Blanche:Ha pasado una hora desde que picamos el pastel, y por suerte Licia no se ha atrevido a acercarse a fastidiar.Sé que está en la mansión, hoy no trabaja.Por otro lado Yura mira su reloj. Como si esperase a alguien y Oleksander está haciendo llamadas pero parece que no recibe respuestas.—No lo entiendo. Ivanka y Mateo ya deberían estar aquí, ayer estaban muy emocionados y anunciaron que tenían una noticia importante que darnos.- protesta Anya, y comprendo lo que ocurre.La pequeña Anika aprovecha ese mismo instante para lanzarle un buche encima a su madre y Anya bufa, alargando sus brazos y entregándomela porque al parecer, soy la persona que puede brindarle socorro y la que está más cerca—Pequeña máquina de buches.- protesta la rusa.- no me hagas caso Sofía, es mi pequeña, la amo, pero hay veces en que me entran ganas de ponerla en adopción.Mientras su madre toma toallas húmedas e intenta limpiarse el desastre que tiene en el vestido, yo le hago arrumacos a la beba.—¿Quie
Diez horas antes: Yelana: He hecho muchas cosas en mi vida con tal de sacar provecho. A la tierna edad de dieciocho años, le entregué mi virginidad a un hombre cuarenta años mayor que yo. ¿Y por qué no lo haría? Mi madre era una borracha empedernida, que cuando lograba mantenerse sobria limpiaba en las casas de personas pudientes y solía llevarme consigo. De ahí, que cuando el Señor Silas Zveg me acorraló en su biblioteca y me rompió el coño de pie, contra la estantería de sus libros, hacía rato que yo sabía lo que era acostarse a dormir con el estómago vacío. Por supuesto que pude haberlo evitado, pude haber gritado e incluso corrido. Pero no lo hice. Sabía que ese hombre me deseaba y sabía que convertirme en su ramera podía serme beneficioso. Y sí, saqué provecho del viejo Silas, después de eso fui su amante durante años y con el dinero que le quitaba me aseguré de nunca más pasar hambre. Después, fui la mujer de un pandillero de poca monta, pero gracias a él conocí a Niro S
Blanche: Eván nos ha ordenado empacar, nos retiraremos al Valhala por precaución. Yura y Oleksander tienen cara de que se les ha caído el mundo encima, y no es para menos. Me muerdo las uñas nerviosamente en lo que recojo las cosas de los mellizos. “ No te estreses, si Yelana se acerca a los pecchi…¡se muere!” Morte y yo estamos de acuerdo. Valiant respira aliviado de que le halla quitado el traje y Valery me muestra el sarpullido que le causó el vestido. Beso su frente en un intento por calmar mi cargo de conciencia. Solo quería que se vieran presentables el día de hoy, y al parecer solo logré amargarles el día. Busco una crema en el botiquín, para aplicársela a Valery. —¡Oh, tía, hoy conocí al que será mi novio!- chilla emocionada. —¿Ah, sí?- interrogo, aplicándole la crema. —¡Sí! Es muy bonito y muy grande y fuerte.¡ Y tiene unos ojitos de alcancía preciosos! Arrugo el entrecejo. ¿Ojitos de alcancía? Estoy por preguntarle si por casualidad su nuevo crush es el pequeñ
Blanche:—Yo los cuidaré.- se acerca Nikola, entregándome una sonrisa débil.- te prometo que los protegeré con mi vida.Suelto un hipido de dolor, secándome las lágrimas.Este es el peor de los infiernos.Preferiría mil años de tortura en el foso a tener que pasar por esto.Beso a los pecchi, abrazándolos con fuerza y deposito una manita de cada uno en una de las manos de Nikola.—Vayan con ella, y pórtense bien. Por favor.- susurro.Nikola comienza a llevárselos, alejándose.¿ Se pueden sufrir infartos de angustia? Valery se gira, extendiendo su manita en mi dirección, con una expresión de dolor en su rostro que me aterra. Valiant también se gira mirándome con sus ojitos cargados de miedo y mis rodillas flaquean. Causando que caiga arrodillada sobre el suelo.Me tiembla todo el cuerpo y me siento fría, vacía.Al apartarlos de mí se han llevado la única luz que alumbraba mi vida.Tengo un peso sobre el corazón que no me permite respirar.Nikola sube a los pecchi al jet, desaparece co
