52.- Leila.

Me quedo mirando el teléfono como si me fuese a morder, de pronto sonó un estruendo y se ha cortado la comunicación. Es extraño. Evan habla muchísimo y que se haya quedado sin palabras o que me haya dejado colgada es sumamente raro. Me encojo de hombros sin dejar de mirar el teléfono. Suspiro. Él es agradable, pero no me inspira ni un mal pensamiento, es dulce, elegante, fino, distinguido. Demasiado perfecto. No creo en las personas perfectas, pero este chico no dice o hace nada fuera de lugar, es pijo, lindo y con unos modales extraordinarios. Nada que ver con el salvaje, seductor y sexualmente irracional de mi... de él, de Jonás. Lo extraño más que nunca, más que antes, más que siempre.

— ¿Te quedarás ahí plantada mirando el teléfono todo el día Leila? – levanto la vista para ver a Alice, Jackie, Deyna y m

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