Sofía: —¿Por que se tardan tanto, Alexis?- increpo temblorosa.- ya han pasado cuatro horas, ya es tiempo de que tuviéramos noticias. Alexis aprieta mi mano y se levanta de su silla. —Iré a averiguar. Sostengo el termo de café entre mis manos, intentando que el calor del líquido se duele por entre mis dedos, para ver si así combato está frialdad espantosa que se ha apoderado de mí. Ni las torturas en el foso, ni la paliza que me dieron Oleksander y su padre, ni siquiera mi última entrevista amarga con Vitorio dolió tanto. Morte está destrozada, tanto como yo. Asoma su cabeza con los ojos llenos de lágrimas, y me entrega la sonrisa más macabra y demencial que le he visto en años. “ Averiguaremos quien hizo esto y nos encargaremos de que tenga la muerte más lenta y dolorosa posible.” Sisea, y yo me limito a asentir, porque estamos enteramente de acuerdo. Eván: —He venido a confesarlo todo, tío.- susurra Sonée con voz temblorosa.- sospecho que Mischa es el culpable. —¡¿Te has v
Sonée:Sus gritos se escuchan por toda la mansión, a diario.Una vez al día vienen a curarlo y una vez al día deseo morirme.No lo soporto.No soporto saber que por mi culpa sufre de esta manera tan inhumana.Lo trajeron del San Pietro hace dos días, intenté ir a verlo para pedirle perdón, pero su madre me tomó del codo y me zarandeó en el pasillo.—Escúchame, niñita, mantente alejada de mi hijo o te mato. Ya bastante tiene con el dolor que está soportando como para tener que lidiar con tu drama también.Sofía me soltó y yo tragué en seco, porque todos sabemos que cuando la italiana te amenaza es porque ya estás en su lista.Y estar en su lista es una sentencia de muerte.***Hoy me fui temprano para no escuchar sus gritos y no desear salir corriendo, pasándole por encima a su madre y a meterme en su habitación a consolarlo.Me siento tan culpable.En la dulcería mis empleadas comentan que me ven con aspecto de enferma, y no lo dudo. No hay peor padecimiento que un corazón roto.Valian
Mika:—¿Esa chica, la tal Zaneth vio algo?- le pregunto.Uno de los escoltas le trae a Sonée una bolsa con hielo y ella se lo pone sobre el ojo inflamado.—Es ciega, ¿que no viste el bastón?—Pero pudo haber atestiguado alguna cosa.Sonée gruñe.—No. Solo escuchó el ruido de los cristales quebrándose, se estaba bañado y esperó para venir a ayudar. Es la vecina de al lado.Asiento.No importa lo que diga Sonée, esa chica es un cabo suelto y a mí no me gusta dejar cabos sueltos.Sin embargo no tengo tiempo para encargarme de ella ahora, prometo tengo que ponerle frenos a la desquiciada de mi hermana. Fui a casa de mis padres, pero no está allí, no está en el apartamento de Val y tampoco en la mansión.No tengo ni idea de dónde pueda estar y eso me preocupa.No tanto por su seguridad, sino por los destrozos que pueda causar a su paso.Me visto, me peino y me voy al Trece.Esta noche la gente tiene que verme.Se ha comenzado a correr el rumor de que estamos bajo un ataque, de que la fam
Mika:—¿Es familia tuya? La loca... ¿es familia tuya? ¿Es por eso que quieres protegerla?—Eso es algo que no te incumbe.—Lo cierto es que sí. Vas a matarme, ¿no es verdad? Vas a matarme porque sé que esa loca amenazó a la dueña de la dulcería.—Tienes razón. Sí voy a matarte.- susurro en mi voz más amenazadora.Sin embargo, mi admiración por su temple crece varios centímetros, porque a pesar de mis amenazas, se mantiene seria. No llora, no suplica…pareciera como si hubiese aceptado su destino hace tiempo.—Bien. Solo tengo dos peticiones que hacer. Si no es mucho pedir, Señor gánster…¿podría asesinarme de una forma rápida y poco dolorosa?La contemplo con incredulidad.¿Es en serio?—Usted no está en condiciones de demandar nada.- mascullo.—Lo sé, pero todo en mi vida ha salido mal. Todo se ha ido al carajo desde que perdí la visión a los catorce, al manos, me gustaría poder elegir la forma en que voy a morir.Bufo exasperado, amartillando el arma.—¿ Y cuál sería tu otra demanda?
