La magia se rompe cuando el corta el beso de pronto dejandola catatonica.
—Así se ve mejor, callada, espero que haya aprendido la lección,.
Finalmente se repone de su momento en la dimensión desconocida y con la voz temblando e indignada le suelta
Así que intenta alejarse pero el la retiene,
Qué bien se sentía en aquellos brazos, su miradas quedaron una vez más enganchadas una de la otra, y ahí viene otra vez su boca va a apoderarse de la suya
Esta vez fue un beso más profundo, más suave, que buscaba el placer del otro,
Así que cuando él se apartó de ella, ella se sintió perdida, totalmente perdida sin sus besos, deseando que la besara de nuevo.
—Podría llevarte a ese baño y tener sexo contigo y tú no me rechazarías, y sabes porque, porque no tienes tus 5 sentidos en perfecto estado, porque el alcohol te ha embotado el cerebro, pero no pongas esa cara de susto, pues no lo hare. No soy un violador, jamás me aprovecharía así de ninguna mujer, así que viste que tenía razón, será mejor que regreses a tu casa,- apunto con ironía
Ella se libró de sus brazos y replico
—Sabe que, el papel de papa o hermano mayor no le queda, ni siquiera sé quién es y su nombre y me cuestiona, váyase a la porra
Y toda orgullosa huye a la velocidad del rayo. Con su corazón latiendo a mil por hora.
Se dirige a la pista y están dando una música suave, y ve que Vanesa y Lucas está bailando muy juntitos, así que por nada del mundo los va a interrumpir
De pronto siente que las manos de alguien la tomo por la cintura y la arrastra a la pista y esa voz aterciopelada le dice.
—Baila conmigo, te voy a demostrar que no soy tu papa o un hermano mayor- agregó a su oído con voz enronquecida
Iba a protestar pero se da cuenta que no puede articular palabra alguna, porque nuevamente estaba totalmente embobada ya que era el hombre mas guapo que jamás en sus 22 años de vida había visto. y la había besado como nadie la había besado antes.
Este hombre no solo era guapo, era súper atractivo e irradiaba tal magnetismo, además de oler súper riquísimo. Estaba completamente borracha pero no era por el licor sino estaba totalmente embriagada de su olor, de su cercanía, de su piel, de esos ojos que le penetraban el alma.
Pero quien era este hombre que había decidido no dejarla en paz esta noche, y que con su solo contacto la hacía perder la cordura, no pudo ni quiso negarse, y dejado que la suave música los envolvieran.
El hombre la ha visto con semejante galán y su cara es de poema y le hace señas diciéndole que aprueba a su galán, ella siente vergüenza, pero él no parece darse cuenta o lo da por descartado y no hace comentario ni se inmuta, solo la aprieta más a él, en una manera tan sensual, que Melisa siente toda su piel arder de deseo como jamás lo experimento, una atracción tan fuerte y casi animal, pues no sabía de razones, que la tenían completamente dominada.
Sintió el aliento de el sobre su cuello, y como el, muy atrevido se atrevió a depositar dos besos en él, así mismo sus manos, la apretaban con más fuerza como si estuviera declarando que ella era suya, que le pertenecía
Y todo sin decir nada, sin conocerse, que locura
Pero fue hasta que la mano desciende a uno de sus glúteos que despertó en ella su alerta interna y apartándose le replico indignada
—!oiga que si es usted atrevido!
El no pareció inmutarse, simplemente la mira con mucha dureza y le indica en tono de reproche
—Ya te lo advertí, esto es a lo que te expones cuando bebes en exceso que cualquier hombre se propase contigo, sabes que, mereces que te violen
De pronto, el pasado y el presente convergen en un mismo tiempo, y recuerdos doloroso se hacen vividos y son tan notorios en la palidez de su rostro que el inmediatamente se arrepiente de lo que ha dicho. Sabe que se excedió.
