La conversación con su tía Constanza se volvía cada vez más tensa. Ruby sentía cómo la presión aumentaba con cada palabra.— Este matrimonio ni siquiera es real. No voy a pedirle dinero a Sung-Hoon como si fuera mi deber. —declaró Ruby con firmeza.Su tía soltó una risa amarga. —¿Y crees que pensé siquiera una vez que es real? ¿quién te dijo que los cuentos de hadas existen? Una chica pobre como tú no puede tener tanta suerte. Ahora que estás casada con ese hombre, deberías aprovechar la situación y pedirle dinero.—¿Todavía crees que lo haré? Ni aunque me lo sigas pidiendo, tía. —Escucha bien, jovencita. Yo fui quien te sacó adelante después de la muerte de tus padres. Me he encargado de tu hermana y he tenido que lidiar con sus problemas. No puedo creer que así me estás pagando. ¿De verdad sigue siendo un problema el dinero cuando tu esposo es millonario?Ruby sintió que su paciencia llegaba al límite. —¿Por qué no me has cuestionado realmente el motivo de mi matrimonio con Sung-
—En realidad, sí tengo familia. Mis padres fallecieron y quedé viviendo bajo el mismo techo que mi tía. Tengo una hermana llamada Andrea, pero la relación con ella es complicada, me refiero a la relación con mi tía. Preferiría que no se supiera de su existencia.—¿Quieres decir que tu esposo no sabe que tienes una hermana y una tía?—No, cuando comencé a trabajar en la mansión Dankworth, me presenté como huérfana. Tampoco mencioné que tenía parientes. Nadie sabe de la existencia de mi hermana y mi tía, y preferiría que así continuara.—Entiendo lo que quieres. No te preocupes, no se lo comentaré a nadie. Puedes confiar en mí; soy como una tumba. Nada de lo que me digas será revelado jamás. Ahora necesito retirarme y continuar con mis labores domésticas antes de que el tiempo pase volando y me dé cuenta de que no he hecho casi nada.—Oh, está bien. Gracias por escucharme.Marie le sonrió antes de salir de la habitación y dejarla sola una vez más.Ruby se recostó en la cama, mirando al
Días PosterioresRuby continuó trabajando en la mansión y gradualmente se fue acostumbrando a su rutina. Sin embargo, cada vez que veía a Sung-Hoon, sus emociones se intensificaban. Sentía que su corazón iba a salirse del pecho, pero se esforzaba por disimularlo y mantener la formalidad con él. Los días transcurrían y, a pesar de su esfuerzo por ser profesional, la atracción hacia el joven se hacía más difícil de ignorar.Un día, mientras organizaba algunas cosas en las habitaciones, le tocó llevar cobijas y otros artículos a la habitación de Sung-Hoon. Se acercó a la puerta y, con un leve temblor en la voz, tocó y pidió permiso para entrar.—¿Puedo entrar, joven Sung-Hoon? —quiso saber. Pero no recibió ninguna respuesta. Un leve mal presentimiento comenzó a formarse en su interior. Insistió de nuevo:—¿Puedo entrar, joven Sung-Hoon?Al no obtener respuesta, consideró informar a alguien más sobre la falta de permiso para entrar a la habitación. Sin embargo, ese día sus compañeras de
Sung-Hoon, después de salir de la compañía, decidió no dirigirse directamente a casa. En lugar de eso, se pasó por el club nocturno. Al llegar, el ambiente era distendido, con música por doquier, personas conversando y otras bailando. Algunos estaban sentados en la barra, pidiendo orden tras orden, disfrutando de la segunda ronda.Poco después, Sung-Hoon vio a su amigo Adriel sentado en la barra. Se acercó y compartieron saludos rápidamente.— ¡No esperaba que vinieras hoy! —exclamó Adriel, sonriendo. — ¿Qué, quieres beber a raudales y desestresarte?—Para ser sincero, no esperaba coincidir contigo hoy, pero tampoco tengo intenciones de emborracharme. Solo unas copas; he tenido demasiado trabajo estas semanas y creo que me merezco al menos eso. ¿Y tú? ¿Qué me cuentas?Adriel asintió con la cabeza y hizo señas al barman para que se acercara. El trabajador tomó la orden del recién llegado, quien se decidió por un cóctel.Entonces, el asiático miró a su mejor amigo y sonrió.—¿No hay nad
