-19-

Victoria.

¡Dios Bendito!

¿Qué era lo que no podía dejar de hacer con ese hombre peligroso?

Tenía que volver a mis sentidos.

Él mismo me había reconocido que no iba a dejar de acostarse con otras mujeres y, aun así, allí estaba, abriéndome de piernas para un tipo como él.

Tenía que parar de una vez.

Pero ... ¿por qué no podía?

Ese hombre era como una drog

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP