Yamamoto libera su cuello, pero la deja sentada sobre sus rodillas. Mientras acaricia sus cabellos, como si ella fuera su mascota.—La he domesticado. He seguido la tradición de los Ivanov y la he convertido en mi sumisa.- anuncia él, ofreciéndonos la sonrisa más macabra que he visto en mi vida, y la expresión vacía en la mirada de Vali me aterra.No lo permitiré. ¡No permitiré que este cretino le haga daño a mi niña!Del bolsillo de mi chaqueta, saco la navaja y me muevo rápida como un rayo a cortarle el cuello al japonés, pero mi hija ha sido más rápida que yo.Se adelantó a mis movimientos , tomó el arma del Yakuza, la cuál reposaba sobre la mesa, junto a unos periódicos y ahora está apuntándome.—¡Valery, suelta esa arma!- brama Alexis colérico.—No.- responde ella, en un tono quedo y antinatural.- tú y madre, lárguense de aquí.La contemplo perpleja.—Mi vida le pertenece al dragón, y la suya es mía. Solo YO puedo hacerle daño.Alexis se mueve, atrayéndome hacia él , con lentitud
Club Trece, Rusia:Mika:Juego con el encendedor dorado que tengo en mi mano.Apretándolo, para ver la llama brotar y soltándolo, para extinguir el fuego, repetitivamente.Los mayores sospechan que yo ordené la paliza contra Val, pero se equivocan. Yo no necesito pagarle a matones para hacer sangrar a ese imbécil. Sin embargo, sí mentí.Dije que no tenía ni idea de quien ordenó la golpiza, pero sí sé quién está detrás de todo.Mi hermana.Me sirvo un vodka y me lo trago de un solo golpe.Mi pequeña, delicada y hermosa hermana es la persona más manipuladora y retorcida que conozco.Engaña a todos con su cara de inocente, pero detrás de esa fachada se esconde un monstruo.Es egoísta, fría, calculadora y peligrosa.A la edad de catorce años dejó ciega con ácido a una compañera de clases porque la otra chica le robó una pulsera. ¿Y lo peor? Es que lo hizo parecer un accidente durante la clase de química.Mis padres pagaron una indemnización generosísima a la chica, pero la muchacha sigue
Eván:Mi hermano me contempla con pena.—Lo sé. Sé que la jodí. Sé que la empujé a las drogas y de ahí a la depresión. Creo que se siente inútil. Como si su vida no tuviera valor, como si no tuviera propósito ni sentido continuar viviendo, pero…quizás, si se pasa unos años persiguiendo a un mocoso por aquí…no sé…—¿Quieres mi consejo, hermanito?Asiento con vehemencia. Mi hermano siempre ha sido mi mejor consejero.—No te conformes con uno, mejor que sean dos. Bien pillos y bien mal portados. Te aseguro que la hará inmensamente feliz intentar enderezarlos. Créeme, no hay nada más emocionante que despertar con los gritos de la cocinera porque han cambiado los caramelos del pozuelo en la cocina por grillos vivos.Sonrío.—Y qué decir de los escándalos de mi mujer cuando los pecchi pintaban las paredes, porque se les había acabado el papel para colorear…ah…aquellos sí fueron buenos tiempos.***Valery:Él duerme completamente desnudo.Los tatuajes de su pecho y abdomen me intrigan.Quier
Valiant:—No le hagas caso, querida.- mi madre acaricia el brazo de Sonée, quien de sienta a su lado.- Desde la muerte de su padre ese hombre se ha convertido en fábrica de ácido.Sonée me mira de soslayo y yo trago en seco.Mischa se pone a contar alguna anécdota graciosa y la tensión en el comedor se disipa con lentitud.Sonée:La cena fue un fiasco.Mis madres estaban tan hermosas, bronceadas y sonrientes. Tan felices, de estar de vuelta en casa, y la reunión de bienvenida se arruinó por mi culpa.—No te pongas así, cariño.- me reprende mi madre rubia.- ya deberías estar acostumbrada a las estupideces de Oleksander.—El hombre es un cretino.- farfulla mi madre japonesa.- no permitas que su estupidez te arruine la noche.—Eso.Intento sonreír, pero no puedo.No importa cuánto razone esta situación, no logro dejar de sentirme culpable.—Ahora, tesoro, cuéntame…¿ Qué se traen Val y tú entre manos?- me interroga mi madre rusa.Comprimo los labios, pero mi cara comienza a arder.—¿Es ta