Zaneth: No sé qué sucede... Me han sacado de el sitio en el que estaba y me han conducido a otro lugar. A mí alrededor hay chicas riendo y comentando entre ellas en lo que me quedo de pie. —Es bonita, pero demasiado delgada. —Oh, mira lo largo que tiene el cabello. ¡Le llega casi a las nalgas y es precioso! Una se me acerca, metiéndose en mi espacio personal y me olfatea. —¡Huele rico! Cómo a caramelo. —Pfff, pero no tiene material para ser una mujer de la mafiya. No es más que una pobre ciega. —Ay, Fedora, no logras ocultar tus celos. No soportas que nuestro heredero a Don no tenga suficiente contigo.- se burla una, en lo que siento manos sobre mí cabello. Lo acarician y tiran de el, como olfateándolo. ¿ Que demonios está sucediendo aquí? Ellas han…han dicho algo… ¿Dijeron la palabra mafya? —No soy como tú, Bela. Eres la más antigua de nosotras y no fuiste capaz de mantener a nuestros hombre completamente satisfecho. Por eso busco a las gemelas y luego a mí. —¡Ya basta!-
Zaneth:Me han sacado de la ducha, me han traído a la cama y las chicas se han ido, dejándome a solas con el enorme gánster que me matará después de que me folle.Todo se siente tan surreal…Tan…extraño.Pero placentero.Creí que el sería agresivo y cruel, pero no.Está acariciándome y besándome con lentitud, como si no tuviese prisa.Quisiera verlo.Ahhh, lamento tanto no poder verle el rostro a mi gánster.Mika:Ella es suave, y delicada.Por dónde quiera que paso mis manos su piel se marca.Su cabello huele a vainilla y me gusta.Me gusta morderle el labio y escuchar como solloza de ganas o jadea de sorpresa.La sospecha aflora en mi mente.No puede ser coincidencia, no puede ser…simple destino.El enojo burbujea dentro de mí, y cierro mi mano alrededor de su cuello.—¿Sabes quien soy?- bramo, colérico contra su boca.Ella se queda con los ojos nublados y la boca muy abierta.Aprieto su cuello entre mis dedos.—¿Sabes quien soy?- insisto.—S…sí. El heredero a la mafya.- farfulla a
Zaneth: El Señor gánster viene a verme cada noche.Ha prometido cumplir cada una de mis fantasías. Sonrío. Mis fantasías sexuales al menos.Tengo que reconocer que me gusta como folla. Siempre comienza delicadamente. Con caricias y besos suaves que me hacen sentir casi amada, pero después se convierte en una bestia lujuriosa y salvaje, que me muerde y me araña. Me magulla toda hasta dejarme los pechos y el cuello llenos de chupetones. —¿Que te gustaría hacer esta noche, caramelito?- me interroga. Comprimo los labios. Me gusta imaginar que me mira con cara de lobo hambriento. Esa expresión en su rostro iría bastante bien con esa voz gruesa y profunda que me pone los pelos de punta. —¿ Puedo hacerte una mamada?- le ofrezco y él libera un gruñido.- es que siempre he sentido curiosidad…¿y podrías echarme tu leche en las tetas? Le oigo reír y siento como acaricia mi cabello. —¿Eres realmente así de puta o solo lo aparentas?- masculla con ironía. Trago en seco. —Vas a matarme den
Valiant:Han transcurrido tres semanas.Tres semanas de agonía y desilusión.De soportar que me arranquen la piel y el infierno se encienda sobre mi espalda para que me venden luego.Estoy mejor. Ya falta poco para estar completamente reestablecido, pero ella no ha venido a verme.Ni una sola vez.Anika por el contrario ha estado aquí.Jodiendo todo el tiempo , restregándome en la cara que fue ella quien destrozó la dulcería, y que si vuelvo a embarrarme de la mierda de la recogida, ella la matará.No soporto a mi prometida, y juro que si ella fuera un hombre ya le habría partido la cara a golpes.Madre y los mayores están nerviosos.No sé que está haciendo este enemigo nuevo, pero la situación es grave.No me cabe dudas.Desconocido:Esta chica es extremadamente volátil.Y precisamente por eso es que me ha servido de buena títere.—Veo que no confías en mí.- farfullo burlonamente.—Perdóname por desconfiar. Nunca debe uno reunirse con un asesino a puertas cerradas.Me ha citado a es