Brooke Turner.Han pasado tres días desde que me dijeron que Alessandro Ferrara se fue de viaje y yo no he sabido nada de él, sé que no debería importarme en lo absoluto, pero cómo no preocuparme por el hombre que arriesgó su vida por la de mi hijo. Últimamente ha estado demasiado en mi cabeza y es que me puse a pensar en que no entiendo cómo este hombre llegó tan de repente a mi vida y ahora por distintos motivos me siento atada a él.Estos días no han sido sencillos, me he llevado a mi pequeño Anggelo a la oficina y no ha parado de preguntar por su padre, ya que aún no comprende toda la situación.He intentado llamar a Ernesto para que se acerque a ver a su hijo, porque me rompe el corazón que el niño llame a su padre y él ni siquiera sé digne a aparecer, ya que en toda esta situación, él es el más inocente.—Mami, ¿Papi ya viene? —me pregunta con la mirada esperanzada. Ernesto siempre ha estado pendiente de sus cosas, me cuesta mi maternidad y tuvo la voluntad de querer pelear la
Alessandro Ferrara Antonella Marcucci está vestida como si fuese Brooke Turner, con la ropa que compré hace años para ella porque la hacían feliz y que se supone que había quemado completamente, pero aparentemente algo se ha salvado y no entiendo cómo. El vestido que Brooke usó en nuestro compromiso yace frente a mí en el cuerpo de su mejor amiga. Esto si que es caer bajo, incluso para mi padre. Trago grueso, tratando de disimular todas las emociones que siento en este momento porque juro que lo único que quiero es sacar mi arma y vaciarla en ella. Está parada frente a mí y no sé si sentir rabia, asco o lástima por la mujer que estará a mi lado por el resto de mis días. Y es que aún no puedo creer que mi padre la haya escogido a ella. Se supone que estaba en Norteamérica, se supone que estaba con el idiota de Ernesto, que su trabajo era vigilarlo después de haberse largado con Brooke, pero a ella le dio por desaparecer también, traicionandome al ponerse del lado de ellos. Ahora,
Brooke Turner.Paranoica. Así es como estoy desde que recibí esas fotografías. Por más que trato de mantener la calma, de dejarlo de lado, sigo viendo todo eso frente a mí y sintiendo el mismo terror recorrer mis venas. Y aunque sospecho que detrás de ellas está Ernesto, es inevitable sentirme intranquila.Es de inteligentes reconocer los riesgos y este es uno que no puedo obviar, porque puede perjudicarnos a mí y a mi hijo. Y quizás si solo fuera yo, pero de pensar que algo pueda sucederle a mi pequeño, se me hielan los huesos. El fin de semana llega y decido salir al parque con mi pequeño. Lo hago porque necesito algo de paz, de tranquilidad y tiempo de calidad con él, pero tengo que admitir que a cada tanto estoy volteando y viendo por encima de mi hombro, atenta a todo lo que me rodea y buscando alguna situación, por mínima que sea, que pueda entenderse como sospechosa. Porque la sensación de estar siendo observada sigue latente, no se me quita por más que trato de separar mis m
Capítulo 25Poder. Alessandro Ferrara.La música alta retumba en todo el lugar, las luces estroboscópicas amenizan el ambiente del lugar. Eso, aunado a las jaulas donde se encuentran mujeres bailando junto a otras que están colgadas del techo con telas mientras se muestran desnudas. Humo, alcoh.ol, dr.ogas y se.xo es lo que abunda en este lugar, pero desde mi posición veo la plataforma donde se encuentra la persona a la que vine a buscar.Camino mientras algunas personas me ven con cara de asombro, no es común que alguien como yo esté en este tipo de lugares y mucho menos que venga justo a la boca del lobo sin ningún tipo de apoyo.La familia Carusso hasta hace poco era fiel a la nuestra y se tomaba las decisiones que se dictaban con respeto, pero desde que mi padre cambió algunas cosas, ellos simplemente se sublevaron, no acatan órdenes y se han oído rumores de que desean el poder absoluto y que han estado reclutando gente de forma silenciosa, más que nada los traidores de la Camor
Brooke TurnerDespués del encuentro a la salida del supermercado, no me fío de absolutamente nadie. Díganme exagerada o histérica, pero no puedo dejar de pensar en lo extraño y aterrador de ese momento. El resto del día se fue con mis pensamientos y preocupaciones dando vueltas en mi cabeza, y aunque ahora estoy tranquila en casa, arreglando a Anggelo para dormir, la idea de poner seguridad en la casa no sale de mi mente. Y con cada segundo que pasa, me dejo llevar por estos miedos que muy dentro de mí siento que no son infundados.Acomodo mi cama para que mi pequeño duerma conmigo, cuando está entre mis brazos me siento más segura. Él es mi mayor fortaleza, el motivo por el que levanto la barbilla y enfrento todo, aunque esté casi rota por dentro. Anggelo es lo más bonito que tengo en la vida, aun cuando han pasado cosas que me impiden estar al cien por ciento para él y ser como las demás madres. Es un niño maravilloso y me consta que está claro de lo inmenso que es mi amor por él.
