Kareelle:
Me despierto sobresaltada, acabo de tener una pesadilla, en ella, veo como Daied se desvanece con lentitud. Observo el reloj en mi mesita de noche, el cual marca las cinco cuarenta, me acuesto, incapaz de dormir. Después de diez minutos, me levanto y me dirijo a la regadera para un baño rápido.
Ahora más que nunca, necesito estar tranquila, ya han pasado dos meses, y estamos en exámenes y trabajos finales.
Al salir me siento en mi escritorio y comienzo a escribir; el escrito es una carta para Daied. Lágrimas comienzan a brotar, con el dorso de la mano comienzo a retirarlas. Cuando termino, bajo y desayuno con mis padres.
- ¿Tan pronto se marcharán? –pregunto en tono triste, hacía una semana que habían vuelto de Leeds.
- Sí, es una venta importante –dice mi madre con una sonrisa conciliadora.
- Entiendo, ¿a qu&ea
Kareelle: Abro los ojos nada más sonar la alarma, esta noche no he tenido pesadillas. Me levanto y corro a la regadera; me baño y cambio con rapidez. Estoy cepillando mi cabello, cuando noto el sonido de algo al caer contra mi ventana, me acerco y levanto la cortina, observo que está lloviendo, de una forma muy leve. Tomo una chamarra y me la coloco por encima del uniforme, bajo y desayuno con mis padres. - Me alegra que me dejen en el instituto –digo antes de morder mi tostada con mermelada. - Lo hubiésemos hecho aunque no nos tuviéramos que ir –dice mi padre tomando un sorbo de su café. - Gracias –digo con una pequeña sonrisa. Al terminar de desayunar, ayudo a mis padres a subir las maletas. A los diez minutos estoy frente al Truro. - Ten cuidado al volver a casa –dice mi padre con preocupación. - Claro, que tengan un buen viaje –digo con una sonrisa, que espero que los tranquilice.
Kareelle:Un suave agarre en el hombro me despierta, bizqueo hasta que puedo ver quién es la sombra negra.- ¿Daied? –pregunto al notar su indiscutible porte.- Siento despertarte pero, dirás que es una niñada pero... le temo a los truenos... sé que es mucho pedir pero... ¿podría dormir contigo? –dice, su voz me revela que no miente, no puedo imaginar que él le tenga miedo a algo, pero el hecho de que lo haga, provoca más que risa, ternura.- Claro, después de todo, tú me ayudaste con la rata –digo moviéndome a un lado para que pueda acostarse.- No diría que te ayude –susurra mientras se mete bajo mis sabanas–, sólo te avise cuando la rata se fue.- Eso fue bueno, si hubiese estado sola, habría hecho el tonto –digo bajo, algo apenada.- No creo, buenas noches – di
Kareelle:Me despierto muy agitada, otra pesadilla inunda mi mente, esta vez, no sólo está Daied, también están mis padres. Escucho una voz ronca que me da a escoger una opción: Daied o mis padres. Lo bueno, es que sólo es un mal sueño y no tengo que escoger a nadie, por el momento los tengo a los tres.Me levanto y me baño rápido, bajo a la cocina y tomo un poco de cereal. Al terminar, enjuago el tazón y me encamino a la parada.Mientras espero, recuerdo lo que ha ocurrido ayer, tengo que pensar en algo para evitar que Daied tenga otro accidente. Subo al autobús y me concentro en un plan, la única solución es: no separarme ni un segundo de él.Al bajar, corro al salón para buscar a Daied, pero él no se encuentra ahí; corro de regreso a la entrada, esperare con paciencia hasta que él llegue, s&eac
Kareelle:Me despierto sobresaltada, otra vez las recurrentes pesadillas. Al principio sólo planeaba ignorarlas, pero estas se hacen más recurrentes, por no decir que frecuentes.Me levanto y me dirijo a la ducha. Me quedo bajo el chorro durante veinte minutos; salgo, me cambio con rapidez y bajo a la cocina para desayunar un tazón de cereal. Cuando termino, lavo el tazón, cierro la puerta y me dirijo a la parada del autobús.Cuando llego, me topo con Daied, me percato que cerca de él, están Marcus y su pandilla. Me acerco a grandes zancadas hacia él.- Buenos días –digo un poco alto, indicándoles a Marcus y compañía que estoy aquí.- Buenos días –dice sorprendido, y no lo culpo.- ¿Nos vamos? –digo antes de tomarlo de la mano, sin darle tiempo a responder. Lo llevo hasta el salón.
