Robert hace mala cara ante la sola mención de ir a casa de Jackie en una visita social, el padre de ella ha formulado una denuncia en su contra a razón de que mi amiga tuvo un aborto involuntario, siendo él, el padre de la criatura, creo que lo justo es qu le ofrezca matrimonio o por lo menos que se comprometan.
—¡Muñeca! Rob es un buen tipo – expresa mi novio el que voy a ahorcar si no se pone de mi parte —, pero me parece exagerado que le proponga casarse cuando “ella” fue quien terminó con él ¿no te parece? – lo fulminó con la mirada.
—No me trates como una loca Jonás Serrano - niega ofendido.
—¡Jamás lo haría mi amor! – dice al borde de la carcajada y quiero golpearlo.
—¿Entonces por qué te siento condescendiente? – abre los ojos y yo los entrecierro demostrando mi enojo.
—¡Nena, él es quien decide! No me he comportado condescendiente y no pienso hacerlo, pero
Te evitaré el sufrimiento cuanto pueda, tu eres la niña de mis ojos, la otra mitad de mi corazón... ¡eres mi alma Gemela!En realidad no pensé que fuese tan fácil convencer a Rogers de hablar con él, claro que el plan de llevar a Leila le iba a dar en la madre obviamente porque es un desgraciado violador de chicas. Quiero llevarlo al límite y que se descubra por sí solo, no quiero que quite la denuncia que le formuló a Robert nada más, quiero que se descubra la mierda política y sexual que lleva a cuestas escondida ya que estoy seguro de que exísten más víctimas de este desgraciado de lo que sabemos.Se le van los ojos en el pecho de la Muñeca, pero si se mueve un milímetro de donde se encuentra comiéndosela prácticamente: lo mato. Termino hoy mismo con su maldita vida arrogante, delictiva
Nadie siente todo el amor que puedo profesarte, nadie sabe lo intenso de mis sentimientos y nadie puede definir lo que hago prque eres tú la única que me impulsas y me detienes...—¡Te digo que es imposible Robert! – casi grito con las manos en la cabeza restregándome el cabello con desesperación —. Yo la vi muerta a mi lado ¡cerré sus ojos! – salto de la silla y camino en círculos con el vaso de whisky en la mano derecha.—Tío, estabas drogado, borracho y trasnochado ¿cómo puedes estar seguro de que era ella? – lo miro como si le hubiese salido otra cabeza.—¿Asististe al funeral? – asiente —¿entonces de qué coño estás hablando? – se encoge de hombros —. Nannette está muerta tí
Me siento tan asustada que no se ni siquiera en quien confiar, con esta sala atestada de gente y me siento indefensa. Mi teléfono suena, veo en la pantalla el número de mi padre y titubeo al responder. Temo una mala noticia.—¿Papá? – es todo lo que digo cuando acepto la llamada.—¿Pequeña? – exhala de tal manera que dudo le haya quedado aire en los pulmones —. Estaba aterrado por lo que pasó – no puedo evitar llorar por Owen.—¡Estoy bien papá, no te... preocupes! – sollozo sin poderlo evitar agazapada en el sillón donde me encuentro sentada —¿Qué sabes de Owen? – su silencio me hace doler el pecho.El tener mi período no ayuda a sentirme mejor, por el contrario me siento más triste y
Jamás aceptaré que nadie te hiera deliberadamente...¡Leila se ha vuelto loca!Aunque no la culpo porque esta situación en realidad es un grano en el culo y hasta a mí me enloquece.¡Bueno, a mí más que a nadie!Aunque me encuentro mucho más tranquilo después de asimilar que los muertos no abandonan sus tumbas – aunque por un momento el pánico me lo hizo creer – y los espíritus no disparan ni dan órdenes ¡o eso quiero creer! De igual forma, hay alguien jodiendo detrás de una máscara conocida y la voy a encontrar. Pero no leeré la carta delante de Leila y nada tiene que ver con que quiero intimidad por su alma en pena, es más bien una cuestión de seguridad. La quiero proteger, pero ¡maldita sea, ella y su carácte
Cualquier secreto que haya guardado tu lo sabras en su momento, no te pienso esconder nada... nunca... Nunca pensé que me afectaría tanto, veo a Leila con expresión preocupada y ojos llorosos por el miedo que tiene a mi reacción. Respiro mejor y mis músculos ya so se sienten tan tensos como hace... diez minutos. —¿Mejor? – asiento. Trato de sonreírle, pero lo que me sale es una mueca. Lo sé por su manera de mirarme, se ve nerviosa y contrariada, sus manos acarician mi rostro dulcemente y poco a poco mi sonrisa genuina aparece. Confío en que ella sabe lo que hace y si no lo sabe entonces nos equivocaremos los dos, asumiendo cualquier consecuencia que se nos eche encima. Siento que junto a ella las cargas y los obstáculos no son tan pesados, ni tan difíciles. —¡Si amor mío, estoy mejor! – esta vez enseño mi dentadura y ella se derrite —¿leemos?
Eres mi responsabilidad, solo mía. Estoy en el deber de amarte, respetarte y protegerte. Yeso es lo que haré... JS.Los ojos de Jonás parecen zafiros, brillantes y furiosos al descubrir que Nannette fue brutalmente asesinada aprovechando que él se encontraba bastante drogado – pongo los ojos en blanco – y aunque no me enorgullezco de ello, pienso que esa chica no debió tener esa muerte tan brutal.¡Por el amor de Dios, su propia hermana la mató!Esto es tan desagradable que las ganas de vomitar me urgen y debo levantarme de inmediato para no vaciar el contenido de mi estómago encima de ambos. Corro hacia el baño y escucho el llamado de mi novio para acto seguido tenerlo detrás de mí sosteniendo mis cabellos y acariciando mi espalda para hacerme sentir mejor, no lo logra, sin embargo no se lo hago saber.
Haré lo que sea para pritegerte... incluso matar. JS.— ¡Malcolm, maldito seas, sácame de aquí! – grita como un demente, yo casi estoy desmayada del miedo y Oliver ni siquiera se inmuta.— Cálmate hermano, con eso no ganas nada, no puedes salir de ahí – Jonás le devuelve una mirada de odio.— ¡Qué te den por culo, maldito traidor! – golpea los barrotes con la cabeza y yo empiezo a llorar.— ¡Mi amor... por... por favor! – me ignora.— Ay por favor tío, deja de golpearte – dice Oliver —. Ya Leila esta nerviosa – rueda los ojos — ¿Cuándo va a hacer efecto el sedante? – no cesa de gritar.Cuando despertó de camino a la comisaría, se puso como un loco, entonces el Dr. Serrano le administr
Mi pecho abierto en dos, derrama sangre... Jamás he sentido tal tristeza, tú me das vida, pero me destrozas con tu rechazo...Golpea, patalea y grita que la suelte, siento su dolor. Está aterrada. No la culpo, el que no me quiera cerca, acabo de matar a sangre fría dos personas delante ella y lo menos que quiere es que la toque, pero tiene una herida inmensa en la cabeza que continúa sangrando. Lo último que quería era que me viera como el demente que fui en una época de mi vida, esa maldita época de la que me arrepiento mil veces por haber dañado a alguien inocente, porque aunque no maté a Nannette, ella murió por mi causa. Y ahora la mujer que en verdad amo me desprecia y llora por mi forma de reparar las cosas, pero ¿de qué forma se solventa una situación como esta si no es matando primero? Sé que no lo comp