Ante la mirada de disgusto de él se sintió pesada, el filo de reproche era agudo en sus ojos. —¿Pues qué era lo que pensabas con exactitud cuando irrumpiste aquí hace una semana? ¿por qué pensabas que estabas firmando por el despacho vacante?, no está muy necesario que nadie lo ocupe. —Pensé que se refería a eso —se excusó—, la forma en que lo dijo me hizo pensar que se refería a la vacante de ese despacho. —¿Y de dónde sacaste la idea? —Bueno, yo… Se sintió avergonzada teniendo que explicar que ella peleaba un ascenso que ahora sabía en realidad no estaba disponible, y también que creyó que la despedirían por creer en los rumores de que la reemplazarían por una secretaria más joven y atractiva, por el largo desfile de mujeres que había visto llegar y que desde el miércoles pasado había acabado, ahora sabía el porqué de todo eso. No solo pensó que le darían ese ascenso ficticio a otra persona, sino que se iban a deshacer de ella también. —Creí que pensaba buscar una chica mucho
—Pues no me gusta —respondió de inmediato sin la menor duda, esa reacción causó una mirada de intriga en él, quien alzó las cejas y la comisura de su boca se curvó en lo que pareció una risa reprimida—, qué forma absurda de hacerlo.»Casada sin saber, esto tiene un protocolo y todo se supone que primero debe ir en un proceso muy cuidadoso para llegar a tal cosa como el matrimonio, ¿cómo podría sentirme tranquila solo sabiendo que llego a trabajar y me voy de regreso estando casada sin haberme enterado.—¿Un protocolo, hablas de salidas, regalos y un anillo para proponerlo? —Él entornó sus ojos y la miró con cautela mientras ella se detenía a mantener la expresión de inconformidad.—No podría pedir una boda de cuentos ni un romance en matrimonio de películas como solo algunas pueden, pero al menos me gustaría que mi vida la fuera a pasar con la persona quien yo elija y que me diera la oportunidad de aceptar su propuesta tras que me hubiera dado un anillo.»No esperar a que lo deba
—¿Habrá algo especial por lo que se niegue a dar una explicación al respecto? No creo que se trate de que lo hace porque no pueda conseguir pareja del modo tradicional, eso sería absurdo.—Ciertamente podría conseguir alguna pareja de manera ocasional si lo decidiera, pero eso no es en lo que estoy interesado en este momento.—¿Ah no? —Ella lo volvió a ver que se quedaba callado y le mandó una mirada de reproche—. ¿No puede decirme? Creo que debería explicarme si por causa de eso ahora es mi marido, si soy su esposa al menos debería darme una explicación.En ese momento entrecerró los ojos y su expresión resultaba sombría.—Que bueno que lo menciones, porque llegando al tema de ese detalle —comentó mientras se inclinaba un poco para estar más cerca de ella al decirle con desagrado—, como mi esposa que ahora eres, te prohíbo llevarte demasiado bien con algún otro hombre, sobre todo con Grant.Agnes abrió sus ojos con sorpresa, pensó que era una broma, pero se dio cuenta de inmedia
Eso había pasado solo media hora antes, Agnes estaba inquieta en su cubículo y cada par de minutos estaba observando hacia la puerta de la oficina de su jefe, esperando que la llamara de nuevo para decirle que ya pudo resolverlo y acabar con eso.—No puedo seguir con esto, debe ser resuelto, así no puedo trabajar —murmuró para sí misma en cuanto suspiró pesado y recargó su espalda de su asiento, para después apoyarse al frente mientras recargaba sus codos del escritorio.«Por favor una buena respuesta, me gustaría regresar a mi soltería muchas gracias» pensó de forma irónica con una mueca de burla.Aunque el golpeteo de su talón contra el piso denotaba su estrés constante, el toque repetitivo de sus tacones no paraba y acompañaba su inquietud.Los pensamientos de Agnes la habían llevado durante esos días hacia un razonamiento muy incómodo de cómo veía ahora a su jefe, era imposible no estar inquieta al tener presente que él era su esposo ahora.Esos mareos constantes que esa idea
