Marcus salió del despacho, y en el camino vio a Liam, se propuso entonces llevar al límite a su preciada perla, ella debía tomar la decisión más importante.
— Liam.
— Hola Marcus.
— Kimberly quiere hablar contigo. Está en el despacho.
Sin pensarlo el hombre se dirijo hacia allí, él no perdía oportunidad para hablar con esa mujer a la que amaba, y por la cual estaba perdiendo la cordura, al tenerla tan cerca y a la vez tan lejos.
Toco la puerta del despacho pero no recibió respuesta alguna, tocó una vez más y la ansiedad comenzó a surgir en él.
“¿Será que se sentía mal?”
Liam sabía que su esposa sólo confiaba en él a lo que el embarazo se refería, Kimberly lo evitó todos estos me
Una nueva Bach había llegado al mundo, y todos querían conocer a LUCERO SIMONS BACH, pero Kimberly no estaba dispuesta a que su hija fuera una novedad en las revistas de farándula o en los diarios amarillistas, ella mejor que nadie conocía los peligros que eso implicaba, fue por ese motivo que cuando la pequeña tenía un mes y estaban en el jardín de la casona Simons que su furia salió a relucir cuando una luz llamó su atención.— Nancy, por favor lleva a dentro a mi hija.— ¿Qué sucede Kim?— Un periodista, acabo de ver el flash de la cámara.— Llamar a seguridad.— No es necesario puedo ocuparme de esto.Kimberly espero a que su suegra ingresara a la casa junto con su pequeña Lucero, y se dirigió a los arbustos del lado este de la residencia, donde había divisado el r
Kimberly Bach de 18 años es la nieta preferida del multimillonario Marcus Bach, a pesar de que el hombre tiene varios nietos entre ellos el hermano mayor de Kim, Sam de 28 años, la joven es su debilidad, no solo porque es la única mujer de la familia entera, sino que también él la crio, y gracias a eso, pudo seguir viviendo y es que en ese entonces hacía un año el hombre había perdido a su único amor, su esposa Dalia, cuando su hijo Dexter murió junto con su esposa Amelia en un accidente, la joven era apenas una bebé de 2 años, desde ese día Marcus se hizo cargo de ella y su hermano que en aquel entonces tenía 12 años, crecieron en una familia unida y armoniosa, a decir verdad, toda su familia giraba al rededor suyo.Sus tres tíos a pesar de ser serios y estrictos se doblegaban ante la sonrisa de la joven, y sus tías trataban de ser la madre que ella siempre
— Buenos días abuelo. – Kimberly llego al comedor dando pequeños saltos como si de una niña pequeña se tratara, sabía que a su abuelo le encantaba verla saltar por todos lados.— Oh mi nieta hermosa, tu sonrisa es lo que ilumina mi corazón.– El gran Marcus Bach se convertía en un cachorro indefenso al estar cerca de su nieta.— Siempre sonreiré para ti ¿dónde está Sam?— Tú hermano pasó la noche fuera.— ¿Ah? ¿Y eso?— Kim tomo su lugar y comenzó con el desayuno.— En la casa de su novia creó. — Marcus le hacía gestos sugerentes con su cara de lo que su hermano podría a ver estado haciendo, mientras la joven reía.— ¿Cuándo piensa presentarla?— pregunto con molestia la joven.— Creo que tiene miedo que
Dos semanas pasaron desde esa noche, y su familia no sabía qué hacer.— Kimberly hace dos semanas que estas encerrada en esta habitación, no puedes castigarnos así.— ¿No puedo abuelo? Ellos son los culpables de todo, siempre encima de mí siguiéndome, cada pasó que doy.Ella no sabía cómo manejar el enojo que sentía, si no la hubieran acostumbrado a ser tan dependiente de ellos, quizás hubiera sabido que hacer cuando Jared la tomó por la fuerza, pero en su lugar ella solo miraba esa puerta creyendo que alguno de sus primos o hermano entrarían a ayudarla, también estaba enojada con ella misma, ya que si no hubiera mentido nada de esto pasaría, y estaba enfadada con su amiga, por la ocurrencia de ir a esa maldita fiesta.— Sé que estuvimos mal en lo que hicimos, pero... no qu
Liam conducía de camino a su hogar, preguntándose porque su orgullo lo metía en este tipo de problemas. Definitivamente debería trabajar en su carácter.— ¡¿Que mierda hice?! Solo debía pedirle que denuncie a Jared, como es que termine comprometiéndome a casarme en una semana. — golpeo su cabeza contra el asiento del conductor como si así pudiera cambiar algo de lo sucedido.Cuando llegó a su casa tenía ganas de matar a alguien y sabía muy bien a quien, todo esto era culpa de su hermano.— ¡Jared!— ¿qué sucede hijo?, ¿en qué problema se metió tu hermano ahora?— ¿Papá? ¿Qué haces despierto a esta hora?— Estoy cansado de estar encerrado, ¿me dirás que sucede? A qué se
Liam comenzó su día con unas reuniones, debía asegurarse de que todo estuviera en orden, su cabeza dolía por los tragos tomados la noche anterior, se estaba preparando para ir a almorzar cuando la secretaria de su padre y provisoriamente de él lo llamó.— Señor, disculpe pero hay una joven que dice que es ¡¿su prometida?! — Por un momento la voz de su secretaria demostró lo escéptica que se debía ver en ese momento. A él no le quedo más que sonreír, claro que todos lo que lo conocían tendrían esa reacción.— Que entre. — Fue todo lo que él respondió.Las puertas se abrieron dejando ver a una joven con unos jeas anchos rasgados y un suéter que era al menos dos tallas más grandes, aun así se veía linda.¿Con tod
El día de la boda llego y Liam el hombre que parecía tener nervios de acero y a quien toda esta locura le parecía solo un pequeño precio a pagar por lo que había hecho su hermano, se encontró mirando por la ventana tratando de contener la enorme ansiedad que sentía.Los invitados ya estaban en el enorme jardín, y a él lo tenían encerrado en el despacho con su madre hasta que se le diera la orden de salir, hacia 24 horas que no veía a Kim, y es que por costumbres de tradición así lo había dispuesto Marcus.Se sentía raro, debido a que en esta semana se había acostumbrado a estar con esa joven completamente impredecible, de pronto se sentía incompleto ante la ausencia de ella.Dios, y ¡¿si se arrepiente?! Ya planifique todo un año para estar con ella— si, Liam era un hombre sumamente precavido
Liam entró con su esposa en aquella suite, blanca y dorada con pétalos de rosas y velas a su alrededor.— No creí que Riny pidiera esta decoración. — admitió con un poco de vergüenza el hombre.— Las mujeres somos románticas por naturaleza. Eso cualquier caballero lo sabe.Quieres a un caballero princesa, bien, te lo daré.Él no se detuvo a pensar porque quería consentir a su esposa, solo lo hizo, la colocó en una silla y poniendo una rodilla en el suelo se dispuso a quitar sus sandalias, bajo la atenta mirada de Kimberly.Con cada toque se sus manos ella se sentía más nerviosa y cuando él terminó de retirar sus sandalias vio que estaba con la cara colorada.— No sé en qué piensas, pero no te preocupes, estoy realmente agotado,