¡Dios mío!
¿Cómo puede ser posible que una cama de hospital me parezca tan cómoda cuando se trata de dormir con él?
¡Es más pequeña que una cama individual!
Pero su sola presencia me provoca tranquilidad, paz. Ese sosiego que necesito en este momento, para poder asimilar lo asquerosamente vil que es mi padre. Es una locura que me sienta mejor con Jonás, a su lado que en mi casa, en mi cama y en mi habitación. Lo mejor de todo es su olor, ese aroma a hombre que desprende, a macho dominante, a sexo deliciosamente repartido por todo ese cuerpo musculoso, definido y cubierto de tinta ¡Maldito seas Jonás con tu perfecto cuerpo, tu sonrisa de concurso y tu mirada de tormenta que me enamoran a cada momento!
¡Aunque todavía quiero golpearte por este susto!
Beso su boca que me produce calo
Al fin pude despegarme de su boca que me hace desvariar, sus besos, su roce ¡Dios, me siento tan bien!¿Cómo puede dominarme de ese modo?Salgo de la clínica dejándole la firme promesa de regresar en la tarde y quedarme nuevamente con él. No comprendo cómo puede llegar a ser tan intensa la conexión que se tiene con la otra persona, es envolvente ¡ni siquiera te das cuenta cuando ya estás en el hoyo! Y acabo de descubrirlo. Jonás Serrano es con diferencia uno de los hombres más atrayentes y sexuales que… bueno no conozco muchos además de mi Henry y Chris, pero de tan cerca solo él y alguno de sus amigos a los cuales no me les acerco mucho. No tengo ni pio de experiencia, por esa razón soy desconfiada y altanera con Jonás a veces, sin embargo quien se lleva el premio al odioso, arrogante y grosero es él.
¡Se fue! Resoplo enojado con ella. Sé que tiene que cumplir, pero es tan responsable que la quiero esposar a la cama. En este momento yo debería ser lo más importante ¿o no? ¡Me estrellé en un auto y ella solo… se va! De seguro se viste con vaqueros y camiseta, entonces el tal Carlton le va a mirar el culo. Gruño. Sacudo la cabeza y quiero levantarme para buscarla y que nadie la mire.¡Sí soy idiota, lo sé!Ni siquiera he decidido decirle quesea mi novia y ya quiero absorberla como si fuese un batido con sorbete, pero es tan diferente esto que me hace sentir… ¡no quiero que se aleje de mí! No había dormido bien en meses y ahora llega ella y se acurruca a mi costado y entonces no solo pude dormir anoche como un bebe, sino que dormí una siesta de casi dos horas el día que me comporté como un cretino con ella. No quie
Llego al refugio a tiempo y me dirijo a la oficina de la Sra. Patrick, ya los chicos se encuentran ordenando los utensilios y ubicando los vasos en una gran mesa en hileras de veinte cada una, luego de marcar la tarjeta de asistencia me dirijo hacia Ana para que me indique el trabajo de hoy. Carlton se encuentra al otro lado vestido con un chándal gris y una camiseta con capucha negra y está guapísimo. Ana por su parte viste un leggins verde con una camiseta y deportivas a juego, yo me decanté por un vaquero corte bajo roto en las rodillas una camisilla con rebeca color rosa palo encima y unas Adidas deportivas. Siento como todo el mundo mira mi aspecto. Todos los demás tienen un aspecto desenfadado y deportivisimo, me siento un poco cursi con mi atuendo, pero no me puedo devolver a cambiarme. Saludo a todos con la mano.—¿Qué hago jefa? – ella despliega una sonrisa preciosa.
