—¿Habrá algo especial por lo que se niegue a dar una explicación al respecto? No creo que se trate de que lo hace porque no pueda conseguir pareja del modo tradicional, eso sería absurdo.—Ciertamente podría conseguir alguna pareja de manera ocasional si lo decidiera, pero eso no es en lo que estoy interesado en este momento.—¿Ah no? —Ella lo volvió a ver que se quedaba callado y le mandó una mirada de reproche—. ¿No puede decirme? Creo que debería explicarme si por causa de eso ahora es mi marido, si soy su esposa al menos debería darme una explicación.En ese momento entrecerró los ojos y su expresión resultaba sombría.—Que bueno que lo menciones, porque llegando al tema de ese detalle —comentó mientras se inclinaba un poco para estar más cerca de ella al decirle con desagrado—, como mi esposa que ahora eres, te prohíbo llevarte demasiado bien con algún otro hombre, sobre todo con Grant.Agnes abrió sus ojos con sorpresa, pensó que era una broma, pero se dio cuenta de inmedia
Eso había pasado solo media hora antes, Agnes estaba inquieta en su cubículo y cada par de minutos estaba observando hacia la puerta de la oficina de su jefe, esperando que la llamara de nuevo para decirle que ya pudo resolverlo y acabar con eso.—No puedo seguir con esto, debe ser resuelto, así no puedo trabajar —murmuró para sí misma en cuanto suspiró pesado y recargó su espalda de su asiento, para después apoyarse al frente mientras recargaba sus codos del escritorio.«Por favor una buena respuesta, me gustaría regresar a mi soltería muchas gracias» pensó de forma irónica con una mueca de burla.Aunque el golpeteo de su talón contra el piso denotaba su estrés constante, el toque repetitivo de sus tacones no paraba y acompañaba su inquietud.Los pensamientos de Agnes la habían llevado durante esos días hacia un razonamiento muy incómodo de cómo veía ahora a su jefe, era imposible no estar inquieta al tener presente que él era su esposo ahora.Esos mareos constantes que esa idea
Al rato se encontraba suspirando pesado al estar en su cubículo, característica que ya se le había hecho habitual, sopesando la situación en la que se encontraba.Había estado un largo rato más hablando con su jefe, todo eso la había dejado agotada, deseaba que ya fuera la hora de irse.Isa se acercó para verla mientras ella se lamentaba y la miró con curiosidad.—Te ves como si te hubieran apaleado hace rato.—Me siento como si me hubieran apaleado hace rato —contestó con voz desgastada y arrugando el entrecejo. Suspiró pesado y miró a su compañera de trabajo antes de murmurar en silencio con una mueca.—Vamos por un trago, ¿te animas? Ven con nosotras.—Hmm, no sé… ¿Quién más irá?—Gwen, porsupuesto —apuntó con voz serena mientras señalaba hacia la chica que se estaba levantando de uno de los cubículos al final tras terminar su día de trabajo, ella las vio y saludó moviendo su mano para después sonreír y acercarse a ellas.La chica era joven y de estatura promedio, con los o
Durante la siguiente semana, luego de que Herman le haya dicho la respuesta de su fallido intento por rescindir el contrato, Agnes y él habían mantenido una dinámica compleja, ella estaba más incómoda y tensa ahora al tratar con él y más reciente había comenzado a percatarse de no solo una mirada distinta en los ojos de él, sino de que también había un trato distinto hacia ella.No sabía cómo definir su actitud hacia ella, recientemente parecía haber adoptado una posición más reprobatoria que antes, si bien antes cuando aún era solo su secretaria, muy poco la amonestaba de alguna manera ni le llamaba mucho la atención, ahora parecía que al ser su esposa había aumentado el escrutinio.Censuraba de ella algunas cosas que consideraba impropias de sus acciones o en su comportamiento, cosas por las cuales nunca antes le había hecho mención. No pensaba permitir que ella fuera a mantener actitudes que él no aprobara.No se lo decía, pero su mirada reflejaba lo que estaba pensando cuando m
