Normalmente, después de la intimidad no mirarse a la cara, terminaban peleando o ella llorando. Claro, ya de adultos, personas con compromisos y responsabilidades, porque antes de que los descubrieran, cuando eran adolescentes, siempre se quedaban abrazados y haciéndolo las veces que desearan. Oh solo conversaban.
Se admiraban, reían.
Se querían mucho.
Esa noche había vuelto a pasar lo mismo; Enzo conversó con ella y por primera vez, no hubo peleas ni discusión. Emma aceptó por entereza, que su hermano tenía que volver a su vida normal, que, a pesar de haberla hecho suya, nuevamente, él iba a casarse y ahora tenía una prometida qué cuidar.
El fin de semana pasó tranquilo, ya su mente y corazón le alegraba tanto abrir sus redes y encontrar muchos mensajes cortos de su hermano: «Te extraño&raq
Todos quienes supieran de ella, tal vez se preguntaban cómo había llegado allí. Allí, a aceptar ser la novia de Alex.Es decir, aún no era su novia oficial, pero claro que aceptaría.Lo miró y sonrió levemente. Estaba perdida en sus pensamientos y él la miraba, expectante. Le tenía las manos por sobre la mesa y ella no lo estaba viendo a la cara.—Siento que aún hay cosas que no sabes de mí. —Soltó, fría.Claro que había cosas sin aclarar, como, por ejemplo, su estabilidad económica. Él la soltó lentamente y achicó los ojos, con desconfianza.—Tienes razón, no sé nada de tu familia, ni dónde vives.Llevaban saliendo un mes, aproximadamente. Luego de que le mandara el vídeo privado a
No llamó a Alba para decirle que tenía que salir. No llamó a Enzo para que le diera un consejo, porque, además, estaba con Saira. No llamó a nadie, ni siquiera a Alessa.Cogió sus llaves, prendió el auto y se fue a todo lo que daba. Manejó por alrededor de una hora, hasta el lugar pactado.Por su mente lo único que pasaba era cómo enfrentar aquello que le había mandado al teléfono. Supuso que quería chantajearlo con esas fotos. ¿Se trataba de dinero? Pero si estaba saliendo con Alex, ¿qué podría querer?Sabía que lo del beso había sido planeado, pero en qué maldito momento le había tomado esas fotos. Era obvio que alguien más lo había hecho y eso lo jodía aún peor. Cómo había podido ser tan estúpido. Maldecía la hora en q
Su relación con Emma era tóxica. Sí, no figuradamente: de verdad era mala. Como un veneno que se esparcía por el aire y los asfixiaba. Y no era solo ella, también era él. De hecho, Enzo había comenzado con aquel lazo tan disfuncional.Su sangre no llamaba, no se conectaba con la de su «hermana». Nunca pasó, desde el inicio, en realidad nunca pudo verla como de su misma sangre. Había algo en ella que repelía por completo cualquier intención de verla como parte de su familia. Emma no era su hermana, estaba seguro de eso. Quizás era su media hermana, pero tampoco…Siempre habían sido una familia normal. Desde que tenía uso de razón, recuerda haber visto juntos a su padre y a su madre, además de que Emma nació no mucho después. Era apenas un año mayor que ella.No recordaba p
El día era hermoso. Hacia sol y estaba muy despejado. Aprovechando el día libre que extrañamente, Alex les había dado por remodelación de la planta, lo usó para volver al templo, visitar a sus padres y a Ceres. Extrañaba siempre tanto a su mascota. En su nuevo departamento no se admitían, pero la verdad era que Ceres no se sentía bien en otro lugar que no fuera el templo. Por eso también la dejó con sus papás.Pero cuando llegó y lo primero que hicieron después de saludarla, fue decirle que Alex había estado ayer allí, sintió que todo el estómago se le revolvió. Desfiguró la expresión por la angustia y el coraje. ¡¿Qué mierda había ido a hacer a la casa de sus padres?! Julia dijo que sólo había ido a saludar y a hablar sobre su empresa en Chiba. Raro. Además, Alvaro le h
Todo había pasado tan rápido. Ella acababa de llegar de la oficina, resolviendo algunas cosas que habían quedado pendientes, antes de que el personal desaloje parte de la planta, para su remodelación.Arthur había salido primero que ella, pero después de Enzo. Le dijo algo de que se verían en el departamento de Saira; para conversar de la boda, supuso.El evento se les venía encima.Cuando llegó a su casa, justo en el momento en que estaba por darse una ducha, su celular timbró. Era su madre, que, desconsolada lloraba por el estado de salud de su hermano. Estaba internado en la clínica y aún no se estabilizaba. Yokohama no quedaba tan lejos de Maria Sanadora College, pero sí era un viaje que le tomaría un par de horas, las que parecían eternas en una emergencia.Se duchó en cinco minutos, se vistió, tomó algo de ropa en su peque&nt
—No… —bufó— esto no se ve bien.Frunció el ceño, quitando uno de sus cuadros de aquel lugar. El departamento había sido comprado ya amoblado, por lo que el trabajo no era demasiado, sin embargo, algunas de sus pinturas necesitaban al fin, ser expuestas en lo que sería su nuevo hogar. No cabía de la felicidad y del asombro: al fin tendría un lugar propio dónde vivir y todo gracias a Alex. Bueno, a Alex y a Alessa.Siempre estaría agradecida con los dos. Aunque pensaba que definitivamente él merecía a alguien que lo amara, no a quien quisiera aprovecharse de su fortuna. Suspiró, colocando otra obra en lugar de la anterior. Sonrió, porque esa sí le gustó más.En esos días había estado pasando tiempo con la pareja. A pesar de las citas rápidas en cafés y el negoc
Algún día, Arthur se casaría con Alba. Siempre lo supo.La noticia del matrimonio de Alba había sido todo un evento entre las familias. Para empezar, Enzo había ido un día muy apresurado hasta su departamento a decirle que Arthur le iba a hacer una gran propuesta a su mejor amiga, y que necesitaba de su ayuda.A propósito de que volvieron a estar solos, Enzo se limitó a jugar con los rizos de su cabello azabache, muy cerca de ella. La admiró por varios minutos, en silencio y antes de irse, le quiso dar un beso, beso que ella rechazó ladeando el rostro. A cambio, le besó la frente y se fue.Al día siguiente, en la hora del almuerzo, Arthur le habló de lo que tenía pensado y de que si podía decirle qué número de anillo calzaba en el dedo anular de Wright. Emma accedió emocionadísima, sab&iacu
La pre-cena en casa de los padres de Enzo había sido magnífica. Después de aquella pequeña discusión de la tarde, parecía ser que su novio había cambiado completamente de parecer. Sonreía, conversaba con sus padres y con los de él, hablaba sobre lo emocionado y nervioso que estaba por la boda, y de lo mucho que la quería.A pesar de lo corta que fue, debido al cansancio del viaje, todo había resultado una maravilla. Por un momento olvidó absolutamente todo lo malo; para ella solo existían su familia y su pareja.Todo bien, hasta que esa noche, Enzo se quedó a dormir en casa de sus padres y no con ella, nuevamente.—No es muy delicado de mi parte hacia tus padres.Bueno, tenía toda la razón. Esta vez sí que la tenía.Con toda la tristeza del mundo se