ENCUENTRO 1

ALASKA

Medio día nos adentramos al restaurante donde tenemos el almuerzo con Bruno. Estoy un poco nerviosa sinceramente, y aun no entiendo el porqué de mi reacción. 

Mi novio me tiene sujetada de la mano mientras caminamos por el centro comercial donde queda uno de los mejores restaurantes italianos.

—Estas muy hermosa mi amor —habla Abel mientras caminamos por el pasillo del centro comercial—siempre lo estás, pero hoy más que nunca—me mira—no sé, resaltas un poco mas tu mirada verde cuando casi no usas maquillaje.

Soy una tonta, pero mi subconsciente me traiciono. Quise por alguna razón verme más linda, verme más deseable.

—Normal mi vida—disimulo—mi he vestido como siempre. 

Se me tiñen las mejillas de vergüenza, me siento, así como cuando eres descubierta haciendo una travesura. Hoy especialmente me demore más que cualquier otro día arreglándome y es que no encontraba absolutamente nada para ponerme. Pese a tener el armario lleno de ropa.

Otra cosa que me sucedió es que no deje de estar nerviosa por verme con Bruno, desde que vi a ese chico no me lo he podido sacar de la cabeza.

—Por lo general el vestido rojo lo utilizas para fiestas o cuando vas a discotecas No para de soñar con un cliente o socio. 

—Hoy quise variar para impresionarte, sabes que me encanta ver cómo me miras cada que me pongo vestidos y además rojos. 

—Pues a mí me encanta cómo te ves, todo te queda perfecto mi amor. 

El hostess nos recibe amablemente y nos lleva a la mesa reservada que desde ayer apartó mi novio. Hay comensales y nos movemos entre las mesas, me muerdo el labio al notar que la mesa ya está ocupada y siento que toda la arena del desierto la tengo en mi garganta. 

Respiro profundo, estoy como una fanática a punto de ver a su cantante o actor favorito. Quiero abanicarme, tengo mucha curiosidad por conocerlo ya que me han hablado mucho de Bruno. Mi novio en ocasiones lo nombraba, entre nuestras familias también ya que se conocen demasiado bien, pero nunca he tenido un contacto directo con el, ayer me dio por revisar su estado, y de ahí nunca había pasado.

Tengo dudas, quiero saber si es así de bonito o mujeriego como tanto dicen.

—Las personas que esperaba acaba de llegar. 

Avisa el camarero cuando Abel se posa conmigo a mano derecha y Bruno alza su cabeza impactando sus ojos contra los mío. Si niñas, es así como me lo habían dicho y mucho mejor que en las fotos. La intensidad de su mirada me hace pasar saliva con fuerza y el corazón comienza acelerarse de la nada. 

Cálmate, Alaska, si bien es un hombre atractivo, a tu lado tienes a una también muy lindo. Es tu novio, el hombre de tu vida. Me digo a mí misma, pero no, mis ojos no pueden dejar de detallar su perfecta nariz, además de sus labios gruesos y enrojecidos.

Es un hombre dotado de gran belleza, supongo que por eso es tan hijo de puta.

—Amigo, que bueno verte. 

Bruno se pone de pie y puedo detallar el atuendo que trae puesto. Los hombros anchos se perciben por encima del blazer y los rasgos italianos se acentúan con el cabello tirado atrás. 

Dios, me siento tan rara, tan diferente. Bruno abraza a su amigo y me mira por encima de su hombro incendiándome las mejillas con su intensidad. Sus ojos grises están sobre los míos y debo bajar la mirada queriendo buscar una explicación ante mi reacción. 

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