Sofía: Él regresa, de conversar con nuestro hijo y se pone a susurrarme al oído. —Nuestros mellizos ya son adultos, baranina. A partir de esta noche ya no tomes los anticonceptivos. Quiero preñarte. Me giro a mirarlo escandalizada. —¿Serás marrano?- farfullo. Deposita su mano sobre mi vientre y me estruja contra su erección. —Oh, sí. Soy un cerdo que fantasea con verte hinchada y con otro par de cachorros dentro. Trago en seco. —Alex, amor… ¿Estás borracho? Él libera un gruñido. —Cariño, tienes cincuenta y seis años y yo treinta y siete, a estas alturas, ya no tendríamos paciencia para un hijo. Sin contar que el embarazo sería de riesgo. Estamos demasiado viejos para algo así. El rueda los ojos. —Es tu culpa. Llevo años pidiéndote otro y tú no paras de tragarte esas condenadas píldoras.- farfulla.- mejor nos vamos ya. Sí será lo mejor, pensé entonces, y nos marchamos de la fiesta, dejando que los demás se divirtieran. Sin embargo, pocos meses después, Alexis y yo nos fui
Valery: Cierro los ojos, y pienso en él. Hace tantos años que no le veo. Hace tanto años que a mis sentidos no llega su olor, ni su calor. Oh, Suki. Mi sexy, sexy Sukoshi Liu. Mi japonés deseado. Mis ojitos de alcancía hermoso. Me sentí tan feliz de recibir tu nota. Oh, no te haces una idea de lo feliz que fui. Bailo, poseída por la música e imaginando que me desnudo para él... Pero, tuve que hacerlo. No tengo más opción que no acudir corriendo a verte. Tú no te lo mereces. No te mereces mis ganas y mis anhelos. No te mereces está obsesión enfermiza que me consume. ¡Hmmm, Liu! Liu: La vi, comenzar a subirse el vestido, por los muslos, con lentitud, hasta mostrar el hilo negro que separaba sus nalgas, y como yo la vi, también la vio media discoteca. Rápidamente sus guardaespaldas intervinieron. La rodearon en cuestión de segundos y la cubrieron con la chaqueta de uno de ellos. En instantes, el más corpulento de todos la cargó en sus brazos y ella le rodeó el cuello con
Liu : Dice horas antes: La llaman ‘’La Ivanova”, es la supermodelo más cotizada de toda Europa. Es esbelta, y atlética, de cabellera castaña y ojos soñadores. Su boca pintada de rojo y siempre entreabierta es una invitación a besarla, y sus labios gruesos son una tentación a morderla. Ella carece de todo lo decente y lo pudoroso, sus fotografías son prácticamente pornográficas. Se abre de pierna para la cámara y ofrece su cuello, en lo que un delicado velo rojo esconde el sitio entre sus piernas, pero sus pechos los protege con un brazo en lo que eleva el otro, arqueando la espalda en una clara imitación del éxtasis que alcanzaría al venirse. Hace cinco años, le dije que no quería volver a verla, y me he tragado mis palabras, porque está donde quiera que miro. En las portadas de revistas, en la televisión, en las enormes pantallas de las calles, y no importa el país, no importa el idioma. El mundo entero sabe quién es ella. Y la idolatra. Los hombres jadean por tenerla, y las muj
Valery:—¡Eso es, diva! ¡Ahora pon esa cara de puta en celo que vale millones, sí esa!- Pierre el fotógrafo está en racha, dispara su cámara una y otra vez, dirigiéndola hacia mí.—Juro por Dios, que si no fuera marica, por ti me haría bisexual, Ivanova.- me elogia, sabe lo mucho que me gusta que me acaricien el ego.—Ahora, la otra cara, esa cara de chiquilla inocente y enamorada…¡hmm, perfecta!Se mueve, de aquí para allá, cambiando de ángulo hasta lograr la imagen que quiere.—Pon una mano sobre tu pecho derecho, e inclínate hacia adelante…un poco más, eso. Que vengan a beber.Sonrío, y pienso en Liu.¿Cómo se sentirá su boca cerrada sobre mi pezón?¿Como sería sentirle moviéndose dentro de mí?—Demonios, rusa. Se te han endurecido los pezones y puedo verlos a través de la tela del vestido. ¡Esto es pornográfico, pero valdrá un pastal! Pierre saca un par de instantáneas más, y sonríe.—¡Ya está!Mi asistente corre a traerme una toalla y a ofrecerme un pomo de agua de mineral.—Así