Brooke Turner.Estoy aterrada, mis manos tiemblan y el corazón se me quiere salir por la boca a causa de los nervios, jamás había vivido una situación como esta. Pero tengo que controlarme, no puedo dejar que el temor y la angustia me dominen, no estoy sola y debo proteger a mi hijo a toda costa. El sudor frío perla mi piel, muerdo mis labios hasta casi sangrar y cierro mis manos en puños mientras valoro qué hacer, porque lo único que sé es que no pienso quedarme sin hacer nada en lo absoluto, si alguien viene a joderme, le será difícil hacer algo. Miro a Anggelo y el miedo se incrementa, porque en su seguridad es en lo único que pienso.Él duerme profundamente, ajeno a todo, y lo agradezco, porque de lo contrario sería muy difícil. Al menos así puedo manejar mejor la situación, o al menos intentar hacerlo. Pienso en lo que debo hacer y aunque mi mente trabaja a toda velocidad, los nervios y la angustia no me ayudan, comienzo a caminar de un lado a otro mientras mi mirada viaja de
Alessandro Ferrara Salgo del club en busca de mi gente, ya no tengo nada que hacer aquí si Damiano se largó y sinceramente lo menos que quiero es llamar la atención y más cuando he escuchado sus palabras que se repiten una y otra vez en mi cabeza.El enemigo... ¿A quién se referirá? porque si vamos al caso, me faltan dedos en las manos para contar quienes son mis enemigos, a causa de mi posición.Me subo al auto y Leo me espera, puedo notar que tiene la mandíbula tensa, está con todo el armamento que hay en el auto fuera, listo para atacar.—¿Se dió cuenta de lo que hizo? —me pregunta— puso en riesgo su vida.—¿Acaso no es algo que pase todos los días? —le resto importancia a sus palabras.—Usted sabe a lo que me refiero señor.Está molesto, entre nosotros hay cierto nivel de confianza aunque a mí me ha costado recuperarla, después de todo lo que pasó, pero Leo me demuestra día tras día su lealtad.No le digo más nada, sé lo que quiere decir pero él está aquí para seguir órdenes, sé
Alessandro FerraraLlego a casa de mi familia ya entrada bien la noche. Cómo siempre, está repleta de guardias armados en todas partes, esto es algo común aquí. Quiero llegar directamente a mi habitación y poder dormir para olvidar tanta mier.da que ha ocurrido hoy pero apenas llego le encuentro una desagradable escena frente a mis ojos. —¿Acaso no tienes decencia o es que a mí padre no le importa que andes como una pu.ta semi desnuda por la casa cuando eres su mujer? —le reclamo a la esposa de mi padre y a la mujer que metió aquí aún cuando el dolor de la perdida de mi madre estaba latente.Ella me mira de arriba abajo y sonríe.—Ya dejé cansado a tu padre, ese viejo se está muriendo pero aún me pide que me suba sobre él y haga mi trabajo.Sus palabras me producen asco y vergüenza, no puedo creer que ella se dirija a mi de esa forma.—Lo que hagas o no con mi padre no es mi problema, a mí me tratas con respeto o se te olvida a quién te diriges.Da dos pasos hacia mí, cerrando la di