¡El juego de soccer amistoso resultó una mierda!
Ver abrazada a Leila con ese sujeto me hizo tambalear el día y mi humor está de perros, fui sancionado dos veces y hasta que me suspendieron en el segundo tiempo. Los chicos están furiosos conmigo y sé que tienen razón, pero el más impresionado soy yo al sentirme de este modo.
Salgo de las ducha con la toalla en la cintura y Oliver resopla cuando me enfrenta.
— ¡Me alegra saber que tu humor es tan voluble, amigo! – Agudizo la vista en una advertencia clara “no te metas conmigo” — ¡Vamos Jonás! Todos nos estamos preguntando que te pasó ahí fuera – hace aspavientos con las manos — tu noche fue genial, te tiraste a tu ex buenorra en los aseos de la universidad y sin embargo… - bufa enojado — ¡Le pateaste el cu
El chico se percata de mi presencia y abre mucho los ojos, la rubia continúa con el morreo y él se nota nervioso, sin embargo no la aparta; tiene las manos en la cintura de la chica, sube a la espalda y luego las baja hasta alcanzar las caderas. Recuesto el hombro derecho a la pared y cruzo la pierna esperando que terminen de hacerse cariños. Lo veo incómodo y le hago un guiño, me observa apartándola sin que se percate de mí.—¿Jonás? – Miro al chico que me habla y le sonrío —¿Qué te trae por aquí? – la rubia se adelanta como si lo estuviese protegiendo ¡Que adorable!—¡Charles, amigo mío! ¿Qué tal estas? – Saludo y nos damos un apretón de manos —¡Hola rubia! – hace una mueca con los labios.Yo no soy el mejor sujet
Mi padre llegó a las cuatro de la tarde a Seattle y salió con mi madre. Aun me encuentro encerrada en mi habitación tratando de idear un buen plan para no buscar que me abofeteen como la última vez. James ya está en casa con su familia y una novia ¡una novia, el muy idiota no me dijo nada!Hago el máximo esfuerzo para no pensar en Jonás y evitar llorar, el volvió con su ex y yo no tengo oportunidad porque ella es perfecta. Es altísima, bellísima y todas las ísimas que yo no soy, además está también Mila y el hecho de que le gustan todas las demás ¡Dios mío el tipo es un mujeriego en toda regla! Y yo he caído en su juego, esta tarde cuando me observaba quedé sin aliento al mirarlo de reojo, sin que él lo notara por supuesto porque me muero de vergüenza al solo pensar que descubra mi obsesión por él. Y
—¿Estás seguro tío? Son de primero – miro a Elvis con cara de pocos amigos y asiento.—¡Si Montreal, estoy seguro! – Digo para que se calle —Charles es buena onda y me agrada, además él es de segundo – se cubre el rostro como si no lo creyera —¡Ay por favor, lo mismo decían con Oliver y está con nosotros! – negó.—¡Es un crío! ¿Cuánto pesa, cincuenta kilos? – achino la mirada y niego.—¿Entonces si no es una bestia como nosotros, no lo admitimos? – Abre la boca, pero lo interrumpo —¡Eso es una actitud discriminatoria! ¿Sabes? – asiente complacido ¡es un idiota!Salgo de la casa Alfa y saco el seguro del auto, veo llegar a Mila con un vestido precioso y unos
Solo tuve que mirarlo para que las dos copas que me tomé hace más de una hora surtieran efecto, perdí el equilibro torpemente y de manera rutinaria terminando en sus brazos bajo la mirada de odio de su acompañante ¿qué coño hace aquí? Puse los ojos en blanco y desplegó esa sonrisa de dientes perfectos que hace un efecto de presión en mi vientre ¡maldito sea él y su sonrisa perfecta!—¿Ya puedes soltarla para que bebamos algo? – su amiga le habla y ni siquiera voltea a verla.—¡Vete a la mierda Mila, no vine contigo! – no despega lo ojos de los míos y yo siento que muero —¿Qué tal estas? – Dice como si no hubiese mandado al diablo a su ligue —¿Estás disfrutando? – mis cuerdas vocales se averiaron, la piel me arde allí donde su mano me t
Los calambres siguen y la quemazón también, no puedo evitar gritar y llorar ¿Por qué no para? Escucho voces y gritos mientras la puerta se abre, aparece Charles con las chicas y por supuesto Jonás con cara de pocos amigos.—¡No sabía que le haría daño! – Grita Dakota —¡Yo misma la consumo! – le planta cara a Jonás.—¡¿No pudiste pensar en que los organismos no son iguales?! – Se le acerca tanto que ella se encoje —¡¿Eres estúpida?! – ella le suelta una bofetada y mis temblores se hacen más fuertes, rechino los dientes para no gritar.Se abalanza sobre ella y Charles se interpone colocando las manos en su pecho.—¡Tranquilo Serrano, es una chica! ¿Recuerdas? – entorna los ojos y asiente.
La cinco de la mañana y no he podido dejar de mirarla dormir, no sé qué coño me pasa con ella, es que no es… igual que las otras, obviamente es virgen y no me agradan, pero me atrae como si fuese un imán. No entiendo una mierday no me lo voy a plantear. Me voy de aquí antes de que esta muñeca despierte y crea que quiero algo más con ella que… nada, porque no quiero nada.—¡Charles! – Llamo su atención y viene hacia donde me encuentro justo en la puerta de la habitación donde yace Leila —¡Debo irme, tengo… algo que hacer! – asiente y me da la mano.—¡Gracias por hacer esto, por ella! – suspiro, este tío es toda una monada.—¡Eh, si lo que sea! – le digo para evitar su expresión de chico bueno —¡
Abandono la cama y entro a la ducha de nuevo, mi cuerpo se resiente por el agua fría por el sudor y el calor que siento. Lavo mi cuerpo y el cabello. De pronto la imagen de Leila invade mi mente y cierro los ojos, recorro mentalmente su cuerpo con ese vaquero desteñido y a la cadera que le hace un culo precioso y que si lo tuviera de frente en este momento azotaría, su rostro es perfecto, sus carnosos labios, esos ojos grandes y expresivos, su nariz pequeña y respingona. Recuerdo el vestido de ayer y me empalmo como un adolescente ¡no puede ser! Aun me duelen los músculos de la batalla con Kimmy ¿fueron que, cuatro horas? ¡Jesús soy un degenerado e insaciable pervertido de mierda! Pero mi mano se mueve sola al ritmo de la música que recuerdo estaba disfrutando esa chica pequeña, pura y virginal que está colándose en mis pensamientos. Aprieto los ojos y mi mano vuela sobre mi pene haciéndo
¡Mala idea haber venido! ¿No entiendo que hago aquí? Los veo entrar y mis dientes rechinan, Frank es un buen tipo, pero yo no y le tiene los dedos puestos en la parte baja de la espalda ¡maldición, quiero cortarle la mano! No me han visto y voy a aprovecharme de eso para vigilarlos, si se le ocurre flirtear con ella me va a oír, pago mi entrada y me escondo de ellos cuando ingresan a la sala, luego entro y me siento en el último lugar en el rincón derecho. Ella le sonríe y él a ella, aparentemente es algo inocente, pero Frank a pesar de que es un poco más tranquilo sexualmente es un hombre igual que yo y ella… me pertenece ¿qué, pero que me pasa? Paso las manos por mi rostro, exasperado y con furia. Me levanto de la silla y salgo de la sala de cine, doy vueltas como un loco por el frente y me dispongo a largarme de allí, no puedo quedarme y husmear en su vida, eso sería acoso y yo no soy así ¡maldita sea Leila Monserrat! ¿Qué estás hacie