El tiempo pasó lento, demasiado para Liam, todos eran demasiado ruidosos a su alrededor, ya no los soportaba, los Bach parecían una colmena de abejas asesinas, escuchaba su zumbidos dirigidos a él y a Sam, ellos eran los responsables por todo lo que estaban pasando. Las mujeres Simons por su lado se dividían entre la sala de Kimberly y la de Jack quien sufrió un infarto, su corazón no soporto las acusaciones de Sam, este por su parte seguía produciendo estragos, su furia lo único que ocasionaba era que personas inocentes pagaran las culpas de Jared, de quien nadie sabía dónde estaba, se había evaporado de la ciudad, eso era seguro, ya que Edmond lo había mandado a buscar, pero nadie sabía nada, la cabeza de Jared tenía precio a partir de hoy.
— Sam tiene razón, debemos hablar con Kimberly debe realizar la denuncia, ese maldito pagará por las buen
Liam acariciaba el rostro mortecino de su esposa, tenía las lágrimas a punto de salir, y el nudo en la garganta le dificultaba respirar, pero pudo controlar todas sus emociones en el momento que Kimberly comenzó a mover sus ojos, ella estaba despertando, y Liam tenía que asumir sus culpas, además de ser fuerte para lo que se avecinaba.— ¿Mmm? Li— Liam? ¿Que— que paso? — La joven miraba a su alrededor, sin saber a dónde estaba, era como si una bruja se hubiera adueñado de su mente, hasta que colocó su mano en su vientre, y el recuerdo la golpeó con fuerza, la sensación de la sangre caer por sus piernas, la trajo de golpe a la realidad.— ¡¿Mis bebés?! — Quiso levantarse de la cama, pero su esposo se lo impidió, colocó sus manos sobre los pequeños hombros de la joven y la obligó a permanecer
Kimberly sabía que el amor que sentía por Liam no moriría de la noche a la mañana, además que ese bebé que estaba esperando los uniría de por vida, debía anestesiar su corazón, debía acostumbrarse a ver a ese hombre que se le había metido por debajo de la piel, tendría que acostumbrarse ya que solo tenía dos opciones, amarlo de lejos o tratar de matar el amor que sentía y seguir con su vida.A la familia Bach no les causó simpatía saber que el infiel estaría en la mansión conviviendo con ellos, pero Kimberly sabía lo que quería, era su vida y decidió tomar las riendas de ella.Si bien al momento de darle el alta Samanta le recomendó reposo por unos días, Kim tenía cartas que jugar.— Me gustaría pedirte algo.— Claro, dime.— &ique
Marcus salió del despacho, y en el camino vio a Liam, se propuso entonces llevar al límite a su preciada perla, ella debía tomar la decisión más importante.— Liam.— Hola Marcus.— Kimberly quiere hablar contigo. Está en el despacho.Sin pensarlo el hombre se dirijo hacia allí, él no perdía oportunidad para hablar con esa mujer a la que amaba, y por la cual estaba perdiendo la cordura, al tenerla tan cerca y a la vez tan lejos.Toco la puerta del despacho pero no recibió respuesta alguna, tocó una vez más y la ansiedad comenzó a surgir en él.“¿Será que se sentía mal?”Liam sabía que su esposa sólo confiaba en él a lo que el embarazo se refería, Kimberly lo evitó todos estos me
Una nueva Bach había llegado al mundo, y todos querían conocer a LUCERO SIMONS BACH, pero Kimberly no estaba dispuesta a que su hija fuera una novedad en las revistas de farándula o en los diarios amarillistas, ella mejor que nadie conocía los peligros que eso implicaba, fue por ese motivo que cuando la pequeña tenía un mes y estaban en el jardín de la casona Simons que su furia salió a relucir cuando una luz llamó su atención.— Nancy, por favor lleva a dentro a mi hija.— ¿Qué sucede Kim?— Un periodista, acabo de ver el flash de la cámara.— Llamar a seguridad.— No es necesario puedo ocuparme de esto.Kimberly espero a que su suegra ingresara a la casa junto con su pequeña Lucero, y se dirigió a los arbustos del lado este de la residencia, donde había divisado el r
Kimberly Bach de 18 años es la nieta preferida del multimillonario Marcus Bach, a pesar de que el hombre tiene varios nietos entre ellos el hermano mayor de Kim, Sam de 28 años, la joven es su debilidad, no solo porque es la única mujer de la familia entera, sino que también él la crio, y gracias a eso, pudo seguir viviendo y es que en ese entonces hacía un año el hombre había perdido a su único amor, su esposa Dalia, cuando su hijo Dexter murió junto con su esposa Amelia en un accidente, la joven era apenas una bebé de 2 años, desde ese día Marcus se hizo cargo de ella y su hermano que en aquel entonces tenía 12 años, crecieron en una familia unida y armoniosa, a decir verdad, toda su familia giraba al rededor suyo.Sus tres tíos a pesar de ser serios y estrictos se doblegaban ante la sonrisa de la joven, y sus tías trataban de ser la madre que ella siempre
— Buenos días abuelo. – Kimberly llego al comedor dando pequeños saltos como si de una niña pequeña se tratara, sabía que a su abuelo le encantaba verla saltar por todos lados.— Oh mi nieta hermosa, tu sonrisa es lo que ilumina mi corazón.– El gran Marcus Bach se convertía en un cachorro indefenso al estar cerca de su nieta.— Siempre sonreiré para ti ¿dónde está Sam?— Tú hermano pasó la noche fuera.— ¿Ah? ¿Y eso?— Kim tomo su lugar y comenzó con el desayuno.— En la casa de su novia creó. — Marcus le hacía gestos sugerentes con su cara de lo que su hermano podría a ver estado haciendo, mientras la joven reía.— ¿Cuándo piensa presentarla?— pregunto con molestia la joven.— Creo que tiene miedo que
Dos semanas pasaron desde esa noche, y su familia no sabía qué hacer.— Kimberly hace dos semanas que estas encerrada en esta habitación, no puedes castigarnos así.— ¿No puedo abuelo? Ellos son los culpables de todo, siempre encima de mí siguiéndome, cada pasó que doy.Ella no sabía cómo manejar el enojo que sentía, si no la hubieran acostumbrado a ser tan dependiente de ellos, quizás hubiera sabido que hacer cuando Jared la tomó por la fuerza, pero en su lugar ella solo miraba esa puerta creyendo que alguno de sus primos o hermano entrarían a ayudarla, también estaba enojada con ella misma, ya que si no hubiera mentido nada de esto pasaría, y estaba enfadada con su amiga, por la ocurrencia de ir a esa maldita fiesta.— Sé que estuvimos mal en lo que hicimos, pero... no qu
Liam conducía de camino a su hogar, preguntándose porque su orgullo lo metía en este tipo de problemas. Definitivamente debería trabajar en su carácter.— ¡¿Que mierda hice?! Solo debía pedirle que denuncie a Jared, como es que termine comprometiéndome a casarme en una semana. — golpeo su cabeza contra el asiento del conductor como si así pudiera cambiar algo de lo sucedido.Cuando llegó a su casa tenía ganas de matar a alguien y sabía muy bien a quien, todo esto era culpa de su hermano.— ¡Jared!— ¿qué sucede hijo?, ¿en qué problema se metió tu hermano ahora?— ¿Papá? ¿Qué haces despierto a esta hora?— Estoy cansado de estar encerrado, ¿me dirás que sucede? A qué se