Blanche: El sonido de los disparos me despertó. Sobresaltada y asustada hasta el borde de un colapso nerviosos, corría, junto a la mulata, a buscar refugio tras el sofá de la sala de esta. No tenía tiempo para las lágrimas esta vez , sabía que lo que estaba sucediendo era inevitable. Había intentado mantenerme apartada de la suciedad y mugre que rodeaba mi pasado, había intentado mantenerme oculta, llevando una vida tranquila, dedicada a la creación de prendas y hermosas alhajas, y a la crianza de los pequeños seres que me habían sacado de la oscuridad, sin embargo, todo había sido inútil. Me habían encontrado. La llegada de los enemigos , había afirmado mi destino y el de todos los ocultos en el edificio. —¿ Cómo entraron?- demandó Yura, amartillando su arma. —A través del elevador del servicio.- escupió Eván, también alistándose. Las grandes puertas del penthouse brindaron resistencia hasta que se empleó una granada contra ellas, haciéndolas saltar de sus goznes y caer est
Licia:El lugar es idílico.Pareciera un paraíso terrenal.La casa y la playa cerca podrían hacerme olvidar la jodida situación en la que estoy si ese par de engendros del demonio no me atormentara día y noche con sus gritos y chillidos.Nikola no hace ningún esfuerzo por frenarlos, por el contrario, los contempla con orgullo y les apaña todas las travesuras.Sé que Alexis no está muerto y mucho menos esa perra, porque la maldita llama a cada hora.El sonido del tono del celular de Nikola tampoco me deja dormir por las noches.Es como si todos conspiraran en mi contra.Cuando alguno de los mocosos de Anya no llora, lo hace uno de los dos chiquillos infernales.El único que no llora es el niño japonés.Él y su tía entrenan lazándose sablazos todas las mañanas y yo…cada día entiendo menos.***Un mes y medio antes:Despacho en la mansión Ivanov:—¿Me mandaste llamar, Alexis?- pregunté, entrando al despacho.—Así es, Licia. Siéntate por favor.Tomé asiento, mirando de reojo a Mijaíl Oche
Alexis:Somos un grupo desarrapado y golpeado.Pero estamos vivos para pelear otro día.Los médicos en el San Pietro corrieron a nuestra ayuda y a los veinte minutos de llegar, me llamó Igor.—Cuéntame.- le dije.—Eran unos cien hombres. Atacaron desde diferentes flancos y traían artillería pesada. Si hubiésemos estado en la antigua Ciudadela hubieran tenido éxito, pero desde que el Señor Eván reforzó nuestras defensas somos inexpugnables.—¿Eran agentes de la Interpol?- interrogo.—No. Eran mexicanos por lo que pudimos escuchar de lo que hablaban.—¿Y Yelana?—Negativo. No estaba con ellos.Asiento.—¿Pudiste tomar a algún prisionero? ¿Se les ha aflojado la lengua?—Si Señor. Llevan más de un mes en nuestro país, sin embargo recibían las instrucciones vía telefónica. La hiena nunca estuvo con ellos.—De acuerdo. Mantente atento, puede que lo vuelvan a intentar…y bien hecho, Igor.—Para servirle, mi Señor.***El jet nos espera en el helipuerto de San Pietro.Los médicos nos han reme
Hospital Jericho’s Hope.Alabama. U.S. A.Siete años antes:El parto se había complicado.Los mellizos estaban en posiciones contrarias y los médicos la habían hecho sufrir durante horas sin progreso alguno.Finalmente, el obstetra tomó la decisión de proceder con la cesaría y se los sacaron de adentro.Después de escapar, había estado meses sumida en una terrible depresión.Enterarse del embarazo demasiado tarde como para frenarlo la había lanzado a un abismo de una oscuridad sin límites.Terminó internada en el psiquiátrico luego de su segundo intento de suicidio.No podía vivir.No quería.No podía condenarse y a lo que traía dentro a más mierda y sangre.Estaba más que claro que era un peligro para sí misma y para las criaturas que acababa de traer al mundo.Se maldijo a sí misma, una y otra vez.Había cometido el mismo crimen que su madre pero por partida doble.Había condenado a un par de seres inocentes e indefensos al más cruel destino posible.Nunca vivirían en paz, solo por