Intenta disculparse pero ella evita el contacto de su mano que quiere tomar su muñeca y con los ojos llenos de lágrimas le dice:
—Es mi deseo, no volver a verlo nunca más en mi vida
—Siento no poder complacerte en eso- acota el con la mirada oscurecida
Acaso se iba a convertir en su acosador, pero en su mirada, no hay nada de eso,
El lanzo un profundo suspiro, sabiendo que esta noche nada de lo que dijera, podría borrar las palabras que dijo, que la lastimaron a ella, así que solo dijo en tono moderado y sin cuestionamiento.
- Vete a tu casa a dormir, mañana te espera un día lleno de sorpresas
Qué quiso decir con eso, al ver la pregunta denotada en su rostro, el agrega
- Vete a tu casa Melisa, y mañana hablaremos
Luego se marchó dejándola a ella completamente absorta, ya que él conocía su nombre, ¿cómo o por qué?, tal vez pregunto a alguien, pero todo era muy extraño.
Cuando se monta en el taxi no se da cuenta que alguien la ha estado observando y tan pronto ella se monta el hombre que la había observado, se monta en su auto y la sigue hasta su casa
Melisa se baja, algo asustada recordando que el misterioso hombre del bar la llamo por su nombre y eso la inquieto e inmediatamente entra a su casa
Afuera el auto que la ha seguido arranca, y su ocupante Daniels Travers, el misterioso hombre del club, se queda tranquilo de haberla visto llegar sana y salva
Melisa se cepilla los dientes, se cambia de ropa y se acuesta en su cama, solo que esa noche no podría dormir tan plácidamente pues unos ojos grises le han atrapado y no puede dejar de pensar en él.
***
Esa mañana como todos los días, Melisa llego temprano a su trabajo en la biblioteca estatal pero a diferencia de otros días, no aguantaba el dolor de cabeza producto de la resaca de la noche anterior.
Esto ocasiono que en varias ocasiones tuviera que salir corriendo al baño a vomitar, y se llevó un regaño de parte de su jefa Helen Morretti.
Nada podía estar más mal, eso pensaba, cuando al regresar del baño se dio cuenta que alguien nuevo había entrado en la biblioteca.
Su corazon dio un vuelco y su respiracion se agito cuando vio que se trataba del sujeto del día anterior, tan guapo y circunspecto como lo recordaba
Quería escapar, ¿que hacia ese tipo allí?, acaso había venido a seguir juzgándola o simplemente todo se trataba de una casualidad o era un acosador, el miedo se apodero de ella
Daniels Travers camino directo con pasos firmes a donde estaba el objeto de su interés, Melisa Hartley sentada tras el escritorio y ella supo que no tenía escapatoria.
—Buenos días Srta. Hartley- la saludo serio- aunque a juzgar por su apariencia y palidez no la está pasando muy bien- añadió en tono critico.
—¿Eso cree?- trato de sonar calmada y relajada, pensando que no estába sola, ya que habían algunas de personas, leyendo, también estaba su jefa, así que él no podía hacerle nada
— Eso veo, - apunto mirándola de manera tan profunda que la desestabilizo una vez más- a menos que la palidez sea su color natural.
¡Qué hombre!, como si hubiera nacido solo con el propósito de fastidiarla.
—Muy gracioso usted- riposto sustituyendo el miedo por enojo. Debía tener las mejillas teñidas de color por la indignación que sentía.
El solo se mantuvo estoico y después de mirarle con "desprecio". Inquirió.
—A lo que vine, necesito hablar con usted Srta. Hartley-
—Conmigo....no veo de que- - además como sabe mi nombre,- tartamudeo cada vez más nerviosa y era extraño, porque ella no era así, por lo general era una persona muy segura de sí misma, al hecho que había sido criada sin padres, en un orfanato, había aprendido a ser independiente y también a defenderse sola
—Pronto lo sabrá, si deja de tartamudear- indico el en tono burlón
Eso la molesto sobremanera y sintió que sus mejillas se tiñeron más de rojo producto de la rabia que este sujeto con su actitud le producía
- Pues yo no quiero hablar con usted Sr. Pomposo- negó ella sin poder disimular su enojo.