Ruby se acomodó en la cama y cerró los ojos con la intención de conciliar rápidamente el sueño, pero no lo logró. Se quedó girando sobre la cama, inquieta, y de pronto escuchó pasos en el exterior. Supo que su esposo había llegado, así que apretó los párpados con fuerza y fingió estar dormida. Escuchó el sonido de la puerta abrirse y los pasos avanzando hasta que se desvanecieron.Solo abrió un poco los ojos, entornando la mirada, y lo vio allí, su silueta en medio de la oscuridad mientras se perdía de pronto en el baño. Ruby exhaló un suspiro sonoro, sabiendo que ahora Sung-Hoon estaba tomando una ducha.Mientras permanecía despierta, no dejaba de pensar en la conversación con su tía, en su exigencia, en su crueldad y frialdad. Odiaba que le exigiera dinero como si no hubiera un mañana. Si bien era cierto que se sentía responsable de ayudar a su hermana menor, era demasiado injusto que su tía se quedara con todo el dinero que no le correspondía y que lo único que hiciera fuera darle
—¿Me puedes decir qué es lo que se está hablando sobre ella y sobre mí? Sé más especifica, por favor Renata tomó un respiro y asintió.—Señor Dankworth, hay muchas personas interesadas en saber cuál es su relación con la señorita que lo acompañó. Aunque usted la presentó como una amiga, muchos tienen una curiosidad insaciable sobre ella. Incluso mencionan que es su pareja.Sung-Hoon bufó.—No voy a considerar importantes ese tipo de comentarios. Los rumores van y vienen, se crean de la nada. Además, no tengo que darle explicaciones sobre mi vida privada a nadie. Tendrán que quedarse con lo que cada uno interprete y nada más.—Señor, usted ha dicho que es un tema personal y sé que no me incumbe. Sin embargo, ¿la señorita que lo acompañó esa noche es realmente solo una amiga? —preguntó Renata, pausadamente, como si dudara en soltar las palabras.—¿Qué pasa si te digo que ella es mi esposa y está embarazada? No quiero exponerla ante la curiosidad de la prensa, ya sabes cómo son. Prefier
Durante el resto del camino, Ruby se sintió afectada por la cercanía que tenía con Sung-Hoon. Su corazón no dejaba de latir con rapidez, y sus emociones estaban a flor de piel, cada vez más intensas. Era como si hubiera una bomba en su pecho a punto de explotar. Se sentía como la chica afortunada de compartir un espacio tan pequeño y cercano con el protagonista de una novela.Incluso el olor de su perfume era tan adictivo que desafiaba sus sentidos. Cuando llegaron a su destino, Ruby se sintió un poco apenada al darse cuenta de que Sung-Hoon iba a ver dónde vivía, ese lugar tan descuidado.—Joven Sung-Hoon, muchas gracias por todo —dijo ella, con una sonrisa nerviosa.—De nada. Ah, espera —respondió él, deteniéndose de repente.Ella se giró y lo miró. Sung-Hoon le tendió un paraguas.—Insisto, tómalo —repitió, con una expresión decidida.Ruby se negó a tomarlo, creyendo que era innecesario, ya que estaba a solo unos metros de casa.—Se lo daré la próxima vez que lo vea, joven Sung-Hoo
Toda la familia de Dankworth estaba reunida en la sala principal, esperando la llegada del abogado. La noticia de la muerte de Richard Dankworth sacudió por completo la vida de todos ellos, ya que fue una muerte inesperada. Aunque Richard había estado un poco enfermo los últimos días, no se pensaba que eso lo llevaría realmente a la muerte; sin embargo, de un momento a otro, falleció. Una semana había pasado desde su deceso y ahora todos estaban allí, a la expectativa de la lectura del testamento, que generaba gran incertidumbre sobre lo que sucedería. Sin embargo, Míriam y Leandro, los hijos biológicos del difunto, estaban completamente seguros de que la herencia había sido dividida entre ellos. Estaban convencidos de que a su padre no se le había ocurrido jamás incluir a Sung-Hoon, su hermano solo por parte materna. Sung-Hoon Dankworth, el hijo ilegítimo, estaba sentado en una esquina, sintiendo la mirada de desprecio de sus hermanos. Para ellos, siempre había sido el intruso. É