La tarde pasó entre risas y cuchicheos de parte de las chicas voluntarias del refugio, ya que mi hermanito se despojó de la chaqueta, la corbata y decidió: subiéndose las mangas hasta los codos… participar de toda la actividad y con toda su galantería e insolencia coquetearle hasta a la Sra. Patrick, a lo que ella respondió encantada. A las cinco treinta nos sentamos en el pequeño salón a disfrutar de unas pizzas cortesía de los hermanos Monserrat y unas coca colas deliciosas y heladas ¡estoy muerta de cansancio! Llegamos al motel a eso de las seis con cuarenta minutos y James me aconsejó echarme una siesta a lo que accedí de inmediato y me lancé a la cama como si mi vida dependiera de ello.“Paso por ti a las ocho y quince”, dice el mensaje que me envió hace un momento. Salto de la cama hacia el baño para ducharme y arreglarme para la cena
Me encuentro sentado en la cama tratando de entender el celular que mandé comprar con Brennan. Es de la más alta gama y no me acostumbro. No me importa llevar uno pequeño siempre y cuando me pueda comunicar. No soy exigente, pero me abochorna no poder colocar la fotografía de Leila en el fondo de pantalla. Gruño y lo intento dos veces más antes de dejarlo por imposible ¡Ja, un informático que no conoce un celular! Mejor me cambio de carrera por la humillación.La puerta se abre, subo la vista y la veo en brazos de mi padre, me quedo inmóvil, al parecer todo mi cuerpo sufre una paraplejia porque no encuentro que se conecte con mi cerebro y eso… me altera. Espero que se encuentre bien porque de otro modo voy a matar a Jimbo y a cualquiera que le haya hecho daño, un frío desconocido me cruza la espina dorsal y me tenso hasta sentir un dolor que se me hace insoportable.
El imbécil me dice adiós con la mano y señala mi entrepierna, estoy empalmado y no puedo evitarlo, Leila se ve perdida y triste por lo que tuvo que vivir hoy con su malnacido padre, creo que voy a hacerle una pequeña visita a ese idiota y maltratarlo un poco para que no golpee lo que es mío; porque ella es mía, solo mía. Me acerco y me observa con sus preciosos ojos que me dominan por completo, soy suyo, aunque ella no lo sepa, me tiene en sus manos y por ahora es bueno mantenerlo oculto. Somos de mundos diferentes al parecer y su padre quiere encargarse de que continúe siendo de ese modo. No deseo obligarla a nada, quiero que ella escoja con quien estar y si decide que no es conmigo… ya he pasado por dolores fuertes, lo superaré.Avanza hacia mí con rostro cansado y suspirando. Coloca la frente en mi torso, no la toco. Por el contrario llevo mis manos hacia atrás y entrelazo los
Me estiro en la cama y un aroma delicioso a hombre penetra en mis fosas nasales, Jonás respira pausado, calmado y estable. Giro para encontrármelo de frente con los labios entreabiertos y con el rostro sereno, mi cuerpo sufre un espasmo involuntario cuando repaso con la vista sus rasgos perfectos y suaves. Su rostro es hermoso y con líneas sutiles, no parece que tenga ese carácter desenfrenado y arrojado, parece un ángel.Beso sus labios porque es imposible resistirme, son perfectos, él es perfecto. Suspiro entrecortado ante su belleza, ante su carácter posesivo, por lo negativo que puede ser y lo cabezón también, nunca había sentido esto por nadie y tengo que admitirlo aunque no en voz alta: estoy locamente enamorada de él. Lo observo más de lo que deseo y eso me obliga a cerrar los ojos. Eso y el martilleo de mi pobre cabeza por haber consumido todas las copas de vino que me hi
—Jonás, necesito ir al baño – aprieta mi cuerpo y una sensación de seguridad me recorre —¡por favor! – ríe y me deja libre sin despegar sus labios de mi hombro.Salto de la cama y corro al baño, encuentro una toalla limpia, un cepillo dental nuevo y jabón líquido de ducha. Sopeso las posibilidades de ducharme y aunque no quiero quitar su olor de mi piel, necesito un baño. Abro el grifo y el agua sale fría al principio y se va templando con los segundos. Saco la ropa y entro al cubículo, luego de realizar mis necesidades primarias. Aquí también todo es elegante y distinguido. Me gusta la decoración y los azulejos de un blanco impoluto, pero caldeado con el marrón de la madera le da un aspecto hogareño, nada que ver con lo deprimente de los hospitales y clínicas ordinarias.—&iexc