El arqueo las cejas e iba a agregar algo pero en ese momento se había acercado Helen La jefa de Melisa, y más que intervenir en la discusión parecía fascinada por aquel prospecto de galán de cine, y es que no todos los días entraba en su biblioteca un hombre con ese atractivo físico, y ella estaba buscando pareja, ya que hace poco había terminado una relación y no era el tipo de mujer que permaneciera mucho tiempo sola.
—Buenos días, dígame Sr. En que lo podemos ayudar, busca algún libro en particular- su voz melosa y complaciente sorprendió a Melisa, mas como la conocía sabía que buscaba
—No, quiero hablar con Melisa- apunto mirando a Helen con desdén.
Por su parte Helen estaba muy intrigada y más aun su molestia fue visible, pues era notoria la envidia que le tenía a Melisa, la cual no había podido despedir, porque su hermano el dueño de la biblioteca, le tenía mucho aprecio a la muchacha.
—Ella está en su horario de trabajo, lo siento- apunto en tono seco
—Está bien, -acepto el sin más e ignorando a Helen se dirigió a Melisa y acoto- en ese caso regresare a la hora de la salida que es a...?
—A las 5:30 cerramos la biblioteca- informo Helen, pues Melisa estaba muda
— Esta bien, a esa hora estaré aquí entonces, y tú me esperaras.- le advirtió como si supiera que ella iba a fugarse, cosa que haría, de ningún modo le iba a esperar.
Cuando se hubo marchado el desconocido, Helen enseguida quiso indagar sobre aquel hombre tan guapo que buscaba a su empleada
—Y bien, querida, quien es él?
—No lo se
—Está bien, no quieres decírmelo, lo entiendo- Carraspeo molesta.
—No, enserio Helen, - se apresuró a aclarar Melisa- no sé quién es, anoche lo conocí en un bar, me intercepto, fue grosero conmigo, y hoy viene aquí, no sé quién es, ni que quiere.
—En ese caso quizás debas irte temprano, para no toparte de nuevo con él además te sientes muy mal- añadió como si en verdad le importara su bienestar, en realidad lo que quería es que Melisa no se volviera a encontrar con semejante hombre, porque no toleraba que esa chica se hubiera levantado semejante galán.
—Puedo irme entonces? –Pregunto aliviada
—Hazlo- acepto con una sonrisa hipócrita
—Gracias Helen- agradeció de corazón, porque sin importar los motivos de Helen ella si quería huir y no volverse a encontrar con aquel hombre
En media hora Melisa iba en autobús a su casa, y se sintió feliz de no volverse a topar con aquel hombre que quien sabe que quería
Al llegar decidió darse un baño, se preparó algo ligero para cenar y se sentó frente al televisor a ver algún programa
Como a las 6pm decidió bajar a comprar pan para el desayuno en la pastelería cercana
Regresaba a su casa cuando pudo ver un lujoso auto estacionado frente a su casa y del cual salió su dolor de cabeza, su corazón se aceleró de inmediato, Que hacia allí, obviamente si era un acosador, se asustó pero no pudo huir pues él ya la había visto y dos zancadas estuvo frente a ella.
