Brooke Turner.Escucho ruidos a mi alrededor pero no abro los ojos. Siento que la cabeza me va a estallar e imagino que es producto del estrés y cansancio que he tenido estos días.Escucho como mueven unas cosas mientras me digo a mi misma que quiero dormir cinco minutos más y me doy media vuelta para acomodarme mejor y seguir en los brazos de Morfeo. «¿Ruidos?» mi cerebro se detiene a pensar. «¿De dónde carajos vienen esos ruidos si yo estoy viviendo sola?».Abro los ojos de golpe y debo cerrarlos otra vez cuando noto la luz que me molesta, esta vez lo hago poco a poco, mientras me incorporo en una habitación que no es la mía.«¿Dónde carajos estoy y cómo llegué aquí?» es la pregunta que ronda en mi cabeza mientras intento calmarme.—Buenos días señora —me saluda una mucama— que bueno que despertó, el señor la espera para desayunar.«¿El señor? ¡Joder! ¿En qué mierda te metiste Brooke?».Cierro los ojos intentando recordar cómo carajos llegué aquí y los recuerdos de lo que pasó la
Alessandro Ferrara.La noche anterior fue una completa mierda.No solo por el hecho de que estoy acostumbrado a mi comodidad y haya tenido que dormir, por decirlo de algún modo, en una habitación de huéspedes. Bueno, si es que se le puede llamar dormir a estar acostado mirando al techo, sabiendo que la mujer que fué el amor de tu vida está durmiendo a escasos metros de ti. Después que se fué el médico que insistí en que la revisara y le diera algún tipo de calmante, me quedé con ella por unos minutos.Verla dormir en la cama que dormirnos una vez, porque sí, con ella vine a esta casa solo una vez pero recuerdo que a pesar de todo el trabajo que tenía pendiente, fue una noche magnífica.Pero ya tuve esta pelea interna y no vale la pena seguir así. No más, lo conveniente es mantener todo enterrado, porque lo que una vez sentí por ella está muerto, por eso está bajo tierra. Intento leer un poco, pero mi mente no tiene tranquilidad y me pongo en pie, en búsqueda de la habitación simila
Brooke Turner.Él se va, dejándome sola aquí en la mesa y no entiendo por qué.Alessandro Ferrara parece un hombre de clase y educado pero cuando está conmigo es el patán más grande que he conocido, claro, después de mi ex marido.Me atraganto con la tostada y me tomo de golpe el jugo de naranja que tengo en frente.Me levanto, recojo mis cosas en busca de la salida que no sé dónde carajos está, hasta que la mujer que estaba en la habitación donde desperté, me hace señas y sigo el pasillo que da a una amplia puerta principal.Fuera me espera el hombre que me trajo hasta aquí y le doy una mirada de arriba abajo, me detengo cuando paso a su lado. —¿En serio no podía decirme que trabajaba para este hombre y evitar tanto drama? —le pregunto un poco molesta. El tipo se encoge de hombros pero no dice nada más y me abre la puerta de la camioneta para que suba. Adentro se encuentra Alessandro, con unos lentes de sol oscuros, cómo si los necesitara aquí dentro, revisando su móvil. Me subo
Alessandro Ferrara.Y el Oscar a mejor actriz de Drama es para Brooke Turner.Eso es lo que quiero decirle, no puedo creer que después que fuí vulnerable por un momento, ella se mantenga tan inexpresiva e inerte ante la situación.Me jode haber caído en su juego, haber recordado ese doloroso momento. Fui un idiota al creer que me serviría de algo el intentar ser algo más vulnerable, pensé que al fin obtendría una respuesta de su parte, pero no.Creí que esas viejas heridas habían sanado completamente, pero hablarle de lo que un día sentí por ella y que ella no demostrara siquiera lástima, que tampoco es que quiero, pero me hubiese gustado ver, o arrepentimiento alguno aunque sea, pero no, se ha mostrado como una desgraciada sin sentimientos.Verla de tal forma me hace odiar cada maldito momento que vivimos, cada te amo, cada beso y cada caricia. Me doy cuenta que no es real.—Señor… —Leo interrumpe mis pensamientos— Yo no quería decir nada y si usted quiere me despide —frunzo el ceñ
