CAPÍTULO 56

—¿Eso fue…?

El estómago de Helena volvió a rugir y Marco se levantó con ella en brazos.

—Voy a tener que contratar un chef para mi mujer embarazada —aseguró con una carcajada—. ¿Tienes hambre?

—Mucha.

—¿Qué quieres comer?

—A ti.

Marco volvió a besarla y la depositó en el suelo con suavidad.

—Entonces empieza a buscar en estas cajas, ¡porque necesitamos cortinas con urgencia!

***

Dos meses después.

—Te voy a morder —Helena lo anunció como si fuera lo más natural del mundo mientras salían de la clínica del… ¿campamento? ¿pueblo? ¿ciudad? A esas alturas ya no sabían ni siquiera en qué se había convertido aquel rinconcito

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