- ¿No les incomodara que vengamos? –pregunto un poco nerviosa.
- No, les dará gusto conocerte –dice él en tono tranquilo.
Sigo a Edgar a través de un amplio edificio de departamentos lujosos. Caminamos hasta una puerta marcada con el número trece, Edgar llama a la puerta y una voz femenina le responde.
- ¿Quién es? –pregunta una voz suave.
- Hola Kareelle, soy Edgar –dice él en tono amable.
Se escuchan unos pasos apresurados, la puerta se abre con rapidez. Una chica de mi altura, de complexión normal, de unos hermosos ojos avellana, un cabello negro azabache y una piel nívea nos abre la puerta.
- Que gusto verte –dice ella con una cálida sonrisa.
- Kareelle, ella es mi esposa Lydia, Lydia, ella es Kareelle, la esposa y compañera de Daied –me explica mientras nos presenta.
- Mucho gusto. –Kareelle
Hola, hola, les habla la autora, pueden decirme Kreep. Antes que nada, les agradezco mucho que lean esta historia, Daied es uno de mis personajes favoritos, de todos es el más dulce, esta historia es muy rosa, porque a lo más que llegaron fue a besarse. Si les gusta la historia, les pido por favor que me regalen una reseña, eso me ayudaría a crecer muchísimo. Tengo otras historias, que poco a poco iré subiendo, espero que también les guste y me apoyen leyendo. La otra historia que estoy subiendo, es un poco más divertida, esta es más seria porque trata algunos problemas que viven algunos chicos, siempre habrá alguien capaz de entenderlos, si alguna vez necesitan algo, sin importar si me conocen o no, pueden hablar conmigo, en mi bio pueden encontrar mi i***a. Una vez más, muchas gracias por leer las locas ideas que salen de un sueño. Se despide de ustedes, Kreep.
Daied: Camino hacia la oficina de Morte. No tengo ni idea de porque me mandó llamar. Llamo a la puerta, y Morte me autoriza a entrar. - ¿Deseaba verme? –pregunto haciendo una reverencia. - Sí, pero pasa y siéntate –dice en tono amable. Obedezco y me siento en un sofá hecho de piedra. - ¿Qué ocurre? –pregunto intrigado, que será lo importante que tiene que decirme. - Te mande llamar por la siguiente razón, es la hora –dice y siento que el mundo se viene encima–. Tranquilo Daied, que no te he dicho que me llevaré tu alma al infierno. - Lo sé pero, ¿es en serio? ¿Es mi turno? –pregunto con la esperanza de que sea una equivocación. - Sí Daied, sabes que ella nunca se equivoca –dice enlazando sus manos. Su apariencia es diferente de la de hace cien años. - Pero... –digo con dificultad; mi frase es interrumpida por Morte. - Daied, no todas las personas son como ellos. Ella siempre escoge a los compañeros perfectos. La chica destinada para ti, es perfecta; sólo dale una oportunidad
Kareelle:Comenzaba el sexto semestre de instituto y como era la costumbre, cada año los grupos se reacomodaban.Este semestre también estaría junto a Scarlett y Viola, mis dos mejores amigas de la infancia. Al entrar al aula, algo o más bien alguien, llamo mi atención; un chico caucásico, de cabello castaño claro, alto y flaco, más bien complexión normal y unos hermosos ojos grises; es bastante apuesto; pero no es su físico lo que me llama la atención, sino el hecho de que está sentado al final del salón y... está solo. Todos los chicos parecen conocerse, pero parece que él es un desconocido, cosa extraña, porque al menos uno de los chicos debería conocerlo.Siempre he sido muy curiosa, sin contar que siempre me ha gustado llevarme bien con todos y este año no sería la excepción. Comienzo a c
