Este capítulo contiene escenas explícitas de sexo lésbico. Se recomienda la discreción del lector.***Milia:Ella lleva una especie de kimono muy colorido pero extremadamente corto, el cabello suelto y el maquillaje mínimo. Yo me he puesto un traje color beige, de pantalón y chaqueta y unas sandalias doradas de tacón alto. Recogiéndome el cabello en una cebolla.La chaqueta del traje me hace un escote que casi me llega al ombligo.Ella me contempla con deseo y yo me muerdo el labio, no somos de vestidos blancos ni de mucha fanfarrias. Acordamos que esta ceremonia simple sería lo mejor. Evito írmele encima en lo que nos mantenemos de pie, una frente a la otra, y el imitador de Elvis Presley realiza la ceremonia.Mi tío está a nuestras espaldas, Nikita lo acompaña. Aunque me costó cierto trabajo reconocerlos. Ella se ha hecho un corte diferente y se ha teñido el cabello, y además el viejo también cambió de look.—Por el poder otorgado a mí, en el estado de Nevada, yo las declaro… casad
Sofía:Despierto y él ya no está a mi lado.Arrugo en entrecejo porque se me hace raro.Hoy fue Navidad y los mellizos estuvieron muy felices con sus regalos. A Valiant le regalaron un trineo, una bici, una patineta y cascos guantes, rodilleras y cuántos medios de protección podría necesitar. A Valery por su parte, le regalaron un cachorrito. De lobo. Es gris y se ve bien cuidado, está gordito y feliz. Además, lleva un lazo rojo al cuello.Y se me hieló el alma, porque sé que ella es demasiado curiosa e inquisitiva, y le gusta…¿ Cómo lo digo? ¿Abrir a los animales para ver cómo son por dentro?Sí, eso fue lo que me dijo a la tierna edad de cuatro de años, cuando destripó a un goldfish que yo le compré de mascota.Me acerqué a él con lentitud.—¿De la camada de Shadow?Alexis asientió—No debiste.- lo reprendo.- mañana aparecerá muerto el pobre animalito.—No lo hará. He hablado con ella, le he explicado que no es correcto, y prometió no hacerlo.Ruedo los ojos.—¿Te
Once años después:SofíaEn el salón de baile hay mucha gente reunida.Gente que conozco y gente que no.No somos muchos, no llegamos a más de cien, pero aún así me preocupo.Siempre me pone nerviosa tener mucha gente a mi alrededor.Hoy es un día especial, los mellizos cumplen dieciocho años y hemos preparado está fiesta para celebrarlo.Su fuerte brazo rodea mi cintura y sus labios conectan con mi cuello.—Mira nuestra hija, brilla como la joya que es. Hermosa y peligrosa, como su madre.- Alexis murmura a mi oído y se me pone la piel de gallina.A pesar de los años que llevamos juntos, no ha perdido su efecto en mí. Y tiene razón.En muy pocos meses, Valery se ha convertido en la modelo insigne de Almaz. Al principio no estuve de acuerdo en que se dedicara al modelaje. Hubiera querido que escogiese otra profesión, pero ella es necia, terca y testaruda, y hace con su padre lo que quiere.A pesar de que contaron con una educación envidiable, ninguno de los pecchi ha optado
Sofía: Él regresa, de conversar con nuestro hijo y se pone a susurrarme al oído. —Nuestros mellizos ya son adultos, baranina. A partir de esta noche ya no tomes los anticonceptivos. Quiero preñarte. Me giro a mirarlo escandalizada. —¿Serás marrano?- farfullo. Deposita su mano sobre mi vientre y me estruja contra su erección. —Oh, sí. Soy un cerdo que fantasea con verte hinchada y con otro par de cachorros dentro. Trago en seco. —Alex, amor… ¿Estás borracho? Él libera un gruñido. —Cariño, tienes cincuenta y seis años y yo treinta y siete, a estas alturas, ya no tendríamos paciencia para un hijo. Sin contar que el embarazo sería de riesgo. Estamos demasiado viejos para algo así. El rueda los ojos. —Es tu culpa. Llevo años pidiéndote otro y tú no paras de tragarte esas condenadas píldoras.- farfulla.- mejor nos vamos ya. Sí será lo mejor, pensé entonces, y nos marchamos de la fiesta, dejando que los demás se divirtieran. Sin embargo, pocos meses después, Alexis y yo nos fui
