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6. Conociendo mejor a Emma y su hermano

Narra Alexandra:

Después de ver alejarse el vehículo entramos al hostal para cenar. Como siempre Carmen tiene todo listo, sonriendo y con bastante apetito me siento y devoro la exquisita comida que hace.

—Carmen, ¿Dónde vive Emma? Me agradó mucho su forma de ser.

—Es que mi niña Emma a quien no le cae bien.

—¿Cae bien? —pregunto porque no entiendo bien a que se refiere

—Ay, aquí es muy común decir “me caes bien” para reemplazar lo que dijiste tú, estoy segura que no tardarán nada en ser amigas. Además, su hermano es un abogado muy bueno y la cuida mucho, pero si te conoce se relajará un poco con su sobreprotección hacia Emma.

—¿Es abogado? —pregunto asimilando que podría ayudarme con mi problema del divorcio y todo eso

—Si, como te dije es muy bueno en su trabajo, no tiene mucho dinero como debería porque siempre ayuda a las personas que no tienen como pagar un abogado y eso lo ha hecho muy conocido. Mi niño, que ya es todo un hombre, solo le falta vivir y dejar un poco su trabajo que lo absorbe al nivel de que entre Emma y su trabajo no tiene mas vida que ellos. Por mas que he querido que conozca alguna chica o que vuelva a ser un chico normal de su edad no lo hace.

—El sábado quedé de salir con Emma ese día el hermano podría aprovechar de salir, yo feliz me quedo con Emma todo el día y hasta si ella quiere puede venir a dormir aquí conmigo. Por lo que vi esa chica necesita una amiga igual que yo y nos llevaremos excelente, ya lo creo.

—Vamos a ver que dice Mateo cuando sepa que su hermanita saldrá todo el día con una chica que apenas ha visto, lo siento mi niña, pero es demasiado exagerado y seguramente te llamará o investigará para saber con quien saldrá Emma. No te extrañes si te llama entre hoy y mañana… —diciendo eso sale de la cocina al escuchar el auto de Hugo que ya viene a descansar.

Me quedo pensando en eso, me investigará, eso me hace pensar sobre que encontrará de mí si no eh vivido aquí ni nadie sabe nada de mi familia y mi pasado. En eso mi celular me saca de mis pensamientos, dice llamada de “Desconocido” no puedo ver el numero que llama, mi corazón se acelera, mi respiración igual y mis piernas se sienten como gelatina, no tengo fuerza ni para ponerme de pie. Por mi mente pasan miles de escenarios posibles, puede ser Caleb, Lara, mi padre, mi padre o cualquier persona.

Carmen entra nuevamente seguida de Hugo, quienes al verme se acercan preguntando algo que yo no escucho, creo que es una crisis de pánico, mi pecho se aprieta y me cuesta respirar, Carmen toma mis manos y me dice algo y hace muecas y gestos para que respire con calma y profundo, le hago caso y minutos después vuelvo a escuchar las voces de ellos que se nota la preocupación en sus rostros al verme tan descompuesta.

—Cariño, tráele un vaso con agua —dice Carmen a Hugo

Me lo entregan y después de beber un poco mi celular vuelve a sonar con una llamada de un numero que nuevamente dice “desconocido”, al ver esto Carmen niega con la cabeza y mirándome dice

—Te dije que Mateo llamaría para saber de ti y proteger a Emma de esa manera, necesita saber que tipo de chica eres antes de dejar que su hermana salga y hable contigo.

Al escuchar sus palabras me calmo y pienso ¿Cómo no se me ocurrió que podría ser él? Al fin de cuentas ellos no tienen como contactarme a este numero de teléfono, que idiota soy, por dios.

Tratando de sonreír contesto la llamada ante la atenta mirada de Carmen y Hugo

—Hola —digo nerviosa, necesito confirmar que sea el tal Mateo.

—¿Alexandra? —pregunta sin siquiera saludar o responder el saludo

—Si con ella, ¿Quién llama? —pregunto poniendo mi voz mas firme y menos nerviosa

—Hablas con el hermano de Emma, necesito que me expliques algo… —comienza a decir demasiado serio y me vuelvo a poner nerviosa, mirando a la pareja que me observa les señalo que iré a hablar en mi habitación, ellos asienten en silencio y me voy rápidamente a mi cuarto —¿Por qué no existe información en Chile de ti?