Liu:El coche se detiene, y mis hombres se apresuran a abrirme la puerta, salgo y liberó un silbido para que me siga.Se baja, en silencio, ocultando el rostro tras su largo cabello y moviéndose con lentitud, detrás de mí, dejando espacio de un metro entre nosotros.—Hemos recibido los último envíos, Señor. Mil libras de polvo de la mejor calidad.Asiento, tomando el table y checando la información.Mis negocios con los búlgaros van bien. Ellos son gente que a pesar de pertenecer al círculo, no le deben obediencia a nadie, su único amo es el dinero, el mío es tan verde como el de cualquiera.—¿Chica nueva, Señor? – me increpa Mako. El hombre es mi Migite ( mano derecha) pero es un baboso de mi madre. Estoy convencido de que trabaja para mí, y yo le pago, pero sus ojos y oídos se los presta a Mariko.Ahora, no sé si espía para mi madre de gratis, o si ella le paga con “ atenciones”.No soy tonto.De niño, Madre se la pasaba hablando pestes de los lobos blancos por haber asesinado a pa
Liu:Me levanto y me voy derecho al baño.Me doy un duchazo y me visto.Me gustan los trajes hechos a la medida, porque resaltan mi musculatura y a pesar de que no soy un hombre excesivamente alto, me hacen ver imponente.Me peino frente al espejo, componiéndome la corbata para que no quede torcida y abrochándose los botones de oro en las mangas. La miro de soslayo, y se nota que es una holgazana, acostumbrada a dormir hasta tarde y a hacer lo que se le venga en ganas, porque nunca se despierta antes que yo.Me le acerco con sigilo, acechándola y me pregunto…si debería enviársela de regreso a su padre pedazo a pedazo…en cajas, y por separado. Primero un dedo que sepan reconocer, ¿El anular en el que tiene el anillo, tal vez? Luego la muñeca de esa misma mano, luego el brazo, y así sucesivamente…Oh, me agrada la idea.De imaginar la cara que pondrá el lobo al ir abriendo caja tras caja, mi animal interno se revuelve de júbilo, sí. Sería una gloriosa culminación a mis planes, y tal ve
Valery:En silencio, me compongo el vestido y me quedo quieta.Justo dónde me ha dejado.Pasan los minutos, y mi corazón se quiebra, porque temo que me ha abandonado aquí, pero entonces oigo su silbido, y mi corazón vibra en mi pecho, lo busco, siguiendo el rumbo que él tomó.Está esperándome a lo lejos, de pie, junto al coche. Mientras camino hacia él, siento como de mi interior comienza a brotar su semen, y el líquido caliente y viscosos comienza a rodar por mis muslos y mis piernas, lentamente.Goteando.***Me ha traído a un sitio que parece una casa de apuestas ilegal.Es de lo más pintoresco, con paredes tapizadas en pinturas de paisajes antiguos, y por aquí y por allí, caminan mujeres vestidas de geishas, las cuales le sirven bebidas y comidas a los apostadores.Le ha puesto una correa a mi collar , y tira de él conduciéndome a atravesar una puerta.Estamos en un salón de té vacío.Hay varias mesas redondas, muy bajas casi pegadas al suelo, y un increíble buró dorado justo fren
Valery:Su guardaespaldas me trajo de regreso y la Señora malhumorada me preparó un baño, me sirvió la cena y me dejó encerrada en la habitación.Me contemplo al espejo. Acariciando el desastre sobre mi cabeza con los dedos.No voy a llorar por la perdida de mi cabello, es algo que podré recuperar rápidamente, sin embargo son las dos de la mañana, y Liu no regresa.Temo pensar en donde pueda estar…y más con quién.Mi alma se agita de dolor al considerar que pueda estar pasando la noche en brazos de otra, pero voy a llorar.Tenía en claro los riesgos que enfrentaría al hacer esto y quiero creer que todo saldrá bien, en lo que cierro los ojos e intento dormir.Sofía:Mi corazón se paralizó cuando vi el coche de mi hijo envuelto en llamas.Corrí, bajando de las gradas enceguecida de pánico, llegué a su lado en el momento en que los paramédicos lo levantaban del suelo y lo trasladaban hacia la ambulancia.—Hijo.- chillé loca de dolor.- ¡hijo!Su espalda estaba ensangrentada y su piel cham