Esa mañana como todos los días, Melisa llego temprano a su trabajo en la biblioteca estatal pero a diferencia de otros días, no aguantaba el dolor de cabeza producto de la resaca de la noche anterior.Esto ocasiono que en varias ocasiones tuviera que salir corriendo al baño a vomitar, y se llevó un regaño de parte de su jefa Helen Morretti.Nada podía estar más mal, eso pensaba, cuando al regresar del baño se dio cuenta que alguien nuevo había entrado en la biblioteca.Su corazon dio un vuelco y su respiracion se agito cuando vio que se trataba del sujeto del día anterior, tan guapo y circunspecto como lo recordabaQuería escapar, ¿que hacia ese tipo allí?, acaso había venido a seguir juzgándola o simplemente todo se trataba de una casualidad o era un acosador, el miedo se apodero de ellaDaniels Travers camino directo con pasos firmes a donde estaba el objeto de su interés, Melisa Hartley sentada tras el escritorio y ella supo que no tenía escapatoria.—Buenos días Srta. Hartley- la
Daniels se fue a una mesa al fondo donde una diligente camarera se apuró a tomar su pedido —Lo dicho, mira a Tania como se esmera por atenderlo y a nosotras que nos coma el tigre, tenemos media hora aquí y ni pendiente de tomar nuestra orden- apunto Vanesa mirando con irritación a la camarera que en el pasado había sido amiga suya. —Mi amor yo también lo haría si fuera ella- apunto Cristal sin despegar su mirada de Daniels Travers - es más estoy que me pongo un delantal y voy hasta allá a servirlo- dirigiéndose a Melisa agrego- Amiga, ese hombre no solo es guapo, es muy sensual y vaya que pensamientos me han venido- lanzo un profundo suspiro y con sinceridad expreso -tienes tanta suerte, vas a viajar con él, vas a estar en su casa con él, vas a compartir las comidas con él y tal vez te decidas a compartir su cama —Cristal ¡por favor!- Melisa lanzo un gritito reprendiendo a su amiga.- mi único interés de ir con él es conocer a mi padre, punto y final , ya no hablemos más de este asu
Como lo supuso, la mansión donde vivía Daniels y su familia era asombrosamente grande, hermosa, imponente, ubicada en una de las zonas más elegantes de Nueva York y su ansiedad volvió, él se dio cuenta y al salir del auto le tomo por un ligero momento la mano que apretó suavemente provocándole chispazos en su interior al decirle nuevamente —Cálmate, todo saldrá bien. Al penetrar en el mansión fueron recibidos por la mucama quien saludo con efusividad a Daniels y a la recién llegada. —Qué bueno que ya llegaron, el Sr Travis no hacía más que preguntar si ya había llegado —Entonces puedo irlo a ver ya- inquiero ansiosa de ver a su progenitor —Recién se quedó dormido, es que le acaban de inyectar una ampolla de morfina, no despertara hasta la noche.- informo lamentando desilusionar a la joven — María, muéstrale a Melisa su habitación- indico Daniels —Claro, ven preciosa puedes darte un baño y descansar del viaje, e imagino tendrás hambre- le pregunto con cariño agarrándola del bra
Esa tarde Melisa bajo a tomar un vaso de agua, y al pasar por la sala, vio que estaba Daniels y su hermana Sofía y quedo de pronto atrapada en medio de una emotiva escena. —Perdóname Daniels lo que te dije, no es cierto, yo te quiero mucho y agradezco que hayas dejado todo para venir aquí y apoyarnos, pero no quiero que mi papa se muera. Daniels miro con infinita ternura a su hermana menor, quien era la luz de sus ojos. —Ven acá pequeña, - la insto y abrazo- solo quiero que tengas presente que suceda lo que suceda, yo estaré aquí para ti, te amo mucho, eres y siempre serás mi dulce niña — Tú más que nadie sabes lo que es perder un ser amado, y es algo que no se supera.- índico ella. Daniels suspiro profundo ante los recuerdos que vinieron a su mente y puntualizo. —Pero se aprende a vivir con ello, y con el tiempo quizás se abra una puerta de esperanza y de felicidad —Te prometo que tratare de ser más fuerte, de alimentarme, porque no quiero que papa se preocupe por mí, quiero