Valiant:Su coño es pequeño.Demasiado pequeño.Diría que es el coño más pequeño que he tocado con mis dedos.Ella se mueve incómoda debajo de mí y yo intento razonar lo que está sucediendo.—¿Quién eres?- la interrogo, y ella libera una risita.—Eso no importa, solo méteme la verga de una vez.La coca y el vodka burbujeaba en mi cerebro, causando que todo lo que veo esté distorsionado, y mis sentidos están descontrolados.Me muevo hacia abajo, notando el diminuto piercing en el ombligo y lo pruebo con mi lengua. Sabe frío y raro.Beso el abdomen de la rubia, moviendo mi boca abajo, lamiendo su pubis y escuchando como respira entrecortadamente cuando mordisqueo justo sobre su monte de Venus.Olfateo su sitio, y me agrada notar que no huele extraño, con lentitud pego mi boca a sus pliegues y chupo los jugos que libera su pequeña vagina.Ella gimotea, abriendo más las piernas, y yo aprieto sus tetas en mi mano, acariciando sus pezones, en lo me trago sus flujos y lamo el clítoris rosado
Liu:He estado horas dándole verga a esta zorra y mientras más sexo le doy más quiere ella.Es cierto que es una puta incansable. No bien termina de venirse ya ruega por más.Se ha prendido a mamarme y se ha tragado mi leche como si fuera jugo de naranja.La ramera es insaciable.La he amarrado, y esposado y se ha venido como cinco veces pero está como si fuera una leona en celo, se ha puesto incontrolable.—¿Qué sucede, Yakuza?- se burla.-¿ ya te he dejado seco?Lo cierto es que me tiene al borde de un colapso, estoy sudoroso y cansado, el corazón me aprieta el pecho, pero decirlo es reconocer mi propia derrota.Se relame con gusto, mirándome jadeantes, con esa cara de puta, y yo fantaseo con abofetearla.—Hazlo.- me reta, respirando entrecortadamente debajo de mí.- si lo que quieres es cachetearme, hazlo.No lo pienso dos veces, soltándole una bofetada que le gira la cara, desparramándole el cabello. Se queda quieta un minuto y creo que comenzará a llorar, pero en vez de eso se ríe,
Valiant:Mi madre camina de aquí para allá, está furiosa.Sin embargo mi padre se mantiene callado y sentado en su puesto.El primo Oleksander está del otro de la mesa, su mujer se sienta a su lado y Anika también. Trago en seco.A Mika no le permitieron venir, porque amenazó con partirme la cara a golpes. Nada nuevo.—Cuenten lo que sucedió.- ordena el tío Eván.Generalmente, el tío se mantiene prácticamente el año entero en la Ciudadela. Estos últimos años, le ha ido dejando más y más responsabilidades a Mika, porque él será su sucesor. Sin embargo, para esta bochornosa situación, ha venido en persona.—Yo…- libero aire por la boca.-…fui con unos amigos al Trece. Me puse perdido de borracho, y…sucedió esto.Mi madre se detiene, mirándome, furibunda.—No lo creo.—Sofia...- la reprende mi padre.—¡No me lo creo! No fue así como eduqué a mi hijo. Él no le haría algo así a su propia prima.Todos en la mesa contemplan a mi madre con diferentes expresiones en su rostro, que van desde la
Valery:Checo mi celular por quinta vez en el último minuto.Nada.Ni una llamada, ni un mensaje…nada.Han pasado quince días y ni un susurro de su parte.Creí que después de haber pasado la noche juntos y de despedirnos como lo hice, a estas alturas, ya me habría enviado un ruego, una amenaza, o lo que fuera…pero no.Nada.Me muerdo el labio.Creo que lo jodí.Jodí mi posibilidad de una aventura con él.Con manos temblorosas suelto el celular y escondo el rostro entre mis dedos.Creí que si lo golpeaba en su ego, le haría estar más interesado, pero me salió el tiro por la culata.Respiro por la boca, recogiéndome el cabello y comenzando a vestirme.Llegué a Japón anoche y no he tenido tiempo ni a respirar entre cócteles y entrevistas. Me quedaré una semana aquí, y tengo la agenda repleta, pero este es su país.Esta es su ciudad y su territorio.Mi corazón se acelera y mi coño se moja ante la posibilidad de verlo.Si hay un sitio donde puedo reencontrarme con el dragón, es aquí en To