2. La mejor decisión

Narra Alexandra:

Mantuve mis ojos cerrados hasta que terminé dormida de verdad. Sentí cuando Caleb se metió en la cama, nuevamente tocó mi frente para ver si tenia fiebre y su toque me hizo sentir peor de lo que ya me sentía, me daba rabia y nostalgia a la vez, me sentía traicionada y ese sentimiento es desgarrador, no se lo daría ni a mi peor enemiga. Viví engañada quien sabe por cuanto tiempo y fui una tonta creyendo que tenía un hermoso hogar lleno de amor, para en el futuro traer hijos al mundo.

Al despertar me doy cuenta de que me quedé dormida, siempre soy la que le prepara el desayuno y lo atiende como un rey. Eso me hace cuestionarme ¿en que fallé?, ¿qué le falto conmigo? ¿Acaso no soy suficiente para él? Me miro al espejo buscando mi problema o lo que hizo que mi esposo llegara a ese extremo de tener una amante.

Antes de ser esposos fuimos novios y en ese tiempo le dije que algo imperdonable para mi es la infidelidad, por su parte dijo que también para él es algo imperdonable y resulta que terminó siendo infiel. De verdad me cuesta entender como las personas pueden mostrarse de una forma durante tanto tiempo y resulta que son unas farsas sobre su actuar.

Ni siquiera pienso en ir a ver a mis padres, ambos quieren más a Caleb que a mí, ya que según ellos vino a salvar el patrimonio de la familia, lógicamente comprándolo, pero al final logró hacerlo crecer.

Me baño, busco mi maleta y el dinero en efectivo que tengo. No tengo interés en pedirle dinero a Caleb, quiero lo menos posible de él. Mientras guardo mi ropa encuentro una caja donde tengo todos los recuerdos de estos años juntos. Me siento en la cama con la caja en mis piernas y veo cada foto y carta que nos enviábamos cuando comenzamos como novios.

Después encuentro el sobre que nos dieron mis padrinos y amigos, la mayoría nos dio dinero para la “luna de miel” algo que Caleb no tomó en cuenta, ya que él se había encargado de cada cosa. Incluso me dijo que hiciera lo que quisiera con el dinero y solo lo guarde, algo que ahora agradezco enormemente. Vuelvo a poner cada cosa en su lugar, la caja en el closet y solo saco un poco de ropa, la menos costosa, porque no soy materialista. Puede que eso no le guste a Caleb, como la empresa cada día crece más, sienta que no estoy a la altura social por la que esta pasando él.

A la mierd@ no pienso cambiar mi forma de ser por él y por nadie. He declarado que no lloraré mas por mi esposo y saldré adelante sola de todo esto. Me iré lejos por un tiempo y cuando encuentre la fuerza para poder enfrentarlo volveré mejorada a pedir el divorcio.

Incluso he pensado buscar una bogado que me aconseje sobre qué es lo justo pedir, no soy idiot@ por más que no quiera nada de Caleb no dejaré que disfrute de todo lo que tiene con su amante, mínimo que me dé algo de compensación por el daño que me causó.

Cuando tengo mi maleta lista, tomo mi celular y lo apago, después lo dejo en el mismo velador y me voy. No quiero que me busquen por ubicación, a final de cuentas el que paga la cuenta del celular es Caleb y no quiero nada de él por ahora.

Camino al despacho de mi esposo y me siento a escribir, lo único que hare es dejarle una carta explicándole que descubrí su mentira y que no me busque más, que cuando esté preparada volveré y que mientras no nos divorciemos no sea tan descarado de pasear con la m*****a pu.ta que tiene como amante. Que respete al menos en eso.

“Esposo” Caleb:

Mi “adorado” esposo, lamento informarte por este medio mi viaje, pero considero que estoy siendo justa de alguna manera. Ayer te fui a sorprender a la empresa y resulta que la sorprendida fui yo. Que irónico, ¿no?

Te escuche hablando con tu “Cielo” me pregunto si además de “tu vida” que soy yo y “tu cielo” que es ella existirán mas mujeres en tu vida. Algo que ahora ya no me importa, la verdad es que tú no me importas.

No te voy a negar que duele y bastante, pero no voy a morir de dolor, por ser una engañada, por el contrario, pienso volver cuando sane mis heridas y hablar sobre nuestro futuro, quien sabe que pase en el tiempo que no este junto a ti.

Lo mínimo que puedes hacer es cuidar mi imagen, no quiero ser conocida como la gorreada, la idiota, la cagad@ por su esposo. Un poco de respeto por eso, si has podido estar con ella a escondidas no te cuesta nada continuar así hasta que solucionemos nuestro matrimonio.

No me llevo el celular por la simple razón de que no deseo ser encontrada ni molestada. A mis padres diles que tomé un crucero que me regalaste o cualquier mentira, total para eso eres experto, porque jamás sospeché que tuvieras otra.

Nadie sabe donde me iré y ni siquiera que viajaría, así que espero que no estes molestando a Lara preguntando por mí.

Espero poder aclarar nuestra situación lo mas pronto posible, pero mientras no me encuentre lo suficientemente preparada mentalmente y fuerte para enfrentarte no te buscaré. En el caso de que dé con un abogado que me guie con esto te lo haré saber a través de él.

Con todo el odio y asco del mundo, tu por ahora esposa, Alexandra.

Tomo un taxi, dejo la llave con la encargada del aseo de la casa y me despido de ella, por suerte no es alguien que estuviera toda mi vida a mi lado o me costaría despedirme. Le pido al chofer que me lleve al aeropuerto, no tengo mi destino planeado, solo sé que tomaré un vuelo con el destino que sea lo mas pronto posible.

Ya instalada en el avión veré que haré para vivir, total mis manos están buenas para trabajar y por suerte tomé algunos cursos, ya que la universidad no pude terminarla por mis padres y su falta de dinero por la empresa.

Si bien entiendo que los cursos no son iguales a una carrera universitaria, pero puedo partir trabajando en un salón de belleza, sé mucho sobre eso, ya que a escondidas de Caleb y mi familia tome cursos de uñas y cabello, así también como colorimetría. Algo que puede ser útil para buscar trabajo a donde encuentre destino.

Llego al aeropuerto y me acerco a una aerolínea x para preguntar por los vuelos, voy tan distraída que no me doy cuenta que tropiezo con una maleta que estaba en el camino y caigo al suelo de boca. Maldigo en voz alta

—Idiot@ que deja la maleta en la pasada, es que seguro no tienen cerebro. Hombre de seguro que es —digo entre dientes molesta mientras me pongo de pie

—Lamento eso, mi hija es un poco despistada y dejo la maleta en el camino —dice un señor mayor avergonzado

Miro detrás de él y veo a la “hija” escuchando música con una sonrisa en los labios por provocar mi caída

—Muy gracioso ¿no? ¿Sabes que es lo gracioso aquí? Que ya debes tener mas de 18 años y tu padre tiene que tratarte como una niña pequeña por tu falta de madurez, vergüenza debería darte comportarte de esa forma y crece ya estas vieja y con tu actitud no encontraras ni amigas ni pareja. Me das lastima. Señor no se preocupe, solo cuídese en el futuro por seguir tratando así a su hija la tendrá viviendo toda la vida con usted y no es bueno eso. Que tenga un buen día —le contesto al señor y a su “hija”

Veo como el caballero sonríe y la niña/adolescente no tiene donde meterse por lo que le dije, toda la gente alrededor esta aguantando la risa, lo que me hace dar cuenta de que quizás, solo quizás, hable demasiado fuerte “sin querer” bueno se lo merecía esa tipa.

Tomo mucho aire y voy a preguntar por algún pasaje disponible para ahora ya, la señorita me mira como si estuviera loca, de seguro no es mucha gente la que viene y pide un pasaje a cualquier lugar, pero que sea partiendo a la de ¡ya!

—Tenemos un viaje que ya esta abordando, tiene como destino Santiago de Chile —me explica la señorita

—Lo compro —digo antes de que termine de hablar, eso la sorprende aún más.

Pago en efectivo y camino a abordar el vuelo, Chile es un país largo y angosto, lugar que tiene varios climas y aunque es difícil de creer siempre quise conocerlo. Soy muy fanática de los libros, así que mi maleta viene repleta por todos mis bebés, mas que ropa. Lógicamente me dejé dos para el vuelo, ya que soy devoradora de libros.

Durante el viaje no le pongo mucha atención al libro, mi cabeza está pensando en qué dirá Caleb cuando vea la carta que le deje. Creo que la única persona que me buscará pronto es Lara, ella siempre ha sido mi mejor amiga, en toda mi vida y me duele irme sin decirle adiós, pero ella cree en el amor perfecto y estoy segura que si Caleb habla con ella y le explica que fue un error ella le dirá donde estoy. La amo, pero es demasiado buena para su propio bien.

El viaje se me hace corto con tanta pensadera, mi pobre cerebro no ha descansado ni un segundo con tanto problema que tengo. Al bajar del avión busco en el aeropuerto donde comprar un teléfono y por mas que hay algunas tiendas me cuesta encontrar. Finalmente me doy por vencida y tomo un taxi en el lugar para irme a algún lugar céntrico, la verdad es que, si me siento un poco asustada, ya que no se ni que decirle al chofer.

—La verdad quiero ir donde pueda comprar un teléfono —le digo al señor

—Escapando de su vida, algo poco común en Chile, la dejaré en Estación Central, ahí encontrará tiendas y podrá comprar un celular —dice sonriendo de forma amable el chofer del taxi

—Veo que mi cara me delata —digo tratando de sonreír

—Solo era una broma, no pensé que le achuntaría —responde riendo

—¿Achuntaría? —pregunto confundida

—Acertaría —me explica levantando los hombros

—Ah, entiendo —contesto un poco sonrojada por no haber entendido la palabra

—Como ve soy un hombre mayor, mi esposa tiene un pequeño hostal por si busca algo económico donde quedarse, es hogareño y humilde, pero todo esta impecable. Aunque no me molesto si dice que prefiere un hotel de la ciudad —dice sonrojado él ahora

—Me encantaría ir donde su esposa, pero si me acompaña a comprar el celular, no conozco nada aquí —digo sonriendo

Finalmente, después de comprar el celular llegamos al hostal, se ve bastante hogareña y me viene perfecto, porque jamás pensaran que estaría alojándome en un lugar así. Entramos y nos recibe una señora muy amorosa, que al verme me abraza de forma maternal

—Bienvenida cariño, soy Carmen, la esposa de este hombre amargado —dice sonriendo

—Gracias por aceptarme, soy Alex —digo nerviosa

—Bien, creo que no debes haber comido nada, anda vamos a la mesa para que te alimentes —dice tomando mi mano con sus dos manos

—No es necesario, solo con darme alojamiento como inquilina basta, no quiero abusar ni molestar —digo avergonzada

—Que linda eres, pero donde comen dos fácilmente pueden comer tres, anda siéntate para comer antes que se enfríe —insiste señalando una silla, por lo que hago caso.

Accedo y como lo que me sirve, la verdad es que ni siquiera sé lo que es, pero es delicioso.

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