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Capítulo 5. No hay que darse por vencido.

Brooke Turner

Después de todo el caos de ayer, hoy por fin voy a la empresa a tomar el lugar que me pertenece.

Llego al edificio y veo que todo es un desastre, no sé qué carajos pasa pero nadie está en su lugar y si esto, es una especie de sublevación, voy a tener que demostrarles que hablo en serio, que vengo a dirigir esta empresa y si tengo que empezar a cortar cabezas para demostrar mi punto, voy a hacerlo.

Voy hasta mi oficina y veo a varias personas allí, incluso, hay uno que está revisando mi computador y cuando llego Ned clava la mirada en mí, odio que esté aquí, odio que no esté mínimo tras las rejas pero me toca aguantarlo, me mira fijamente y me señala.

—Aquí estás, ahora sí vas a darnos varias explicaciones —ruge molesto mientras que yo frunzo el ceño confundida.

—¿De qué estás hablando? No entiendo.

—Sí claro, hazte la inocente ahora, ¿Para esto querías la empresa? ¿Está es tu venganza? ¿Tirar por la borda lo que por tres años me ha costado construir? ¿¡Eso quieres!? —habla alterado mientras los dos hombres se me quedan mirando.

—No entiendo de qué carajos hablas Ned, sé claro de una m*****a vez —exijo.

—¿Qué sea claro? —comienza a reírse— por supuesto, seré claro, pues resulta que se filtraron todos los diseños de la colección que saldria a la luz el mes que viene, ¿Sabes todo el dinero que se ha invertido en eso? ¿Tienes idea de eso?

Me quedo completamente anonadada por la noticia.

—¿Y cómo pasó?¿Cómo pudo filtrarse algo tan delicado?

Él resopló molesto.

—¿En serio tienes el descaro de preguntarme algo como eso? ¿De verdad?

—Por supuesto, cómo presidenta de la empresa exijo una respuesta —demando furiosa.

—Pues dímelo tú, porque el e-mail que se envió a toda nuestra competencia, e incluso, se hizo viral en varias páginas web yarroja una dirección IP y es la de esta computadora, computadora que está en tu oficina y que cómo presidenta tiene acceso a todas las áreas de la empresa —me reclama— ahora respóndeme lo que te pregunté, ¿Planeaste esto desde el principio?

—¿De verdad me estás acusando? ¿Te volviste loco?

—Aquí la única loca eres tú —me apunta en la frente con su dedo.

Voy a responderle pero llega uno de los miembros del concejo, uno de los que ayer se opuso a que tomara mi cargo.

—¿Podrían dejar de discutir e ir a la sala de juntas? Esto es un maldito caos.

Ambos nos vemos a la cara antes de avanzar y en efecto, al entrar al lugar, todo es un alboroto.

—Señores, por favor, no puedo oírlos a todos a la vez, ¿Podrían calmarse? —pido en voz alta.

—Señora Turner, no podemos calmarnos cuando es nuestro dinero el que está en riesgo —habla uno y los demás lo secundan.

—Yo me retiro, no me conviene seguir apoyando a una empresa que invierte gran parte de su capital en una campaña prometedora y la deja filtrar cómo si nada, no pienso apoyarlos más —el señor se levanta de su asiento y se marcha.

Poco a poco, cada uno de los presentes da las razones por las cuales no quiere seguir invirtiendo en el negocio y se retira mientras yo siento con la partida de cada uno de ellos, cómo si una soga se me fuera apretando en el cuello, estrangulandome con la la partida de todos.

En la sala solo quedamos Ned, mis miedos y yo, no sé cómo carajos voy a hacer para sacar esto adelante, no tengo el dinero suficiente para invertir y rearmar una campaña diferente, por los diseños no me preocupo, porque puedo solucionarlo yo misma, pero el dinero…

—Un día, un maldito día como presidenta de la empresa y mira lo que has hecho —comienza a recriminarme —después dices que no eres una buena para nada, por algo digo que no sirves para una m****a.