—¿Me estas investigando? ¿Quién te crees que eres para hacer algo así? —reclamo, molesta por su invasión a mi privacidad

—No entiendo tu enojo, si no tienes nada que ocultar no debería importarte que proteja a mi hermana sobre con quien se relaciona —contesta y suspiro, cansada de este idiota que ni siquiera conozco.

—Escucha, llegué hace poco a Chile, no tengo nada que ocultar, además de un pasado doloroso, si crees que eso afecta a tu hermana estas loco, por eso Emma es así de insegura, por tu culpa, idiota.

Finalizo la llamada sin querer seguir hablando con este idiota, que con su sobreprotección lo único que conseguirá es que Emma sea insegura y sin amigos en su futuro, como yo, algo que no quiero reconocer, pero que así es. Me siento en mi cama y llevo mis manos a mis ojos, al tocarlos me doy cuenta de que lagrimas caen por ellos y ni cuenta me había dado de que estoy llorando.

Esta llamada y su forma tan déspota y fría de hablar me hizo imaginar que estaba hablando con Caleb, que seguramente debe estar furioso conmigo por desaparecer, por el que dirán. Aunque, puede que esté feliz viviendo con su amante, no quiero pensar en eso, pero duele imaginarlo, porque a pesar de todo mi corazón lo extraña, porque sigo enamorada de él, por mas que no quiera. El amor no desaparece de un día para otro.

Mi celular vuelve a sonar y me niego a contestar al ver que dice de nuevo “desconocido” ya sé que es el idiota de Mateo, ya fue suficiente para mí por hoy de su mal humor y su voz de “yo mando, tu obedeces”. Todavía ni lo conozco y ya me “cae pésimo”, sonrío por las palabras que estoy usando, cada día aprendo algo nuevo de este país.

Tomo uno de mis libros y comienzo a leer, es mi forma de dejar mi vida para perderme en la de un protagonista y olvidar mis problemas. No alcanzo a leer nada por un W******p que llegó a mi teléfono, no quiero mirar, pero nuevamente una llamada entra es el “desconocido” suspiro y corto la llamada, veo el mensaje y es de un numero desconocido, pero porque no lo tengo agendado.

“Lamento mi forma de hablar, ¿podemos hablar?”

No hay que ser un genio para comprender quien es, sin embargo, no me apetece contestar y silencio el teléfono para continuar con mi lectura. No se durante cuanto tiempo me pierdo en el libro, miro la hora y me doy cuenta de que ya debería estar dormida, rápidamente voy la baño y vuelvo a la habitación para dormir.

Nuevo día y la alarma me saca de mi sueño, no recuerdo que era, solo que me despierto con una sonrisa, bajo a desayunar y Carmen me saluda con cariño y pregunta como estoy, a lo que le digo que mucho mejor que ayer. Eso la tranquiliza, y a mi igual. Al terminar me voy al trabajo, en le camino me sorprende ver el mismo auto que se llevó a Emma esperando en la salida del hostal, finjo no verlo y continúo mi camino a la peluquería.

“Alexandra” escucho detrás de mí, no quiero voltear porque la voz es de un hombre y definitivamente no conozco a ningún hombre en este país. La voz es ronca y seria, se nota que está molesto. Una mano me toma del brazo y me obliga a detenerme, tomo mucho aire para no cruzarle la cara con mi mano con una bofetada.

—¿Quién eres y porque me tomas así? —pregunto dejando ver mi molestia

—Sabes quien soy, a fin de cuenta no llevas mucho tiempo aquí, necesito hablar contigo ahora y no es pregunta.

Me lleva casi a las rastras del brazo a su auto, cuando llegamos al lado de este lo miro con una ceja alzada, retándolo con mi mirada porque no pienso subir a su auto. Me cruzo de brazos y sin ningún tipo de fuerza o, mejor dicho, esfuerzo de su parte abre la puerta y me toma en brazos para sentarme en el asiento del copiloto. Me pone el cinturón y cierra la puerta, mientras salgo de mi sorpresa se sienta en su asiento y parte sin siquiera mirarme, por el contrario, se revuelve el cabello frustrado, siendo que soy yo la que debe estar furiosa por su desfachatez al hacerme todo esto. No tiene excusa alguna para tomarme y llevarme contra de mi voluntad.

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