Capítulo 15. Estrategia en marcha.

Amelia se quedó arrodillada en el suelo, sosteniendo a Anaís con la misma delicadeza con la que una madre protege lo más valioso en su vida. Las lágrimas corrían libremente por su rostro, mezclándose con la confusión y el dolor en su corazón.

La niña, con su inocencia intacta, levantó su carita y, con esos ojos grandes y grises, miró a Amelia con una curiosidad mezclada con amor puro. No necesitaban palabras para comunicarse; sus almas hablaban un lenguaje más antiguo y profundo.

Anaís levantó sus manitas pequeñas y comenzó a hacer señas, algo que Amelia comprendió al instante. La niña le dijo que la amaba, y esas palabras sin voz resonaron en el corazón de Amelia como un eco que había esperado escuchar durante años.

—Yo también te amo, mi pequeña —respondió Amelia con señas, sus manos temblorosas al principio, pero firmes en su convicción—. Te amo con todo mi corazón, y te he extrañado tanto. Tú has sido el motivo para seguir adelante.

Anaís sonrió, pero su sonrisa se desvaneció ráp
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo