GRIS
Miro cada una de las paredes de la enorme habitación en la que me indicaron que esperara las instrucciones de Alexander, y me siento como un pequeño grano de arroz en medio de caviar, no encajo en nada de aquí, pero él prometió que ayudaría a mi bebé, eso es lo único que necesito en estos momentos, apoyo para las quimioterapias.
La puerta se abre y entra una chica de servicio, es morena y ojos esmeralda que contrastan de una manera maravillosa con el color de su piel, me mira y sonríe, trae en manos una enorme caja con un moño dorado, la coloca sobre la mesa y hace una ligera reverencia como si fuera de la realeza, cosa que no la veo necesaria.
—El señor ha ordenado que esto es suyo, para la cena de hoy —dice—. Su amiga vendr&a
HANS La rabia me consume, no lo puedo evitar ¿por qué mierda me siento de este modo? Es como si me estuvieran clavando mil navajas en el pecho, como si Gris me importara tanto como desde el primer momento en el que la vi, no me doy cuenta de lo que hago hasta que entramos a la biblioteca de mi padre, cierro la puerta y como un hambreado o falta de amor, me abalanzo sobre ella y la beso. Joder, estoy besando a la mujer que me rompió el corazón, la que solo jugó con mis sentimientos, la que me engañó y solo me buscó por mi dinero, me cabrea tanto lo que me dijo mi madre que la estrecho contra mi cuerpo, ella accede a abrir su boca y le meto la lengua hasta la garganta, no entiendo nada, no sé por qué lo hago, solo la beso como en el pasado. Mis manos viajan por sus caderas y estrujo sus nalgas. —Dylan… Huele bien, paso mi atención a su cuello, y luego a sus pechos. —Dylan, detente —me empuja con sus manos y no accedo—.
GRIS —Es un hijo de p**a, eso es lo que es —replica Prim caminando de un lado a otro, con la rabia consumiendo su sistema. Miro por la ventana, la noche es fría y no dejo de pensar una y otra vez en lo ocurrido hace dos horas, las palabras que me dijo Dylan rompieron algo en mi pecho que no me puedo quitar, la agonía de la incertidumbre me hace querer volver al pasado. —¡Es que ni siquiera puedo creer lo que te dijo! Trago duro, me odia, Cindy le mintió y lo peor es que antes de consultarme las cosas prefirió hacerle caso a su madre como un niño pequeño, se convirtió en su títere y tal vez Alexander tiene razón, Dyaln es un monstruo. No hay regreso. Paso dos dedos por mis labios y la huella de los suyos me pica, me besó como lo hacía en el pasado, lo pero es que sentí lo mismo y eso no resulta ser nada bueno en estos momentos. —Es un idiota, no puedo creer que no reconozca a Oliver, es su viva imagen —sigue P
GRIS No dejo de mover mis manos con impaciencia, estando frente a Alexander al hablar sobre estos temas es una cosa, pero frente a un nuevo desconocido… es otra historia. Sus ojos grises me sonríen y creo que he de parecer un fenómeno porque suelta una pequeña risilla que hace que quiera salir corriendo. —No me mires así, Griselda —dice con voz ronca—. No soy un monstruo y tampoco un violador. —Yo no dije eso —replico. Alexander había tenido la grandiosa idea de encerrarnos en su oficina para conocernos mejor. —Pero tú mirada lo dice todo y no eres una buena mentirosa. Me quedo callada, es amable, apuesto y hasta ahora me siento cómoda con su presencia, a excepción del hecho de que me hable solo para molestar a Hans. —Vamos, tenemos que conocernos mejor si vamos a ser prometidos —me guiña un ojo haciendo que mis mejillas se sientan calientes. —Pero eso no es cierto. —Pero es lo que ten
HANSLa rabia me consume, sin embargo, no sé por qué, no quiero averiguarlo, bajo las escaleras con prisa cuando escucho la voz amortiguada de alguien a mis espaldas, no me detengo, no quiero saber nada de Griselda y mucho menos de estos buitres que solo buscan la herencia de mi padre, salgo de la casa, me subo al auto y enciendo rechinando las llantas, ya no tengo la intención de hablar con mi padre, acelero buscando algo que me tranquilice.Mi madre tuvo la razón todo este tiempo, ella solo se me acercó por mi fama y dinero, ¿cómo puede haber tanta crueldad en una mujer? Joder, golpeo el volante, mi móvil no deja de sonar, no deseo hablar con nadie, no obstante es tanta la insistencia que termino por estacionarme a la orilla y respondo de malas al ver que se trata de mi padre. GRISEl doctor me mira con lástima, cosa que no necesito, no en este momento cuando yo no importo y cuando mi única prioridad es Oliver. Nathaniel no deja de mirar por la ventana dándonos la espalda, sé que quiere darme mi espacio.—Es necesario que hagamos más estudios —sigue el doctor mostrándome placas, informes y resultados que gracias a que Alexander es millonario, llegan antes de lo esperado.He pasado un día entero aquí desde que ayer discutí con el padre de mi hijo, no quiero ver a nadie, aunque bueno, tampoco es como que tenga mucha gente que me visite.—Me voy a cuidar —le aseguro.Sus ojos me detallan el rostro, en silencio me observCapítulo 14
HANSMe siento confundido, quiero gritar, ahogarme en el mar, cuestiono incluso mi existencia mientras muevo el vaso de vidrio que contiene agua. Estoy encerrado en mi estudio, no quiero hablar con nadie, he apagado el móvil y mientras cierro los ojos, los recuerdos de Griselda vienen a mi mente, hace media hora que Milo me ha enviado las últimas pruebas que necesitaba, donde en efecto, ella jamás me fue infiel, nunca me falló, en cambio, yo a ella sí, la herí, insulté, la dejé en el olvido con mi hijo.—Joder.Me pongo de pie, incapaz de estar tranquilo conmigo cuando todo este tiempo… soy una mierda, lo sé, no merezco su perdón, pero ahora que ya sé la verdad, mi único objetivo es recuperar a mi hijo, han sido tres años e
GRIS El agua caliente cae sobre mi cuerpo, relajando mis muslos, hace mucho que no me daba una buena ducha, en especial cuando para economizar yo prefería que mi bebé tuviera el agua caliente y por lo regular yo me bañaba con agua a temperatura media o fría, Oliver está en la estancia principal con su abuelo, viendo programas televisivos, por lo que aproveché para darme una ducha. Enjabono mi cuerpo mientras no dejo de pensar en el beso que me dio Nathaniel, y en su disculpa en cuanto lo aparté, sé que es un buen hombre, solo que no me puedo dar el lujo de dejar entrar a nadie en mi vida, mi mundo es Oliver, no cuenta con su padre, por lo que nuevamente tendré que hacer el papel de ambos. No es que me molesté, solo resulta ser un poco pesado. De cualquier modo, mañana Oliver tiene su primera quimioterapia, el abuelo le ha
GRISMis piernas fallan cuando veo a Dylan con Oliver, la barbilla me quiere temblar, he perdido la cuenta de cuántas veces soñé con este momento, el que reconociera a su hijo, lo abrazara, lo… abrazara. Trago grueso y es Nathaniel quien me da una palmada en la espalda mientras Alexander mira la escena con cautela, con desconfianza y lo comprendo.—¡Mami, papá ha venido a verme! —Oliver tiene enrollado sus bracitos alrededor de su cuello y siento que cada segundo que pasa, me rompo un poco más.Asiento en silencio. No me atrevo a ver a Dylan a los ojos, no luego de todo lo que pasó entre los dos y de que me dijera todo lo que siente hacia mí, de hecho me siento un poco reacia con él.—Gris