OwenCamino directo hasta la oficina del detective, según me dijo hace unos minutos en una llamada, tiene información sobre el caso de Sindy. Doy unos toques a la puerta y escucho su gruesa voz dándome el permiso de entrar.—Buen día, señor Marshall —me tiende la mano y la recibo contestando a su saludo—. Lamento sacarlo de su trabajo pero es necesario que esté aquí.—No se preocupe, no tenía mucho que hacer hoy.—Bien, en ese caso tome asiento —él se sienta en su sillón y lo imito—. –Lo he convocado porque ya tenemos el resultado de la autopsia, la señorita trató de quitarse la vida varias veces, los médicos encontraron fármacos en su sistema y también marcas de cortadas en las muñecas. ¿Conoce usted si sufría de algún trastorno?—No, creo que no —niego con el ceño fruncido—. Bueno, ella me... —aclaro mi garganta y me remuevo incómodo en la silla—. Me drogó una vez para tratar de conseguir lo que quería.— ¿Y eso era? —Me mira con curiosidad—.—Separar a mi mujer de mí, pero eso es i
Erick—Happy Birthday to you... —le cantamos cumpleaños a Luke. Rita y yo lo sostenemos al lado del pastel que tiene una vela con el número uno.Estamos todos en casa, celebrando el primer año de mi hijo, una semana después de que Alexia haya despertado. A ella le dieron el alta dos días más tarde ya que estaba en excelentes condiciones, claro está que debe permanecer en reposo y alimentarse bien. Owen se mantiene detrás de ella a cada rato por eso, y justo ahora está al lado de ella evitando que se levante de su silla.Soplamos las velas cuando terminamos de cantar y Luke aplaude emocionado.—Qué lindo, bebé —dice Gina y le tiende un regalo—. Sé que era sin regalos, pero no me pude resistir —sonríe con falsa inocencia y ruedo los ojos—.Rita ayuda al niño a abrir el paquete, dentro hay un Buzz Lightyear que al presionar un botón dice "Al infinito y más allá". Luke se olvida inmediatamente de todo para ponerse a jugar con el muñeco.—Yo quiero de ese pastel —dice Lexi y Rita la consie
Me visto con lo más provocativo que encuentro en mi closet, un vestido azul celeste que resalta con mi piel oscura. Es de tirantes finos que se amarran en mi nuca y tan corto que apenas cubre mi trasero. Los convino con unos tacones blancos y pongo mi rebelde pelo castaño en un moño alto.Observo mi apariencia en el espejo y asiento satisfecha. No quiero ser más la sombra de Lexi, mi mejor amiga desde niñas. Estoy harta de que sea ella la que destaque entre las dos, y esta noche en la fiesta de la hermandad Delta Kappa, pienso brillar y ¿por qué no?, ligar.Es hora de ser yo misma, de amarme y no dejar que la bomba sexy de Alexia Williams me opaque siempre.Tal vez hoy encuentre a mi chico del beso perfecto. Sonrío ante mi pensamiento. Todas las veces antes de salir pienso en esa estupidez, mi madre me ha llenado la cabeza de cuentos de hadas estúpidos y de príncipes azules imaginarios.La puerta de mi habitación se abre de golpe y ruedo los ojos.— ¡Aprende a tocar! —Le grito a quien
Se acabó.Cada día es lo mismo y no aguanto más.Renuncio.Abandono la partida.Lo que sea.Camino furiosa hacia la salida de la discoteca donde tenía la intención de pasar una muy buena noche de chicas junto a Alexia. Pero no, ella tenía que deslumbrar a todos con su hermosa cabellera larga y rubia, sus impresionantes ojos azules y su maravilloso cuerpo. Atrayendo a cada maldito hombre del lugar, dejándome a mí como la amiga a la cual le preguntan si tiene oportunidad con ella.Agg, lo odio. Odio esto.No puedo seguir siendo amiga de ella, me quita el brillo. Me deja en un último lugar.—Maddy —siento sus pasos detrás de mí.—Lo siento, Alexia. Pero me voy —digo rotunda y puedo imaginar la mueca que hace en estos momentos—. Sus labios apretados y ladeados.—Pero… chocolatito, no es mi culpa. No puedes permitir que un grupo de idiotas nos arruinen la noche de solo para chicas —me giro a enfrentarla y tiene un puchero en sus carnosos y llamativos labios. Agg, es que es tan hermosa—.—N