Kareelle: Después del almuerzo, nos toca clase de deportes con Belle; después biología con Jim, en seguida literatura con Alexander y por último, química con el profesor Reginald. El día transcurre normal; cuando podía, platicaba con Daied. Cuando las clases terminan, me despido de mis amigas y me voy con Daied a la biblioteca. Después de un buen rato de estar explicándome, Daied me pone a realizar los dos primeros ejercicios. Es sorprendente como los respondo sin problemas, él sí que es bueno explicando; aunque claro, en lo que yo resuelvo uno, el resuelve cuatro. Para los ejercicios tres y cuatro, vuelve a explicarme; después de la explicación, comienzo a resolverlos. La forma en que me explica, lo hace ver todo tan fácil. Intento resolver el quinto por mí misma, pero me equivoco en una variante x, así que Daied comienza a explicarme como puedo resolver los ejercicios cinco, seis y siete. Como ya es tarde,
Kareelle:Dos meses se pasaron volando y llego la temporada de exámenes; yo estudie mucho, sobre todo cálculo.La noche previa a los exámenes de cálculo y biología, yo estaba estudiando; cuando Scarlett me llamo y me invito al cine.- Lo siento, pero estoy estudiando –digo colocando el auricular entre mi oído y hombro.- Anda, te servirá distraerte –dice ella convenciéndome, o intentándolo.- En serio no puedo, te agradezco mucho la invitación, pero no puedo –digo anotando algunas formulas de mi libro- Anda, no te puedes perder esta película, dice Mandy que está muy buena, se llama: Hasta que la muerte nos separé. Trata de una chica que al salir de su trabajo un día, nota al otro lado de la acera a un chico muy apuesto; intercambian miradas coquetas, pero sólo eso. Después llega
Kareelle:Estoy atenta a los lados de la calle en espera de verlo; al volverme a la izquierda, mi corazón se detiene con la imagen, ahí está él, usando unos jeans negros deslavados estilo pitillo, unas botas negras estilo militar, una camisa blanca con las mangas dobladas y con los dos primeros botones desabrochados y sin fajar; en las manos trae una cazadora de cuero negra y su cabello esta alborotado; se ve tan guapo, parece que lo hubiesen esculpido los ángeles, o bueno, también pudieron sacarlo de una revista de moda. Me alegro de la ropa que he escogido, así no desentonare con él.- Hola Kareelle, ¿llevas mucho tiempo esperando? –sonríe y eso logra darme un pequeño infarto al corazón.- No, recién llegue, te ves muy bien –digo, y espero no estar babeando.- Lo mismo digo, te ves muy guapa –dice, lo que provoca que me
Kareelle:Tomo mi bolso y salimos; durante un buen rato, Daied no dice nada, y yo no hago el esfuerzo por romper el silencio. A punto de llegar a mi casa, Daied habla.- Siento mucho lo del restaurante –dice en tono preocupado- No te preocupes, la verdad es que no entendí nada de lo que dijiste –digo con sinceridad.- ¿En verdad? –pregunta, la esperanza filtrada en su suave voz.- Sí, lo siento –digo apenada.- Esta bien, es mejor que no supieras lo que quise decir –dice con alivio. Estoy más confundida que al principio, pero si no saber es la clave para que Daied esté tranquilo, entonces no continuare con el tema.Sin darme cuenta, hemos llegado a mi casa.- Muchas gracias por todo –digo con una pequeña sonrisa.- Gracias a ti –dice con una sonrisa. Saco mis llaves y me pongo a jugar con ellas, no q
Kareelle:Me despierto sobresaltada, acabo de tener una pesadilla, en ella, veo como Daied se desvanece con lentitud. Observo el reloj en mi mesita de noche, el cual marca las cinco cuarenta, me acuesto, incapaz de dormir. Después de diez minutos, me levanto y me dirijo a la regadera para un baño rápido.Ahora más que nunca, necesito estar tranquila, ya han pasado dos meses, y estamos en exámenes y trabajos finales.Al salir me siento en mi escritorio y comienzo a escribir; el escrito es una carta para Daied. Lágrimas comienzan a brotar, con el dorso de la mano comienzo a retirarlas. Cuando termino, bajo y desayuno con mis padres.- ¿Tan pronto se marcharán? –pregunto en tono triste, hacía una semana que habían vuelto de Leeds.- Sí, es una venta importante –dice mi madre con una sonrisa conciliadora.- Entiendo, ¿a qu&ea