Jasper Toro.
Algo había cambiado en mi mente, lo hizo tan pronto como ella aceptó ese anillo y la carga que conllevaba. Convertirla en mi esposa era una responsabilidad grande, pero que necesitaba sentir. Si ella era mía sentía que podría con todo.
Dejar de temer por ella, aceptar ser su protector y disfrutar de su compañía sin miedos, pero siendo precavido.
Aquellos días una escuadrilla de guardaespaldas nos seguían a todas partes. Tenía a Cole y a Dexter por ahí, recopilando información importante que necesitaba antes de dar mi siguiente paso.
Victoria Evans.Ese hombre peligroso me hacía inmensamente feliz y me volvía loca a partes iguales. Era una tremenda enajenación mental lo que había entre nosotros, llena de ansiedad y pasión.Jamás imaginé que mi primera probada de vestidos sería de aquella manera, en un probador, teniendo sexo con el hombre más ardiente que había conocido jamás, ese que pronto se convertiría en mi esposo.- ¿Sabes que da mala suerte ver a la novia con el vestido puesto? – me quejé, intentando hacerle despertar de aquella locura, mientras sus d
Jasper Toro.Mi padre y ella hicieron buenas migas en seguida, mi madre también la adoraba, a pesar de que se resistiese a mostrar su aprobación al respecto. Seguía enojada conmigo por tantas cosas ya que la lista se había vuelto interminable.Contaba nuestra historia en Paris omitiendo los detalles sexuales, por supuesto, y yo aproveché para contestar una llamada que hacía tiempo que se estaba produciendo.- Eres un hijo de puta – espetó su padre al otro lado. Sonreí. Había estado evitando aquella conversación, pero supongo que no podía seguir huyendo eternamente – debí haberte matado cuando tuve
Victoria Evans.Una parte de mí sabía que aquello era un completo error, una locura. Pero ... la otra... estaba perdidamente enamorada de él, así que no podía actuar objetivamente.Sí, sabía que en algún momento debía posicionarme y elegir bando. La justicia nunca me trajo soluciones, y el mismísimo demonio me protegió siempre. Así que... ¿cómo podía yo elegir el lado del bien?Tenía mis dudas sobre el plan de Jasper. Todo lo que proponía con respecto a cazar a Mcland, pero no quería entrar en detalles al respecto, más cuando estaba viviendo un verdadero cuento
Jasper Toro.No podía dejar de pensar en cada momento a su lado, en cada una de las veces en las que ella pronunciaba esas dos palabras que me hacían querer ser un hombre diferente, abandonar cualquier cosa que pudiese alejarme de mi futura esposa.El espejo me devolvía la mirada y sonreí, como un idiota. Jamás pensé que yo podría alguna vez encontrar a alguien tan genial como ella y casarme. Y aunque la boda a la que estaba a punto de asistir no fuese real... sabía que en algún momento la convertiría en mi esposa, y lejos de asustarme... me hacía infinitamente feliz.
Os traigo un extra ya que el capítulo anterior fue tan corto.Victoria Evans.Aquello me parecía del todo una locura.Sobrevolar el cielo rumbo a Casablanca en un avión privado junto a sus padres, sus hombres de confianza y mi padre, era del todo una pesadilla. Sus padres y el mío no se llevaban bien, y no era ninguna locura. Pertenecían a bandos opuestos.- ¿Estás segura de esto? – quiso saber Mike, mientras yo daba vueltas al pequeño ramillete que tenía entre las manos. No me gustaba lo ostentoso, así que había elegido un vestido blanco de lo más simple, de tela de gasa. Sonreí y mir&e
Jasper Toro.Una reunión clandestina tenía lugar en la bonita localidad de Lisboa. La razón de que nos encontrásemos allí fue la promesa que le hice a mi esposa, sobre pasar la mejor luna de miel con la que hubiese soñado jamás.Despertar cada maldito día al lado de ella era le mejor regalo que un hombre puede recibir. Estaba completamente enamorado de ella. Y ni siquiera sabía que eso podría ser mi perdición. Porque un tipo como yo no puede huir de su destino y responsabilidades eternamente.- Lo que te prometí – dijo el rey del disfraz. Son
Jasper Toro.Entré en la habitación de aquel hotel en Lisboa y miré a los ojos de mi preciosa esposa, calmándome en cuanto nuestras miradas se cruzaron. Sólo por eso todo había valido la pena. Pero había algo que enturbiaba su felicidad. No iba a darle mucha importancia, porque seguramente sólo estaba preocupada por mi tardanza.A medida que avanzaba hacia ella veía sus lágrimas salir, preocupándome en exceso. Entonces algo ocurrió y todas mis alarmas se encendieron.El FBI estaba en la habitación, apuntándome en la cabeza.
Las farolas de la larga avenida es lo único que ilumina la oscura ciudad, mientras Cole conduce de forma calmada y Dexter cuenta la pasta que hemos conseguido en el burdel. Estoy tentado a mirar la agenda de la semana, pero el punzante dolor de cabeza que siento en ese momento me retiene. Opto por seguir con ojos cerrados, disfrutando de la calma que se respira en el vehículo.Mi mente divaga por la inconsciencia durante un momento. Parece que voy a quedarme dormido, pero sólo me quedo pensando en cómo era mi vida hace unos años, cuando mi padre aún era un hombre libre, en la mansión de tres pisos que el negocio de la droga había costeado. Añoro Los Ángeles más de lo que me gusta admitir, los días en los que me la pasaba disfrutando de fiesta en fiesta, malgastando el dinero de mi padre, sin hacer otra cosa más que perder el tiempo, mientras él seguía dedicándose a lo que mejor se le daba, y vender barcos de lujo, no lo era en lo absoluto. Tan sólo una tapadera para blanquear dinero,