Emi no se sintió excluida de la charla que se daría, comprendió que era algo doloroso para ellos como familia y respetó el espacio que necesitaban.

—Pues vamos entonces.

Kor comprendió que ella entendía y la abrazó con fuerza.

—Me alegra que te sientas así.

—Ustedes necesitan este tiempo y yo, quiero tener a Gabe para mí.

Dejándolos a todos en la casa, Gabe la escoltó a una pequeña heladería en las afueras de la ciudad. Conducía un todoterreno y Emi se sintió emocionada.

—Este es mi estilo de auto favorito, es hermoso.

—Es de Korvoz, lo mío son las motos.

—Nunca he paseado en moto, tendrás que llevarme.

—Pues considéralo una cita.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

—Korvoz es el monarca, Alexander el ejecutor. ¿Qué haces tú?

—En mí caso soy el erudito, me encanta meterme en una biblioteca y por lo mismo, soy el asesor de leyes. Si mi hermano Korvoz olvida algo acude a mí, también soy quien le recuerda a Alexander quienes son los deudores, pues es a quiene