Me levanté de mi asiento con brusquedad ganándome un mareo que me hizo sentar de nuevo, de pronto sentí que hacia mucho calor en la oficina. La mirada de los tres hombres se clavaron en mí y quise desaparecer, ¿Por qué están ellos aquí?—¿Qué? ¿Los Hotchner?—Pregunté incrédula y rogando para que Justin dijera que había dscuchado mal y que aquellos nombres solo fueron producto de mi imaginación, pero su rostro serio y sin una pizca de gracia me hizo saber que no escuché mal.—No puede ser. Miré mi vientre aún plano y no supe qué decir o que hacer, mis piernas temblaban por los nervios y me sentí más sofocada. –Princesita ¿estás bien?—Spencer llegó a mi lado en cuestión de segundos, se puso de cuclillas para estar a mi altura y poder mirar mi rostro, sus ojos parecían preocupados y no es para menos, los Hotchner están aquí. —Aylita, estás pálida, no puedes recibirlos en ese estado, Justin trae una botella de agua.—Gabriel también se apresuró a llegar junto a mí y se sentó a mi lado a
Ethan y Ellen no apartaron la vista de mi amiga ni por un segundo al ser interrumpidos, Liah se veía tan disgustada con los Hotchner, al igual que todos y no la culpo, es la única que sabe sobre las humillaciones de Ellen y su hija, porque los los demás solo estaban al tanto de la infidelidad de mi exesposo. —¿Quién dejo entrar a estos desvergonzados?—Preguntó Liah llegando al lado de Spencer, sin soltar la bolsa de regalo con unas palabras que logré leer desde aquí. ¿Niña o Niño? Voy a estrangular a Liah cuando los Hotchner se vayan, está a punto de dejarme al descubierto y al parecer no le importa nada más que expresar su descontento a Ethan y su madre. ¿Y quién es está mujer tan irrespetuosa? No, no me digan, seguro es miga de la Sra. Reid, se nota por la poca clase aunque quiera aparentar lo contrario, no tiene modales.—Ellen no tardó en atacar a mi amiga mirándola de pie a cabeza, sin saber que Liah no se iba a contener y se iba a defender con todo. Sin embargo, me extraño
Tenía en mis manos la prueba de embarazo, no había querido hacerla solo por unas simples náuseas, pero mi madre prácticamente me obligó y no tuve otra opción que obedecerla, el resultado apreció en minutos y mi corazón empezó a latir sin control en mi pecho. No puede ser.Es imposible. Estoy embarazada. No sabía si reír o llorar, si esto hubiese pasado hace seis meses, sin duda estaría dando saltitos de la emoción antes de correr a gritarlo a los cuatro vientos, pero en este momento, mi matrimonio con el gran empresario en la industria de la moda, Ethan Hotchner, estaba pendiendo de un hilo.Después de cumplir los dos años de casados se volvió indiferente, frío, me trataba como si no existiera y son contadas las veces que se digna a tocarme un cabello, así qué, sé perfectamente el día que fue concebido. Aquella noche que llegó de un cóctel, hacía mucho tiempo que no lo veía tan enciendo y cuando terminó, cayó dormido a mi lado en la cama, creí que volvería a ser como antes, pero me
Quince minutos llevaba estacionada a las afueras de Hotchner Collection, cada vez que tomaba valor para entrar de una vez por todas, volvían los pensamientos negativos. ¿Y si no lo quiere? ¿Y si se enoja conmigo? A la mierda todo, no tenía porqué tener miedo, si no lo quiere, le daré amor doble a mi bebé, y si se enoja, que se enoje, ambos somos responsables de este inesperado embarazo, somos una pareja "felizmente" casados, somos adultos maduros y conscientes. Tomé una bocanada de aire y salí de mi auto con la pequeña caja de regalo en mi mano, los nervios estaban a flor de piel, sentía los latidos de mi corazón en mis oídos ¿Cómo que esto puede ser tan complicado? No, la verdadera pregunta es ¿Porqué hago esto tan complicado? Es tan simple llegar a su oficina, saludarlo, entregarle la caja de regalo y esperar su reacción. Espero que sea tan sencillo como eso. Me escabullí entre los trabajadores que iban desesperados y estresados de un lado a otro, la empresa siempre se volví