Kareelle:- ¿Quieres ser mi novio? –pregunto separándome un poco, sé que él no lo hará.- Sí –dice con esa sonrisa que me derrite, lo beso para sellar este trato.- Lo ves, no es tan malo –beso su mejilla feliz.- No –sonríe, y eso me hace feliz–. Kary, hay alguien que me gustaría que conocieras.- ¿A quién? –pregunto con curiosidad.- Es un gran amigo, más que un hermano –sonríe con orgullo, claro que quiero conocerlo.- Con gusto –digo con una gran sonrisa.- Te amo Kary, y te prometo que haré lo imposible para ser digno de tu amor –toma mis manos y las besa, suspiro, era tan tierno.- Yo también te amo mmm... –corto mi frase, ahora que sé cual es su verdadero nombre, no sé si quiera que lo llame Daied o Lucca.- &iqu
Kareelle:Después de conocer a Vapula, un demonio muy agradable; y a Romeo-Edgar, un vampiro muy apuesto, aunque claro, no tanto como Daied; nos dirigimos a mi casa para terminar la maqueta.- Listo –dice él poniendo la última parte del continente americano.- ¿Te quedas a cenar? –pregunto al ver la hora, siete y media.- Sólo sí me permites cocinar –dice besando mi nariz.- Bien –digo, porque con esos pequeños detalles, me resulta imposible decirle que no.Daied camina a la cocina, abre el frigorífico y saca varias cosas; las coloca en la pequeña isla a un lado de la estufa y se vuelve para sacar sartenes.Comienza a cocinar y no me permite ayudarle, así que me siento en uno de los bancos y espero a que termine.Antes de que termine, me levanto y coloco la mesa, del frigorífico saco el jugo de naranja;
Kareelle:El lunes por la mañana, mi padre se ofrece a llevarme a la escuela, cosa que acepto, porque no puedo irme con semejante maqueta a la escuela.Cuando llego a al colegio, veo a Daied esperándome en la entrada. El sábado antes de ir con mis padres, lo convencí de comprarse un móvil, así que en la mañana le envié un texto diciéndole que estaba por salir.Entre él y mi padre bajaron la maqueta.- Gracias papi –digo tomando el otro lado de la maqueta.- De nada cariño –dice besando mi cabeza, sube al auto y se va.- Creo que es demasiado grande –digo cuando veo que todos nos observan.- Es porque es demasiado grande –dice Scarlett a mi lado.- Es fantástica, sin embargo –dice Viola a mi otro lado.- Gracias chicas, ¿y su maqueta? –pregunto cuando llegamos al sal&oacu
- ¿No les incomodara que vengamos? –pregunto un poco nerviosa.- No, les dará gusto conocerte –dice él en tono tranquilo.Sigo a Edgar a través de un amplio edificio de departamentos lujosos. Caminamos hasta una puerta marcada con el número trece, Edgar llama a la puerta y una voz femenina le responde.- ¿Quién es? –pregunta una voz suave.- Hola Kareelle, soy Edgar –dice él en tono amable.Se escuchan unos pasos apresurados, la puerta se abre con rapidez. Una chica de mi altura, de complexión normal, de unos hermosos ojos avellana, un cabello negro azabache y una piel nívea nos abre la puerta.- Que gusto verte –dice ella con una cálida sonrisa. - Kareelle, ella es mi esposa Lydia, Lydia, ella es Kareelle, la esposa y compañera de Daied –me explica mientras nos presenta.- Mucho gusto. –Kareelle