Liam—Si la hubieras visto, colega, tal vez me entendieras—digo dando un sorbo a mi café.—Ya, estás obsesionado con ese coño. Lo entiendo —dice Owen con expresión divertida.—Tal vez —le sigo el juego y él niega con la cabeza—. Pero ella me ha mandado a la mierda. Dice que no repite polvos, pero... ¡Dios!, ¡qué mujer!Paso mis manos por mi rostro. Tratando de borrar el recuerdo de la hermosa rubia que me montaba como si no hubiera un mañana hace unas cuantas noches atrás. He quedado prendado y si solo me diera unos minutos más con ella, juro que se me pasan las ganas. Pero es cruel.—Sí que te ha pegado duro —se burla mi mejor amigo—. Pero estoy seguro de que si la ve o la prueba, estaría igual que yo en estos momentos.—Es que es una jodida ninfa.— ¿Acaso sabes su nombre? —Frunzo el ceño—.—Emm, sí, dijo que se llamaba Zoe —mi rubio amigo y colega deja salir una carcajada que logra confundirme—. ¿Se está burlando otra vez?—Ese, definitivamente, no es su nombre.— ¿Tú cómo sabes? —
MaddyTras dejar salir un suspiro me dispongo a vestirme.Definitivamente, hoy no tengo ganas de martirizarme con las ideas locas que forma mi cabeza. Hoy solo voy a sentarme en una barra y beber hasta perder la conciencia.Ya no quiero pensar en ligar, en chicos, en Alexia y en mí.Está decidido.Elijo una falda recta hasta debajo de mis rodillas color rojo, que se ajusta a mi cuerpo como una segunda piel. Me pongo un crop top negro de mangas tres cuartos y escote en V. Acompaño mi atuendo con unos tacones negros no tan altos y me paso la plancha para dejar lacio mi cabello.Cuando termino de alistarme, recojo mi bolso y pongo mis cosas en él, para seguido tomar mi chaqueta y esperar a que mi mejor amiga llegue por mí.Llego a la sala de estar y allí está mi madre junto a mi padrastro viendo la televisión. Más allá, leyendo un libro, está mi hermana.— ¿Llegarás tarde? —Pregunta mamá y niego con la cabeza—.—Me quedaré en casa de Lex —contesto con una sonrisa y me acerco a ella para
MaddySonrío de lado. Liam Walker, lindo.El barman deja nuestros tragos frente a nosotros y le doy un pequeño sorbo a mi cóctel.Su mirada azulada está fija en la mía y eso es algo que me pone un tanto nerviosa. No estoy acostumbrada a este tipo de atención y que él, este allí devorándome con los ojos, es algo que pone mi piel de gallina.Pero, me obligo a mí misma a dejar la timidez de un lado y hablar con él.—Y dígame, señor Liam Walker. ¿Qué lo trae a mi lado y a brindarme un trago? —Cuestiono algo divertida y él me brinda una sonrisa radiante que me hace apretar los muslos. —Su belleza, por supuesto, señorita —agrega siguiéndome el juego y mis labios de curvan más—. He de decir que me he pasado la noche observándola, es usted una ninfa y me ha embrujado.—Eso sonó algo psicópata —digo con un poco de horror.—Sí, ¿verdad? —deja salir una ronca risa que logra contagiarme—.—Y para que quede claro, las ninfas no embrujan. Deslumbran con su belleza —le corrijo—. —Gracias por el da
LiamVeo a la joven y simpática morena que ha logrado volcar toda mi atención en ella desde que la vi en la discoteca. Y no es para menos, si ella realmente es hermosa.Fui atraído a su persona como la polilla a la luz. Cuando entró al lugar mirando con sus enormes ojos toda la instalación, evaluándola, me llamó verla.Entonces no pude parar de seguirla con la mirada. La vi beber junto a otra chica que no lograba ver bien, luego bailar de forma muy provocativa en la pista y luego marcharse a la barra de nuevo. Fue cuando me decidí ir a ella, aprovechando que Owen me había dejado botado por ir tras una chica.Lo que no me esperaba era que me iba a deleitar escuchándola hablar, que iba a desear que no parara nunca para no privarme de la melodía de su voz.¿Cursi? Tal vez. Pero nadie me puede quitar lo romántico empedernido que puedo llegar a ser.Pero cuando se iba, sentí que se llevaba mis esperanzas para siempre. Yo quería seguir viéndola, frecuentándola, quería escucharla hablar una