Brooke Turner.¡Sí, sí, sí! Estoy que no quepo dentro de mi de la emoción que tengo en este momento.No puedo creer que al fin las cosas me están saliendo bien, que todo está tomando el rumbo que deseo.He de admitir que no ha sido nada sencillo, para nada, pero creo que a partir de este momento las cosas irán mejor. Se acabaron las lágrimas, las frustraciones y las humillaciones. He conseguido el negocio más grande para la compañía desde su fundación. No ha Sido Ernesto y otro socio, fui yo, la que no sabe nada y buena para nada según la boca de muchos. La mejor sensación y la mejor forma de callar bocas es esta, trabajando por lo que me apasiona y por el futuro de mi hijo. Salgo del edificio del señor Ferrara, agradecida, no con él, sino por la oportunidad que su equipo me ha brindado a pesar de no saber demasiado, han confiado en mi trabajo y pienso sacarlo adelante con éxito.Tomo el primer taxi que consigo y aunque sé que debería irme directamente hacia la compañía, creo que h
Alessandro Ferrara.Leo presiona el acelerador y rebasa los autos que tenemos enfrente mientras hace una llamada al resto del equipo que se encuentra no muy lejos de nosotros.No pienso dejar que la alcancen, ni por asomo, necesito saber quién carajos es y por qué la siguen.Me jode que a alguien se le pase por la mente querer lastimarla, porque a ella nadie puede tocarle un solo cabello, porque sus lágrimas están reservadas para mí.—Se dieron cuenta que los estamos siguiendo —me informa Leo. Me doy cuenta porque ha dejado de perseguir su taxi y ha comenzado a acelerar aún más, por unas calles menos transitadas. —Si dejas que se te escape, las vas a pagar caro —hablo con rudeza.Siento como la velocidad se incrementa, no solo para alcanzar al otro conductor sino para interceptarlo y trancar su paso.Leo abre la compuerta que hay entre los asientos y saca el armamento pesado antes de abrir la puerta, apuntando directamente a la camioneta.Espero un momento, pero nadie sale, aunque n
Brooke Turner.Llego a casa de mi madre y prácticamente me lanzo del taxi cuando los veo allí, jugando fuera en el jardín delantero. Lo llamo por su nombre e instintivamente él gira su rostro regordete hacia mí. Sus pequeñas piernas se mueven rápido para llegar hasta donde está su mami, para su edad, mi pequeño es muy inteligente, cosa que me ha demostrado muchas veces. Su pecho choca con el mío cuando nos fundimos en un abrazo que llena de calor mi corazón. Lo aprieto, sintiéndome tranquila ahora que lo tengo entre mis brazos.Lo he extrañado tanto, que no me había dado cuenta del vacío que sentía en el pecho hasta que estuve a su lado. —Mami no te vayas más, no me dejes solo —me súplica en ese tono de voz que me puede. Sus palabras hacen que me quiebre y el llanto que contuve, se hace presente.Lo más difícil de mi nueva vida, cómo madre soltera, es esto. Saber que debo salir día a día a trabajar por nuestro futuro y dejarlo solo tanto tiempo lejos de mí, me duele, no quiero qu
Alessandro Ferrara.Estoy tirado en el suelo, después de recibir el golpe que debía ser para el hijo de la mujer que me engañó y que cree que soy tan idiota para seguir cayendo en sus engaños. Leo llega hasta donde estoy e intenta ayudarme, pero yo reviso al niño, que me mira asustado y ver esa expresión en su rostro, despierta en mí el instinto sobreprotector.Se ve tan frágil y asustado que me preocupa.Intento moverme y no puedo, la pierna me duele porque allí recibí el impacto mientras lo protegía con mi cuerpo. Las personas nos rodean y el pequeño se aleja mientras mi guardaespaldas y jefe de seguridad me ayuda a levantarme, dándome cuenta de que no puedo apoyar la pierna.«¡Joder! Lo que me faltaba» pienso con rabia.Ahora debo perder el tiempo yendo al hospital y teniendo la maldita pierna mala por no se cuánto tiempo solo por culpa de su negligencia como madre y su descuido. Veo al tipo que venía manejando el auto y la rabia que siento se incrementa. Este maldito venía revi