Brooke Turner Puedo sentir la incomodidad y la molestia fluyendo a su alrededor como si de un aura negra visible se tratara. Furioso se queda corto para describir su estado y sé que debo mantener la calma. Por mi parte, mantengo el gesto tranquilo, al menos lo más que puedo y trato de colocar en mi rostro una sonrisa amable a pesar de que presiento que esto, no está bien, nada bien.—¿Bien? —replica con un tono de voz nada agradable mientras me mira de arriba abajo con una expresión que no logro descifrar—. ¿Usted cree que si ve me saliendo de esta puerta es porque todo está bien? ¿Acaso todo está mal con el personal que labora aquí?Su expresión es de irritación total, su postura es de ataque y casi que me imagino el humo saliendo de su nariz, de la furia que es evidente que se carga. Su tono de voz es tan desubicado y egocéntrico que por un momento me desencaja un poco, porque me habla como cierto hombre que conozco y que cree tener poder sobre todo y sobre todos. Alguien del qu
Alessandro FerraraMi paciencia está al límite y el estrés en el que he estado sometido los últimos días no ayuda demasiado para que eso sea diferente. Definitivamente tengo que controlarme o terminaré cometiendo una locura. Pero es que soy un hombre práctico y cuando algo no sale como me gustaría, mi humor empeora hasta niveles insospechados.«Y estoy por alcanzarlos».Hace solo unas mal.ditas horas que llegué de Italia y únicamente ese tiempo ha sido suficiente para hacerme comprender que ya no soporto para nada a la irritante de Antonella. Ni siquiera es que me vuelva loco con sus estupideces, es que la mujer no se calla ni aunque le pusiera un jodido bozal.«Esa podría ser una medida temporal, además de desesperada». Me urge detener su constante verborrea, así que me digo a mi mismo que sería una buena opción para ser tomada en cuenta.Aunque ya estoy cansado de ella, con tan solo estar a su lado unas horas, y reconozco que es uno de los principales motivos por el que estoy por al
Alessandro Ferrara.Las palabras de Antonella me sacan de quicio, no puedo creer que realmente se esté tomando atribuciones que no debe y mucho menos que quiera pasar sobre alguna de mis órdenes. En definitiva debo aclararle quien es el amo y señor de todo lo que me rodea. Me acerco un poco más a ella antes de emitir alguna palabra.—Ah, ¿sí? —exclamo, con tono aparentemente sorprendido.No necesito decir nada más para llamar su atención, porque puedo apreciar como su espalda se tensa al escucharme, no esperaba que alguien la escuchara y cuando se voltea, para hacerle frente a quien sea que cree la estaba retando, palidece por un segundo al darse cuenta de que soy yo. Pero logra disimular muy bien su reacción, démosle ese mérito, la perra tiene habilidades y eso debería saberlo muy bien, ya que Ernesto, Brooke y ella pertenecen a la misma clase de escoria. Me mira de arriba abajo mientras cruza de brazos y me enfrenta.—Sí, sabes bien cuáles son las tradiciones —declara, sin perder
Brooke TurnerLa sala de juntas se va llenando poco a poco. Yo espero pacientemente a que todo el personal haga su aparición. Algunos tardan más de la cuenta y es que mi orden fue bien clara: los quiero a todos aquí. Incluso, el personal de seguridad fue notificado de mi petición. Porque mi intención con esta reunión es que la plantilla íntegra escuche lo que tengo que decir.Se vuelve estrictamente necesario y es algo que quizás debí hacer antes. Sobre todo porque muchas cosas han cambiado, y seguirá siendo así, desde que Ernesto no está. No estoy clara de que la mayoría sepa que en la empresa hubo un cambio de dirección, o tal vez sí se sabe, porque es difícil que estos temas no se esparzan como humo, y deciden ignorar porque no es algo que interese.Pero mi intención va más allá de avisar o no de algo que pudo mantener la empresa cuando estaba por irse a pique. Es un llamado de atención que necesito hacer, porque este es mi espacio y no voy a permitir sentirme vigilada y monitoread
