Liu:Se vistió sin mediar palabras, y me siguió hasta el coche.Akira nos condujo hasta un puesto de comida y ella devoró unas alas de pollo en lo que yo pinchaba unos tallarines sin tener real hambre.De ahí nos fuimos a pie, por el callejón, hasta llegar al objetivo.La detuve en la puerta y le puse un puñal en una mano y un revólver en la otra.—Llegamos hasta aquí, Akuma. Tenía planeado prolongar nuestra tiempo juntos un poco más, pero he cambiado de idea. Entra ahí, y consígueme el dinero de la trastienda o muere en el intento.Ella apretó las armas en sus manos, elevó su mentón y me miró, decidida.—Sí, Amo.Me volteé, yéndome al coche y cerrando la puerta de un portazo.Es imposible que ella salga viva de ahí.Es una niña rica, una hija de papi con gustos retorcidos en cuanto al sexo y una mentalidad depravada, pero eso es todo.Es imposible que salga viva de ahí.Sé que estoy comportándome como un niño mimado al que le quitan su juguete favorito, y hace una perreta. Además, es
Valery:La trastienda es una habitación completamente vacía, excepto porque en una esquina hay una enorme pila de fajos y fajos de dinero. Y cerca de la pila hay un montón de cajas que por sus letras en ruso me dicen que son armamento.Armamento, fabricado por mi familia.Pero no tengo mucho tiempo para ponerme a averiguar más, porque mi amorcito me está acostando sobre la enorme pila de dinero con intenciones más que claras.—¿Va a venirse en mi culo como lo prometió, Amo?- susurro, contoneándome coqueta.Él no responde, solo se limita a separarme las piernas y darme esa verga japonesa que tanto me complace.Liu:¡¿Qué demonios está sucediendo aquí?!¿Desde cuándo Valery es una asesina con nivel de francotiradora y experiencia en el combate cuerpo a cuerpo?¿ Desde cuándo una supermodelo es también una máquina letal?Mi mente es un caos de preguntas e intrigas que por más vueltas que le doy no les encuentro respuesta.Estoy profundamente impresionado.Creí que entraría a este lugar
Liu:Se abre ante mí una encrucijada.Mariko demanda que me case con la china, y lo haré.Pero no quiero deshacerme de mi rusa.Arrugo el entrecejo.¿O mi italiana?Realmente no lo sé.La Akuma es una criatura extraña.Pero por el color de su cabello y sus ojos, nadie sospecharía que es rusa.—Dime algo, Akuma. ¿ Hablas fluido el italiano?—Sí, Amo.Hmm.—Y el ruso y el inglés, obviamente. ¿ Alguno más?Ella asiente con lentitud.—El mandarín y el …- baja la cabeza y su rostro enrojecer de vergüenza.- el japonés, Señor.Ahhh, ya veo.Tiro de su collar y la atraigo para que siente sobre mis piernas.—Estás llena de sorpresas, Akuma.- susurro contra su mentón.- te he contado uno de mis secretos, espero que uno de estos días, me cuentes tú uno de los tuyos.—Sí, Amo.Valery:Nos han traído a un sitio que parece una mansión antigua.El jardín tiene árboles de cerezos en flor, y fuentes y pagodas.Liu se mueve delante de mí y yo lo sigo, por los pasillos, silencio.Llegamos ante una puerta
Sofía: —¿Por que se tardan tanto, Alexis?- increpo temblorosa.- ya han pasado cuatro horas, ya es tiempo de que tuviéramos noticias. Alexis aprieta mi mano y se levanta de su silla. —Iré a averiguar. Sostengo el termo de café entre mis manos, intentando que el calor del líquido se duele por entre mis dedos, para ver si así combato está frialdad espantosa que se ha apoderado de mí. Ni las torturas en el foso, ni la paliza que me dieron Oleksander y su padre, ni siquiera mi última entrevista amarga con Vitorio dolió tanto. Morte está destrozada, tanto como yo. Asoma su cabeza con los ojos llenos de lágrimas, y me entrega la sonrisa más macabra y demencial que le he visto en años. “ Averiguaremos quien hizo esto y nos encargaremos de que tenga la muerte más lenta y dolorosa posible.” Sisea, y yo me limito a asentir, porque estamos enteramente de acuerdo. Eván: —He venido a confesarlo todo, tío.- susurra Sonée con voz temblorosa.- sospecho que Mischa es el culpable. —¡¿Te has v