Al rato se encontraba suspirando pesado al estar en su cubículo, característica que ya se le había hecho habitual, sopesando la situación en la que se encontraba.Había estado un largo rato más hablando con su jefe, todo eso la había dejado agotada, deseaba que ya fuera la hora de irse.Isa se acercó para verla mientras ella se lamentaba y la miró con curiosidad.—Te ves como si te hubieran apaleado hace rato.—Me siento como si me hubieran apaleado hace rato —contestó con voz desgastada y arrugando el entrecejo. Suspiró pesado y miró a su compañera de trabajo antes de murmurar en silencio con una mueca.—Vamos por un trago, ¿te animas? Ven con nosotras.—Hmm, no sé… ¿Quién más irá?—Gwen, porsupuesto —apuntó con voz serena mientras señalaba hacia la chica que se estaba levantando de uno de los cubículos al final tras terminar su día de trabajo, ella las vio y saludó moviendo su mano para después sonreír y acercarse a ellas.La chica era joven y de estatura promedio, con los o
Durante la siguiente semana, luego de que Herman le haya dicho la respuesta de su fallido intento por rescindir el contrato, Agnes y él habían mantenido una dinámica compleja, ella estaba más incómoda y tensa ahora al tratar con él y más reciente había comenzado a percatarse de no solo una mirada distinta en los ojos de él, sino de que también había un trato distinto hacia ella.No sabía cómo definir su actitud hacia ella, recientemente parecía haber adoptado una posición más reprobatoria que antes, si bien antes cuando aún era solo su secretaria, muy poco la amonestaba de alguna manera ni le llamaba mucho la atención, ahora parecía que al ser su esposa había aumentado el escrutinio.Censuraba de ella algunas cosas que consideraba impropias de sus acciones o en su comportamiento, cosas por las cuales nunca antes le había hecho mención. No pensaba permitir que ella fuera a mantener actitudes que él no aprobara.No se lo decía, pero su mirada reflejaba lo que estaba pensando cuando m
—Espero que esta noche sí me vaya mejor y que me pueda relajar un poco más de lo que he hecho las anteriores —señaló Agnes mientras recogía sus llaves y la cartera que tenía en su cubículo.—Uy, esta noche yo me daré un gusto bastante costoso, he estado esperando este día toda la semana, ese pequeño lujo ya me llama —respondió Gwen mientras la veía asegurarse de que no olvidaba nada, ya era la hora de salir y ese mismo día suponía una grata satisfacción por ser el día de pago.—Yo aún debo recoger mi cheque de pago —respondió—, no tengo ningún capricho esperándome a que lo compre, ni tampoco me puedo dar el lujo de derrochar demasiado con una gran noche de gasto cuando tengo que cuidar mis finanzas, estoy ahorrando.—Oh, bueno. Yo acabo de ir por el mío —señaló moviendo el sobre de papel en su mano antes de ponerse a observarlo un instante—, aunque preferiría que nos pagaran de otro modo, tener que recoger el cheque ya es un poco anticuado.—¿Me esperas afuera?, debo ir a recoger
—Lo recuerdo. Según ese acuerdo lo impone —masculló con desagrado—, usted es mi marido y yo su esposa, aunque no esté de ninguna manera dispuesta a tomarlo como lo plantea.—Por ese tiempo lo deberás ser y no espero que vuelvas a mencionarlo hasta entonces —señaló con autoritarismo. Ella le frunció el entrecejo y luego cambió su expresión a una mirada de poco respeto y un leve humor de descaro para contestar.—Entonces… ¿Esto…, es mío?, ¿y puedo hacer con esto lo que quiera? —Enarcó una ceja mientras lo veía con desdén y señalaba ante él el sobre con el depósito.—Sí —suspiró.—¿Puedo usarlo como yo quiera? —Él le sostuvo una mirada de sospecha antes de responder con cautela.—Adelante. Puedes si así lo quieres, es tuyo.—Bien… —respondió con una sonrisa de burla—. Solo por estar segura, ¿no tengo que devolver nada de esto después cuando esto termine verdad? No me va a salir con que después tengo que devolverlo como si fuera prestado.—No, como ya dije, es todo tuyo. Es parte d