Brooke Turner.Cuando todos salen dejándome por un momento sola, me tomo unos minutos para respirar varias veces, quizá algunos piensen que soy una pe.rra por todo lo que les hice saber, pero es necesario establecer ciertos parámetros para todo el mundo y que cada uno cumpla con su trabajo.Después de tomarme un momento para mí, me dirijo a mi oficina con mi asistente siguiéndome los pasos, voy escuchando toda una lista de pendientes por hacer y aclarando algunos puntos de la agenda del día. Sinceramente jamás pensé que esto fuese tan tedioso, pero poco a poco me he ido acostumbrando. La escucho hablar aunque mi atención no está puesta del todo en sus palabras hasta que dice algo por último que me detiene en seco.—El señor Ferrara ha llamado dos veces —informa, casi choca contra mí cuando yo detengo el paso apresurado, pero logra evitar que choquemos—. Pide que usted le devuelva la llamada porque, según sus palabras: "ha encontrado solución a su problema".Me quedo por un momento en
Brooke TurnerSalgo acompañada del hombre que me indicó Alessandro y mientras vamos a donde se supone que se desarrollará el encuentro, vuelvo a sentirme incómoda. Odio el hecho de que una vez más tenga que dejar mi auto para hacer lo que él quiere.«¿Es que esto se convirtió en rutina?».Miro con atención a este hombre que me lleva donde debe, él me recuerda que se llama Leonardo en cuanto tiene la oportunidad.Lo hago porque es increíble cómo puede parecer una persona amable a primera vista, pero yo tengo claro que puede convertirse en todo lo contrario. No se me olvida la circunstancia en la que nos conocimos y el arma cargada que llevaba encima, que me dio un susto de muerte en su momento.Pensando todo mientras el trayecto al aparcamiento me rinde demasiado, me doy cuenta de la ironía que eso representa ahora. Suelto una pequeña risa al profundizar en el hecho de que, hasta hace poco, tenía pánico por un arma, pero justo ayer descubrí que puedo usarla, que realmente sé cómo funci
Alessandro FerraraA pesar de todo, estoy dudando de seguir ahora con mis planes. No es mi forma de proceder, soy demasiado minucioso y me gusta planificarlo todo al pie de la letra. Y precisamente por eso es que dudo, porque no sé si es tiempo de hacer esto; me gustaría tener todo un poco más atado, pero tampoco sé si deba esperar.Estoy en un momento en el que no puedo solo alargar lo inevitable. Mi padre aparentemente tiene las fuerzas de un titán para seguir jodiendo sin cansancio, pero no está bien. No en realidad. Su estado empeora cada día y eso, es lo que me preocupa, porque sé que cuando fallezca ya no tendré más tiempo aquí, debo volver definitivamente porque el consejo no dejará que yo me asiente en Norteamérica, el capo di tutti capi, debe estar en Italia, desde donde se maneja todo. Ha decir verdad es lo único que me agobia, no que él fallezca, puesto que aunque es mi padre, llevo su sangre y es quien ha visto por mí. No ha sido un buen padre. Él simplemente se dedicó a
Brooke TurnerLa pregunta sale de mi boca de forma instantánea, no lo pienso demasiado ni me detengo a preguntarme qué van a decir los demás. Quizás debí contenerme, esperar para ver qué tipo de broma es esta y si en realidad lo es. La mirada de la que hasta hoy pensaba que se llamaba Nataly, una persona que creí que al menos conocía y que ha estado presente en mi vida desde que recuerdo, ahora resulta que no conozco ni siquiera su nombre.Ella me mira sin decir nada y simplemente pasea su mirada de Alessandro hacia mí.¿He vivido engañada durante tanto tiempo? ¿Cuántas mentiras más hay a mi alrededor?Ella no dice nada y aunque intento disimular, noto que la expresión de Alessandro es de confusión absoluta.—¿Nataly? —pregunta él—, creo que está confundiendo a mi esposa con otra persona.Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy llamando demasiado la atención con este espectáculo, quiero decirle que no estoy equivocada, que esta perra desgraciada es de lo peor, pero no sé si