—¡Cállate ya! Ni siquiera sé qué haces aquí cuando deberías estar tras las rejas por haberme golpeado —le reclamo.

—Las ventajas del dinero, cosa que tú no tienes —se regodea —te propongo un trato, digo, para que no termines de mendiga en la calle, pidiendo por comida —se burla de mí.

—Eres un maldito…

—Un maldito que necesitas —me interrumpe tomándome del brazo y me aprieta —véndeme mis acciones de vuelta, déjame la casa, el niño y así tendré la consideración de no denunciarte y mandarte presa por vender información de la empresa para perjudicarnos a todos.

—¡Eso es mentira!

—Las pruebas te acusan, sabes que no vas a poder sola, hazme caso, y puede que incluso, te contrate cómo niñera para nuestro hijo, aunque estoy seguro que no servirías ni para eso, piénsalo, porque solo tendrás está oportunidad.

Se marcha dejándome sola con mis pensamientos, la verdad es que no sé que demonios hacer.

Me voy de nuevo a la oficina bajo la mirada de todos los que me creen culpable, me siento sin saber que demonios hacer cuando una idea viene a mi mente.

Si lo que necesito es dinero, esa puede ser una buena oportunidad, hace un tiempo supe de una comercializadora importante, sé que estaba en busca de diseñadores de renombre y aunque sé que soy una desconocida en este mundo no voy a darme por vencida fácilmente, no les daré el gusto a mis enemigos de verme derrotada.

Me siento en el escritorio y comienzo a revisar mis diseños, buscando cuáles escoger para hacer una presentación a los jefes de esa empresa. Las horas avanzan y hago los retoques necesarios, redacto unos acuerdos que convengan a ambas partes para que no crean que pueden engañarme por ser una novata y cuando al fin creo que tengo todo listo, me doy cuenta de que hace un buen rato que amaneció.

Paso las manos por mi rostro cansado cuando abren la puerta. Veo que mi secretaria se sobresalta al verme aquí.

—Dígame que no pasó toda la noche aquí señora Turner, porque siempre soy la primera en llegar.

—Pues si, alguien tiene que hacer algo por este lugar —presiono el botón para que se impriman los documentos mientras ella me ofrece un café que acepto.

Cuando llega con mi bebida, le pido envíe los documentos a cierta dirección, sin decir nada más porque para ser sincera, aquí desconfío de todos.

Me voy a casa a darme un rápido baño, me pongo en contacto con mi pequeño que sigue ajeno a mucho de lo que ha pasado porque aún está en casa de mis padres, y vuelvo al trabajo.

Las horas avanzan y no recibo respuesta alguna, eso me tiene preocupada. No quería acudir a la persona que conozco que trabaja en esa empresa, pero no puedo darme el lujo de tardarme demasiado cuando tengo a los lobos sobre mí esperando que no sepa qué hacer ante esta situación.

Antes de que llegue su hora de salida la llamo, preguntándole si pudo entregar los documentos y su respuesta no fue nada agradable.

—Lo siento, no le interesa, ni siquiera los vió porque para él si no tienes fama, no existes —me dice al otro lado de la línea —esta vez no podré ayudarte.

Le agradezco su ayuda, aunque no fue mucha, pero estuvo dispuesta a hacerlo.

Recibo un mensaje de Ned, disfrutando de la posición en la que estoy ahora, metiendo el dedo en la llaga.

"¿Ya te rendiste?"

En otros tiempos hubiese pensado que él estaba preocupado por mí, pero ahora tengo un concepto muy diferente, él se está burlando y disfruta verme así, él quiere verme en el suelo, pero no le daré el gusto.

«Necesito hacer algo, necesito que al menos me den la oportunidad de ver mi trabajo».

Vuelvo a arreglar todo y lo tengo listo para salir mañana temprano, porque esto no se queda así, es una grosería de su parte rechazar algo sin siquiera mirarlo, no tiene idea de cuánto esfuerzo invertí, y si cree que a mí puede hacerme lo que le ha hecho a muchas personas, está completamente equivocado.

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