El día que fueron reunidos en la biblioteca para la lectura del testamento y mientras los abogados se preparaban, en su mente no dejaba de repetirse aquella frase dicha por Daniels Travers "sea lo que sea que Frank le haya dejado, se lo damos y esa joven desaparecerá para siempre de nuestras vidas, tal y como llego, no quiero otra cosa, que volver a mi vida normal, es lo mejor para todos" Y había llegado ese día, ya sus maletas estaban empacadas y esa tarde dejaría la Mansión, para volver a su vida rutinaria y solitaria. Los abogados empezaron a hablar y entonces Daniels Travers ocupo el asiento al lado de ella, y no pudo evitar sentir una aniversion hacia su persona, y esto fue notorio para él. —Buenas tardes Señoras y señoras- Inicio Gustavo Moncada, el abogado de la familia y gran amigo de Frank. —Primero antes que leer el testamento, tengo una encomienda especial, son estas cartas que dejo Frank para su esposa y su hija.......hizo una pausa- Melisa Hartley Se hizo un silencio
Melisa llego a la sala de Juntas y noto que ya todos estaban allí. —Así es como espera ser parte de la Junta Directiva de este Corporativo, llegando tarde en su primer día- Cuestiono Daniel Travers — Lo siento, no volverá a suceder- contesto disimulando el enojo que le producía su cuestionamiento. No, No iba a darle el gusto que la viera afectada —Siéntese, no retrasemos más por su culpa esta reunión.- espeto con seriedad. Melisa ocupo el asiento al lado de Vincent recibiendo de el una sonrisa de apoyo, al igual que de Sofía. —Porque estas reuniones deben ser tan temprano además, yo nunca tuve que venir a una junta- indico Sofía haciendo un puchero, se notaba que le costaba levantarse temprano. — Porque tu padre, siempre controlo tus acciones hasta que cumplieras la mayoría de edad pero ahora es tiempo que asumas tu rol como accionista, lo mismo va para ti Vincent, ya sabes lo que Frank estipulo en su testamento para ti- le recordó a Vincent, quien realmente era su adoración, y
En las siguientes semanas todo se volvió una rutina de la casa al trabajo. El amor que por alguna razón, se le apareció en la figura de Daniel Travers, porque desde el momento que lo conoció, supo de algún modo, que era distinto, a todo lo que antes había vivido o buscado. Pero solo, para después llevarse una terrible desilusión. Por eso, ahora trataba de evitar cualquier contacto con Daniels pero muchas veces en reuniones de negocios el pedía que ella estuviera presente, y así fue empapándose poco a poco de los negocios y eso despertó muchas ideas que esperaba poder comunicar y que fuesen aceptadas. Lo que si no ha podido negar y dejar de admirar era su habilidad y destreza, además de su inteligencia como Gerente y negociador y resultaba un privilegio verlo trabajar; porque está aprendiendo mucho, El manejaba cada reunión de una manera impresionante, irradiaba seguridad y era un empresario con gran visión, con razón es uno de los empresarios más prominentes en el mundo Empresaria
—Es mejor que me vaya, aquí el ambiente se ha vuelto irrespirable- solto en tono despectivo.Sin embargo Daniels que está parado en el marco le cierra el paso — Déjeme pasar- le pide matándolo con la mirada — No sin que antes me digas porque te importa tanto mi opinión, que te importa lo que yo sienta o crea, el mundo es así, es mentira que la felicidad completa existen y que todos te van a amar.- replico con amargura y eso la sorprendió, viniendo de alguien como el que lo tenía todo - Por Dios Melisa no sufriste y aprendiste mucho con todos esos lugares adoptivos a los que fuiste y donde una y otra vez te rechazaron. No necesitas la aprobación de nadie para salir adelante, no te amargues por lo que yo, mi madre o nadie más puedan pensar, acepta que la vida no es siempre lo que queremos. No puedes ser tan confiada, tan sensible, nunca esperes lo mejor de los demás porque terminaras llevándote muchas decepciones- puntualizo amargo. Melisa quedo impactada por sus palabras, era un c