Lo primero que hice después de calmar mi llanto, fue llamar a mi madre, mis manos temblaban y me sentía tan débil, tan destrozada, que no me sentía en condiciones para manejar, lo único que hice fue estacionarme una cuadra lejos de la empresa Hotchner. —Ayla, querida cuéntame todo, quiero detalles, ¿Cómo lo tomó? ¿Le entregaste la caja como te dije? ¿Cómo salió todo?—Pegué mi frente al volante y solté un suspiro que dolió en mi pecho. No iba a llorar de nuevo, no mientras hablo con mi mamá. Ellos no merecen mis lágrimas. —Me voy a divorciar.—Fue la única respuesta que solté, ignorando todas las preguntas que seguro las hizo con una sonrisa de emoción en su rostro y con mi respuesta se le había esfumado. No se escuchó nada del otro lado de la línea y hubiese pensando que me había colgado la llamada, de no ser porque escuchaba la respiración de mi madre. —Dios, ¿Tan mal estuvo?—Me preguntó mi madre, aunque parecía que era una pregunta para ella misma, pues apenas y le escuché.—Tr
Su mirada dura e indiferente que me dirigió no le duró ni diez segundos, sus ojos me recorrieron completa de pie a cabeza y sus facciones se relajaron cuando nuestros ojos se volvieron a cruzar, soltó un suspiro al parecer cansado y se acercó a mí, no fui capaz de mover ni un músculo, pues no veis intención de recibirme con bombos y platillos, más bien parecía que me iba a reprender, sinceramente, deseaba que lo hiciera, lo merezco por haber abandonado a las únicas personas que me aman y me amarán incondicionalmente, por sobre todas las cosas. Inhale su fragancia cuando estuvo frente a mí, aquel perfume lo recordaba muy bien, gracias a mí usaba esa fragancia, después de botarle su antiguo perfume que lo único que hacía era provocarme náuseas. Su boca se abrió, listo para soltar mi regalo, pero se cerró al mismo tiempo que sus brazos me envolvieron en un abrazo que me devolvió la vida. —Te extrañé mucho, mi pequeña Aylita.—Me dejé llevar por la calidez de su abrazo, lo reconfortante
Dejar de pensar en aquello que me atormentaba, era casi imposible, más ahora con la imagen en mi celular, que por masoquista decidí mira por segunda vez, mientras me decidía por eliminarla o dejarla en mi galería. No hace falta ser adivino o pedir explicaciones para saber que acababan de estar juntos de una manera muy íntima en la cama que alguna vez compartí con el señor. Por más qué me dé ánimos a mí misma, sucumbia ante la decepción y el dolor de ser traicionada por la persona menos esperada. No podía seguir de este modo cada día de mi vida, no podía permitirle a la Sra. Chloe y al Sr. Hotchner que hagan lo que quieran con mi corazón, con mis sentimientos y con mi dignidad. Si ellos decidieron joder todo conmigo para juntarse, bien adelante, que hagan lo que se les cruce por la cabeza, yo me mantendré lo más alejada posible. Una vez que Ethan haya firmado el divorcio, no volverán a saber nada de mí. Decidida y con la frente en alto, eliminé las lágrimas en mis mejillas antes de
Narra Ethan Me resultaba difícil de creer que Ayla estuviera hablando en serio sobre nuestra separación, no tenía a dónde ir ni a dónde acudir, jamás conocí a su familia y tampoco quiso hablarme de ella. Al llegar a casa encontré a mi hermana terminando de probarse la nueva colección, me pregunto si estuvo aquí toda la tarde hasta horas de la noche. —¡Ethan! Déjame decirte que la nueva colección está espectacular, estoy ansiosa porque sea el lanzamiento lo más pronto posible. —Emily hablaba con evidente emoción, tal y como hacía después de probarse todas las prendas de las nuevas colecciones. —¿Ayla está en la habitación?—Ignorando a mi efusiva hermana, pregunté aflojando el nudo de la corbata. Desde que entré por la puerta no he escuchado ni un solo ruido de Ayla, aunque se que está en casa porque su auto está aparcado afuera. —Ella no está.—Respondió mi hermana tajante volviendo con su equipo de vestuario. La miré confundido y en desconcierto total, ¿Cómo no iba a estar en c