—Espero que esta noche sí me vaya mejor y que me pueda relajar un poco más de lo que he hecho las anteriores —señaló Agnes mientras recogía sus llaves y la cartera que tenía en su cubículo.—Uy, esta noche yo me daré un gusto bastante costoso, he estado esperando este día toda la semana, ese pequeño lujo ya me llama —respondió Gwen mientras la veía asegurarse de que no olvidaba nada, ya era la hora de salir y ese mismo día suponía una grata satisfacción por ser el día de pago.—Yo aún debo recoger mi cheque de pago —respondió—, no tengo ningún capricho esperándome a que lo compre, ni tampoco me puedo dar el lujo de derrochar demasiado con una gran noche de gasto cuando tengo que cuidar mis finanzas, estoy ahorrando.—Oh, bueno. Yo acabo de ir por el mío —señaló moviendo el sobre de papel en su mano antes de ponerse a observarlo un instante—, aunque preferiría que nos pagaran de otro modo, tener que recoger el cheque ya es un poco anticuado.—¿Me esperas afuera?, debo ir a recoger
—Lo recuerdo. Según ese acuerdo lo impone —masculló con desagrado—, usted es mi marido y yo su esposa, aunque no esté de ninguna manera dispuesta a tomarlo como lo plantea.—Por ese tiempo lo deberás ser y no espero que vuelvas a mencionarlo hasta entonces —señaló con autoritarismo. Ella le frunció el entrecejo y luego cambió su expresión a una mirada de poco respeto y un leve humor de descaro para contestar.—Entonces… ¿Esto…, es mío?, ¿y puedo hacer con esto lo que quiera? —Enarcó una ceja mientras lo veía con desdén y señalaba ante él el sobre con el depósito.—Sí —suspiró.—¿Puedo usarlo como yo quiera? —Él le sostuvo una mirada de sospecha antes de responder con cautela.—Adelante. Puedes si así lo quieres, es tuyo.—Bien… —respondió con una sonrisa de burla—. Solo por estar segura, ¿no tengo que devolver nada de esto después cuando esto termine verdad? No me va a salir con que después tengo que devolverlo como si fuera prestado.—No, como ya dije, es todo tuyo. Es parte d
—Menuda la que me tocó… —resopló tras inhalar hondo.—¿Menuda qué?... —murmuraba y fue interrumpida por la inmediata respuesta de él.—¿Dónde vas a ir y hasta qué hora terminarán? —contestó tras un rápido pensamiento para razonarlo con firmeza.—¿Eh? ¿Al boliche?… —Ella dudó ante esa reacción espontánea después de ver su cambio de opinión.—¿Al boliche? —Enarcó una ceja con duda.—Sí.—¿El de Lance Peter, por la nueva entrada a la zona de los teatros?—¿Lo conoce? —No recibió respuesta de él, pareció pensar en algo antes de mirarla de nuevo.—¿Hasta qué hora?—Am..., no sé, ¿las once? Creo.—Es muy tarde y mañana tienes trabajo —recalcó mirándola con desaprobación—, ¿a qué hora regresas a tu casa?—¿Eh?, cuando cierre, creo…, que más o menos a esa hora…—Bueno… —suspiró—. Ya veo, es bueno saberlo. —Parecía preocupado.—¿Por qué lo dice?—De acuerdo, te permito que vayas, pero vamos a hablar de eso luego.—¿Qué? ¿Cómo?—Será mejor que te vayas antes de que cambie de opi
—¿Vino hasta aquí solamente para eso? Pude haberme ido en taxi. —No me confió de taxis, no quise arriesgarme —contestó y la miró con firmeza—, así que vine yo mismo. Está tarde y mañana tienes que ir a trabajar temprano, no quiero que vayas a llegar tarde o que te quedes dormida en el trabajo. —Nunca lo he hecho. —Siempre hay una primera, así que vamos, te llevaré a casa. —Agnes sintió el impulso de contradecirlo y negarse para irse por su cuenta, pero el peso de su seguridad la abrumaba y no objetaba que él tenía un punto de razón. Era cierto que estaba tarde y además ya sus amigas se habían ido y no quería esperar un taxi ella sola. Accedió a su oferta y subió al auto. —De acuerdo, iré —habló en cuanto entró. —Buena chica —agregó antes de cerrar la puerta y dar la vuelta para ir al asiento del conductor. Agnes estaba nerviosa al ir con él, durante todo el camino irían solos. Se sintió inquieta y no dijo una palabra al respecto. En cuanto llegaron a su casa, esperó que bajara,