porque soy como tú, solo que a mí me llaman incompleta, pero vampiro, al fin y al cabo. —He escuchado de los incompletos, son vampiros nacidos de progenitores que a su vez son híbridos. —Mamá era hija de un humano y un vampiro, papá de padres inmortales. Así que el resultado fui yo. —Una criatura extraordinaria. —Por lo poco común, tal vez. —¿No te gusta la inmortalidad? —Asumo que debe ser increíble ser como tú. En mi caso soy algo mal hecho, una aberración. —¿Por qué dirías eso? —Soy una inmortal con un cuerpo humano, es decir, que enfermo igual, me alimento igual que un humano y no necesito sangre, puedo embarazarme con más facilidad y me late el corazón. Una rareza entre los nuestros, lo que me hace una paria. —Tu condición es algo especial, Ileana. Porque al parecer humana no eres un blanco fácil, yo mismo no he detectado el vampiro en
Alexander, Korvoz y Gabe estaban muy serios y comprendieron no solo que la barbacoa se suspendía, sino que debían comenzar a investigar, así que abandonaron el castillo. Vlad que se había mantenido silencioso se acercó a su hermano viéndose furioso. —¿Tú compañera nos teme? —No lo hace, no. Porque son recuerdos almacenados en partes remotas de sus memorias. —Maldición. —Pero lo hablaré con ella antes de que alguna situación traiga a flote las memorias de Ileana y eso incluye el conocerte, hermano. —Pobrecilla —se lamentaba Justina —pero se sentirá amada. Es la criatura que ha venido a darte paz en el corazón. Iba a continuar cuando Dmitri le pidió que regresara aprisa. Ella está llorando, parece tener dolor.Sin explicar nada, abandonó la casa de su hermano, ya habría tiempo para organizar la búsqueda de los responsables. Llegó en segundos, su compañera estaba atrapada en alguna especie de pesadilla y aunque trataba de que despertara, no lograba que reaccionara. Llamó a
Emi llevaba un par de días en su casa, ver las fotos de Michael ya no le generaba dolor, puesto que Kor, había ayudado con eso, trasformando su pena en calma. Ahora podía recordarlo sin que le doliera el corazón. Korvoz era un ser muy especial, este, había llegado a verla llevando una pequeña caja con una flor muy rara adentro, llamada Silene Tormentosa, que crecía solamente en el peñón de Gibraltar. Se había maravillado al ver la caja de cristal y la pequeña flor casi intacta. Korvoz había sonreído diciéndole que su magia era tan fuerte como para preservar la flor para la eternidad. Y lloró conmovida porque solo él había recordado su cumpleaños. Sí, sus padres habían puesto un pastel, pero su fecha de cumpleaños había sido esa mañana en que él llegó con el regalo. Por eso estaba decidida a enderezar su vida humana, y a enfocarse en su padre y en lo que iba a suceder en la familia. Porque una vez que abrazara la vida con Korvoz se iría sin mirar atrás.Salvo por supuesto, a su abu
Emi pensó que los demás miembros de la familia le verían de forma rara, pero solo encontró miradas de afecto verdadero.—Nos gusta tenerte en la familia, Emi.—Gracias Justina.Una vez en la casa avanzó al escritorio de su padre, la Emi de antes, hubiese corrido a su lado para recibir un beso y un abrazo, ahora, que había visto lo que el amor paterno significaba, observando a Vlad y a sus hijos, comprendía que, a Jack Gold, la camisa le había quedado grande.—Hola, papá, ¿Sofía está en casa? —¿Sofía?—No pretenderás que después de todo lo que me ha hecho le diga mamá, para mi madre es la de Alec y sus hermanos.—Tienes razón, Sofía salió hace rato, ha de llegar en algún momento. —Pensé mucho sobre si venir o no a verte pues debo decirte algo sobre ella. —Dime cariño. —No sé cómo decirte esto, espero me creas porque jamás inventaría algo así. —Hija, ¿por qué das por hecho que no voy a creerte? —Bueno, creo tener razones de sobra para sentir eso.—Lo sé y lo lamento. Lo que t
Dentro de todo, por lo menos nunca sufrió daño físico, pero lo que había hecho su esposa, era cruel. Y ella pagaría.Mientras pensaba en todo, Sofia entró en la biblioteca. El autocontrol al que se sometió Jack era mucho, si ella sospechaba su plan se iría al carajo. Verla caminar hacia él luciendo tan arreglada le provocaba asco. Necesitaba acabar con todo aquello. Ella traía en sus manos un sobre, primera parte de su plan. —Cariño, me sorprendes con este regalo, ¡Un tratamiento en un spa! Pero eres el que cumple años, además no entiendo por qué a esta hora una visita a ese sitio. —Es una terapia a la luz de la luna o qué sé yo, lo que sé es que sale muy caro, así que debe ser bueno o eso es lo que dices siempre. —Hay que pagar por tener cosas buenas. —¿No lo sabré yo? —Si insinúas que solo estoy contigo por dinero te equivocas. Te amo con todo mi ser. —Me alegra mucho escucharte, no sabía cómo ibas a reaccionar con lo de la quiebra a la que me enfrento. —¿La quiebra? Te