Alessandro Ferrara.Amanezco en el sillón de la biblioteca de mi casa, adolorido y agotado por la noche de mier.da que tuve.No pude dormir porque mi jodida mente no me dejó en paz pensando en quién carajos se atrevió a dejar ese mensaje en la casa de Brooke.Cuando me llegaron las fotos, es evidente que era una amenaza directa para ella, esto es algo más personal y me hace pensar que le debe algo más a alguien además de a mi. Hay cosas que no se y eso me perturba. Necesito tener el control de todo lo que respecta a ella, necesito conocer hasta la marca de agua que toma, porque sin que ella se de cuenta me haré del control absoluto de su vida poco a poco.Antes, ella me tenía en sus manos, mi corazón. Pero eso no le importó, se aprovechó de su posición solo para destruirlo.Ahora, quiero que ella dependa de mí, que me necesite al punto de tener que suplicarme.La puerta de la biblioteca se abre y es mi hermana quien entra.—¡Aquí estás! —entra molesta, aparentemente su humor no ha c
Narra Ernesto Corro lo más rápido, que puedo. El aire que entra en mis pulmones arde, quema como si estuviera respirando fuego directamente.Me consiguieron y no tengo ni la pu.ta idea de cómo lo hicieron si se supone que tenía todo bajo control.Alguien me traicionó, alguien me hizo la misma jugarreta que yo hice y por eso todo se fue a la mier.da.No es la primera vez que lo hacen, esto era un plan elaborado, engañar al idiota de Alessandro Ferrara no fue sencillo y menos para la chica de la cual yo estaba enamorado.Brooke Turner.Verla fingir día tras día amar a otro hombre que no era yo, hacía que la herida en mi corazón sangrara, pero Alessandro era nuestra salida y la única solución para vivir nuestro amor.Íbamos a estar lejos, sin necesidad del dinero de su familia o el de la mía, porque lo que le quitaríamos a Alessandro era más que suficiente.Pero todo lo arruinó ese maldi.to accidente, y todo por su terquedad y necedad, simplemente ya nada fue igual.—¿Dónde estás? —es
Brooke Turner.Amanece demasiado pronto y por más que lo intenté, no he podido pegar ojo en toda la noche. No importa que esté lejos de cualquier riesgo en casa de mi madre, después de lo sucedido anoche, no puedo fingir que mis nervios no se multiplicaron y que puedo quedarme tranquila, como si no tuviera importancia lo que aconteció.Porque está lejos de ser así.Intenté descansar, intenté dormir al menos unas pocas horas, porque mi cuerpo lo necesita y todo el estrés que soporté en todo el día, desde que salí del supermercado y mis presentimientos se dispararon, no puede ser bueno para mí. Para mi salud mental, más que física. Esto en definitiva es muy desgastante.La vida sigue, sí, a pesar de los obstáculos que se presentan sin previo aviso y que pueden cambiarlo todo en un segundo, pueden darle a nuestra vida un giro de ciento ochenta grados que nos hace reflexionar muchas cosas. Y yo sé bastante de eso, porque a veces, solo un instante es suficiente para cambiar una vida por co
Brooke Turner.La veo caminar de un lado a otro, sé que si voltea hacia la escalera, podrá verme escuchándolo todo, pero no puedo moverme, si lo hago me descubrirá y es lo que menos quiero ahora. Me quedo sorprendida por lo que acabo de escuchar, no doy crédito a sus palabras y como si fuera poco lo que ya estoy viviendo en este momento, las dudas regresan a mi mente, esta vez por un motivo diferente.¿Mi madre me oculta cosas? De ser así, ¿Por qué lo hace? ¿Por qué existen cosas que no quiere que sepa? De solo pensar en esa posibilidad se me corta el aliento y un dolor sordo en el pecho me hace consciente de que la decepción está abriéndose paso, porque al final de cuentas, la realidad es que no puedo confiar plenamente en nadie, ni siquiera en mi misma porque no puedo recordar nada del pasado. Pero intento calmarme, tengo que hacerlo, porque esto tiene que ser solo un malentendido, algo de lo que no estoy entendiendo el contexto, debo estar pensando cosas que no son, sacando concl