Valery: Cierro los ojos, y pienso en él. Hace tantos años que no le veo. Hace tanto años que a mis sentidos no llega su olor, ni su calor. Oh, Suki. Mi sexy, sexy Sukoshi Liu. Mi japonés deseado. Mis ojitos de alcancía hermoso. Me sentí tan feliz de recibir tu nota. Oh, no te haces una idea de lo feliz que fui. Bailo, poseída por la música e imaginando que me desnudo para él... Pero, tuve que hacerlo. No tengo más opción que no acudir corriendo a verte. Tú no te lo mereces. No te mereces mis ganas y mis anhelos. No te mereces está obsesión enfermiza que me consume. ¡Hmmm, Liu! Liu: La vi, comenzar a subirse el vestido, por los muslos, con lentitud, hasta mostrar el hilo negro que separaba sus nalgas, y como yo la vi, también la vio media discoteca. Rápidamente sus guardaespaldas intervinieron. La rodearon en cuestión de segundos y la cubrieron con la chaqueta de uno de ellos. En instantes, el más corpulento de todos la cargó en sus brazos y ella le rodeó el cuello con
Liu : Dice horas antes: La llaman ‘’La Ivanova”, es la supermodelo más cotizada de toda Europa. Es esbelta, y atlética, de cabellera castaña y ojos soñadores. Su boca pintada de rojo y siempre entreabierta es una invitación a besarla, y sus labios gruesos son una tentación a morderla. Ella carece de todo lo decente y lo pudoroso, sus fotografías son prácticamente pornográficas. Se abre de pierna para la cámara y ofrece su cuello, en lo que un delicado velo rojo esconde el sitio entre sus piernas, pero sus pechos los protege con un brazo en lo que eleva el otro, arqueando la espalda en una clara imitación del éxtasis que alcanzaría al venirse. Hace cinco años, le dije que no quería volver a verla, y me he tragado mis palabras, porque está donde quiera que miro. En las portadas de revistas, en la televisión, en las enormes pantallas de las calles, y no importa el país, no importa el idioma. El mundo entero sabe quién es ella. Y la idolatra. Los hombres jadean por tenerla, y las muj
Valery:—¡Eso es, diva! ¡Ahora pon esa cara de puta en celo que vale millones, sí esa!- Pierre el fotógrafo está en racha, dispara su cámara una y otra vez, dirigiéndola hacia mí.—Juro por Dios, que si no fuera marica, por ti me haría bisexual, Ivanova.- me elogia, sabe lo mucho que me gusta que me acaricien el ego.—Ahora, la otra cara, esa cara de chiquilla inocente y enamorada…¡hmm, perfecta!Se mueve, de aquí para allá, cambiando de ángulo hasta lograr la imagen que quiere.—Pon una mano sobre tu pecho derecho, e inclínate hacia adelante…un poco más, eso. Que vengan a beber.Sonrío, y pienso en Liu.¿Cómo se sentirá su boca cerrada sobre mi pezón?¿Como sería sentirle moviéndose dentro de mí?—Demonios, rusa. Se te han endurecido los pezones y puedo verlos a través de la tela del vestido. ¡Esto es pornográfico, pero valdrá un pastal! Pierre saca un par de instantáneas más, y sonríe.—¡Ya está!Mi asistente corre a traerme una toalla y a ofrecerme un pomo de agua de mineral.—Así
Valiant:Su coño es pequeño.Demasiado pequeño.Diría que es el coño más pequeño que he tocado con mis dedos.Ella se mueve incómoda debajo de mí y yo intento razonar lo que está sucediendo.—¿Quién eres?- la interrogo, y ella libera una risita.—Eso no importa, solo méteme la verga de una vez.La coca y el vodka burbujeaba en mi cerebro, causando que todo lo que veo esté distorsionado, y mis sentidos están descontrolados.Me muevo hacia abajo, notando el diminuto piercing en el ombligo y lo pruebo con mi lengua. Sabe frío y raro.Beso el abdomen de la rubia, moviendo mi boca abajo, lamiendo su pubis y escuchando como respira entrecortadamente cuando mordisqueo justo sobre su monte de Venus.Olfateo su sitio, y me agrada notar que no huele extraño, con lentitud pego mi boca a sus pliegues y chupo los jugos que libera su pequeña vagina.Ella gimotea, abriendo más las piernas, y yo aprieto sus tetas en mi mano, acariciando sus pezones, en lo me trago sus flujos y lamo el clítoris rosado