Sonée:Sus gritos se escuchan por toda la mansión, a diario.Una vez al día vienen a curarlo y una vez al día deseo morirme.No lo soporto.No soporto saber que por mi culpa sufre de esta manera tan inhumana.Lo trajeron del San Pietro hace dos días, intenté ir a verlo para pedirle perdón, pero su madre me tomó del codo y me zarandeó en el pasillo.—Escúchame, niñita, mantente alejada de mi hijo o te mato. Ya bastante tiene con el dolor que está soportando como para tener que lidiar con tu drama también.Sofía me soltó y yo tragué en seco, porque todos sabemos que cuando la italiana te amenaza es porque ya estás en su lista.Y estar en su lista es una sentencia de muerte.***Hoy me fui temprano para no escuchar sus gritos y no desear salir corriendo, pasándole por encima a su madre y a meterme en su habitación a consolarlo.Me siento tan culpable.En la dulcería mis empleadas comentan que me ven con aspecto de enferma, y no lo dudo. No hay peor padecimiento que un corazón roto.Valian
Mika:—¿Esa chica, la tal Zaneth vio algo?- le pregunto.Uno de los escoltas le trae a Sonée una bolsa con hielo y ella se lo pone sobre el ojo inflamado.—Es ciega, ¿que no viste el bastón?—Pero pudo haber atestiguado alguna cosa.Sonée gruñe.—No. Solo escuchó el ruido de los cristales quebrándose, se estaba bañado y esperó para venir a ayudar. Es la vecina de al lado.Asiento.No importa lo que diga Sonée, esa chica es un cabo suelto y a mí no me gusta dejar cabos sueltos.Sin embargo no tengo tiempo para encargarme de ella ahora, prometo tengo que ponerle frenos a la desquiciada de mi hermana. Fui a casa de mis padres, pero no está allí, no está en el apartamento de Val y tampoco en la mansión.No tengo ni idea de dónde pueda estar y eso me preocupa.No tanto por su seguridad, sino por los destrozos que pueda causar a su paso.Me visto, me peino y me voy al Trece.Esta noche la gente tiene que verme.Se ha comenzado a correr el rumor de que estamos bajo un ataque, de que la fam
Mika:—¿Es familia tuya? La loca... ¿es familia tuya? ¿Es por eso que quieres protegerla?—Eso es algo que no te incumbe.—Lo cierto es que sí. Vas a matarme, ¿no es verdad? Vas a matarme porque sé que esa loca amenazó a la dueña de la dulcería.—Tienes razón. Sí voy a matarte.- susurro en mi voz más amenazadora.Sin embargo, mi admiración por su temple crece varios centímetros, porque a pesar de mis amenazas, se mantiene seria. No llora, no suplica…pareciera como si hubiese aceptado su destino hace tiempo.—Bien. Solo tengo dos peticiones que hacer. Si no es mucho pedir, Señor gánster…¿podría asesinarme de una forma rápida y poco dolorosa?La contemplo con incredulidad.¿Es en serio?—Usted no está en condiciones de demandar nada.- mascullo.—Lo sé, pero todo en mi vida ha salido mal. Todo se ha ido al carajo desde que perdí la visión a los catorce, al manos, me gustaría poder elegir la forma en que voy a morir.Bufo exasperado, amartillando el arma.—¿ Y cuál sería tu otra demanda?
Zaneth: No sé qué sucede... Me han sacado de el sitio en el que estaba y me han conducido a otro lugar. A mí alrededor hay chicas riendo y comentando entre ellas en lo que me quedo de pie. —Es bonita, pero demasiado delgada. —Oh, mira lo largo que tiene el cabello. ¡Le llega casi a las nalgas y es precioso! Una se me acerca, metiéndose en mi espacio personal y me olfatea. —¡Huele rico! Cómo a caramelo. —Pfff, pero no tiene material para ser una mujer de la mafiya. No es más que una pobre ciega. —Ay, Fedora, no logras ocultar tus celos. No soportas que nuestro heredero a Don no tenga suficiente contigo.- se burla una, en lo que siento manos sobre mí cabello. Lo acarician y tiran de el, como olfateándolo. ¿ Que demonios está sucediendo aquí? Ellas han…han dicho algo… ¿Dijeron la palabra mafya? —No soy como tú, Bela. Eres la más antigua de nosotras y no fuiste capaz de mantener a nuestros hombre completamente satisfecho. Por eso busco a las gemelas y luego a mí. —¡Ya basta!-