Brooke Turner El encuentro con mi madre me deja un mal sabor de boca y por más que trato de organizar mi cabeza, de calmar toda lo que me aturde, es imposible. Estoy demasiado saturada, siento que de un momento a otro voy a ceder a todo lo que me agobia y voy a terminar colapsando, es que ahora me la paso sobrepensando en toda la información nueva que tengo y me la vivo en plena incertidumbre, y cuando eso pasa el dolor se vuelve intenso y me jode toda la existencia.Voy paso por paso, así tengo que hacerlo porque sino siento que en definitiva no voy a poder con todo. Respiro profundo, tratando de calmarme, tratando de compartimentar todo lo que hay en mi cabeza. Solo así, haciendo de un minuto a la vez de un problema a la vez, es que veo una salida y logro estabilizarme.Lo primero, es que debo despertar a Anggelo, prepararlo para dejarlo en la escuela y luego, poder irme a trabajar. Sé que despertarlo no será una tarea fácil, puesto que ningún día lo es, pero necesito armarme
Brooke Turner Puedo sentir la incomodidad y la molestia fluyendo a su alrededor como si de un aura negra visible se tratara. Furioso se queda corto para describir su estado y sé que debo mantener la calma. Por mi parte, mantengo el gesto tranquilo, al menos lo más que puedo y trato de colocar en mi rostro una sonrisa amable a pesar de que presiento que esto, no está bien, nada bien.—¿Bien? —replica con un tono de voz nada agradable mientras me mira de arriba abajo con una expresión que no logro descifrar—. ¿Usted cree que si ve me saliendo de esta puerta es porque todo está bien? ¿Acaso todo está mal con el personal que labora aquí?Su expresión es de irritación total, su postura es de ataque y casi que me imagino el humo saliendo de su nariz, de la furia que es evidente que se carga. Su tono de voz es tan desubicado y egocéntrico que por un momento me desencaja un poco, porque me habla como cierto hombre que conozco y que cree tener poder sobre todo y sobre todos. Alguien del qu
Alessandro FerraraMi paciencia está al límite y el estrés en el que he estado sometido los últimos días no ayuda demasiado para que eso sea diferente. Definitivamente tengo que controlarme o terminaré cometiendo una locura. Pero es que soy un hombre práctico y cuando algo no sale como me gustaría, mi humor empeora hasta niveles insospechados.«Y estoy por alcanzarlos».Hace solo unas mal.ditas horas que llegué de Italia y únicamente ese tiempo ha sido suficiente para hacerme comprender que ya no soporto para nada a la irritante de Antonella. Ni siquiera es que me vuelva loco con sus estupideces, es que la mujer no se calla ni aunque le pusiera un jodido bozal.«Esa podría ser una medida temporal, además de desesperada». Me urge detener su constante verborrea, así que me digo a mi mismo que sería una buena opción para ser tomada en cuenta.Aunque ya estoy cansado de ella, con tan solo estar a su lado unas horas, y reconozco que es uno de los principales motivos por el que estoy por al
Alessandro Ferrara.Las palabras de Antonella me sacan de quicio, no puedo creer que realmente se esté tomando atribuciones que no debe y mucho menos que quiera pasar sobre alguna de mis órdenes. En definitiva debo aclararle quien es el amo y señor de todo lo que me rodea. Me acerco un poco más a ella antes de emitir alguna palabra.—Ah, ¿sí? —exclamo, con tono aparentemente sorprendido.No necesito decir nada más para llamar su atención, porque puedo apreciar como su espalda se tensa al escucharme, no esperaba que alguien la escuchara y cuando se voltea, para hacerle frente a quien sea que cree la estaba retando, palidece por un segundo al darse cuenta de que soy yo. Pero logra disimular muy bien su reacción, démosle ese mérito, la perra tiene habilidades y eso debería saberlo muy bien, ya que Ernesto, Brooke y ella pertenecen a la misma clase de escoria. Me mira de arriba abajo mientras cruza de brazos y me enfrenta.—Sí, sabes bien cuáles son las tradiciones —declara, sin perder